Crisis en el Gobierno de Colombia por una presunta conjura de la vicepresidenta para desplazar a Gustavo Petro
Las imágenes de Gustavo Petro y Francia Márquez, ambos sonrientes, disfrutando la miel de la victoria electoral de 2022, y con una visión compartida de un futuro redentor para Colombia, han envejecido demasiado pronto. Las relaciones entre el presidente y la vicepresidenta, un exguerrillero del M-19 y una líder social afrocolombiana, se deterioraron de manera gradual pero sostenida al surgir mutuas desconfianzas. Esas diferencias acaban de ensancharse a partir de la revelación de unos audios del exministro de Exteriores, Álvaro Leyva, sobre un supuesto plan para desplazar a Petro. El excanciller sugiere en esas grabaciones que dio a conocer El País, que Francia estaba al tanto de una conjura que también involucraba a dirigentes de la derecha y un congresista norteamericano, Mario Díaz-Balart.
Las disputas en el seno de la izquierda han sido frecuentes desde su llegada al Gobierno y de cara a las presidenciales de 2026 en las que por el momento no aflora un candidato de consenso entre los integrantes de la coalición Pacto Histórico. Petro, quien se encontraba en España al estallar el escándalo, pidió a Márquez que se presente ante la justicia. «Colombia necesita menos divisiones y más altura moral. No permitiré que mi nombre sea utilizado para alimentar intereses particulares», hizo saber la vicepresidenta a través de X. Y añadió, horas atrás, «jamás he traicionado ni cuestionado la autoridad legítima del primer mandatario de la nación».
El diario bogotano ‘El Espectador’ dijo al respecto que por ahora se tiene «la certeza» de la movida de Leyva pero «quedan dudas sobre el rol» de Márquez. En su mensaje, añade, ella afirma que no se presta a conspiraciones, «pero no menciona ni a Leyva ni a Petro», lo que «deja varias preguntas abiertas», entre ellas si conocía los planes del exministro.
Reacciones internas
La actual canciller Laura Sarabia sostuvo que «no se puede admitir ningún intento de romper la institucionalidad ni el periodo presidencial» porque «la democracia en Colombia se respeta y sobre todo se defiende». Las acciones de Leyva fueron «ruines y miserables».
«Aquel que pretenda o actúe de manera ilegal contra el presidente de la República, contra las instituciones legalmente constituidas, está atentando directamente contra nuestra Nación», advirtió este martes el ministro de Defensa, el general retirado Pedro Sánchez. Cualquier acción ilegal contra Petro, remarcó, «constituye traición a la patria».
«Las movidas de Leyva merecen el más vehemente reproche. Son un intento de rompimiento antidemocrático», señaló también ´El Espectador`. El exministro negó por su parte haber hablado con Vicky Dávila y el senador Miguel Uribe Turbay, objeto de un atentado terrorista semanas atrás, sobre u plan contra Petro. Los audios dan cuenta de una propuesta de una suerte de acuerdo nacional del que deberían formar parte la guerrilla del ELN y los narcotraficantes del Clan del Golfo.
Díaz Balart salió por su parte al cruce de las versiones que lo involucraban en la trama. «Me causan risa la cantidad de falsedades e inventos sobre mis frecuentes reuniones con miembros de la sociedad civil de Colombia. Siempre me he reunido con personas y grupos de distintos partidos y con diferentes opiniones, incluyendo múltiples encuentros con funcionarios del actual gobierno de Colombia, como el presidente Petro. Me tengo que reír por tantos inventos, tonterías e hipocresía».
El caso Fito
Petro siente el rumor de las conspiraciones a sus espaldas. Y no solo se trata de Leyva y Márquez. Sarabia y el propio jefe de Estado tuvieron que salir a desmarcarse de versiones sobre un presunto encuentro con José Adolfo Macías Villamar, alias Fito, líder de Los Choneros, la principal banda narco de Ecuador, recapturado la semana pasada después de haber estado prófugo más de un año. «Esta especulación en la prensa ecuatoriana es otra leyvada más, pero hecha por otros», dijo el presidente.
«No tengo ni idea de quién es el tal Fito. Como todo presidente que visita un país extranjero, siempre soy cuidado permanentemente, día y noche, por la fuerza pública del país hermano. Basta ya de falsedades de la extrema derecha», señaló respecto de su presencia a fines de mayo en Quito para participar de la toma de posesión de su colega Daniel Noboa.
El avión presidencial había hecho una breve escala en la ciudad de Manta, en cuyas inmediaciones había sido capturado el narco. Ese aterrizaje suscitó una ola de especulaciones en Quito.
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