Despediremos 2025 con frío y nieblas engelantes
El último temporal dejó acumulaciones muy notables en zonas del sur de Andalucía y del área mediterránea. En la Comunidad Valenciana destacamos los 179 l/m² registrados en Carcaixent, de los cuales 143 se concentraron en apenas seis horas.
En Abanilla, en la región de Murcia, se recogieron 85 l/m², en un episodio de gran intensidad que dejó 67 l/m² en apenas una hora. El sábado 27, la provincia de Málaga fue la más afectada, con registros de hasta 67 l/m² en menos de seis horas, de los cuales 45 concentrados en una sola hora, recuerda Rubén del Campo, portavoz de AEMET.
Este lunes 29 continúa la inestabilidad en el Mediterráneo y Baleares, con chubascos localmente intensos, especialmente en zonas costeras. En el interior peninsular predomina el ambiente frío, con heladas persistentes y bancos de niebla en los valles y mesetas.
Desde mañana martes y hasta el inicio del próximo fin de semana la situación estará marcada por la estabilidad atmosférica. Prevalecerán cielos despejados, heladas nocturnas y nieblas densas, especialmente en Castilla y León y la Meseta Norte. En algunos lugares, estas nieblas pueden ser heladas y favorecer la formación de placas de hielo, lo que requiere extrema precaución en la carretera.
Para mañana martes no se esperan prácticamente precipitaciones, sólo algunos chubascos débiles en el Cantábrico y en Baleares. Las heladas se extenderán a zonas montañosas y amplias zonas del centro y norte peninsular. En provincias como Zamora, Palencia y Valladolid las temperaturas máximas no superarán los 5°C.

La Nochevieja será fría, con bajas temperaturas en las primeras horas, pero sin precipitaciones en la mayor parte del país. Jueves 1 de enero el tiempo se mantendrá estable.
De cara al viernes, la llegada de nuevos frentes atlánticos podrían reactivar las lluvias, primero en el oeste peninsular y, posteriormente, en otras zonas.
¿Qué son las nieblas heladas?
La niebla helada se forma cuando las gotas de agua en suspensión entran en contacto con superficies cuya temperatura es inferior a 0°C. Al hacerlo, el agua se congela inmediatamente, formando una fina capa de hielo en carreteras, árboles, líneas eléctricas o mobiliario urbano.
Este fenómeno es más común en situaciones de estabilidad atmosférica, con vientos tranquilos y temperaturas muy bajas, especialmente en valles y zonas deprimidas. Su principal riesgo es la formación repentina de casquetes polares, muchas veces difíciles de detectar, que aumentan el peligro en la circulación.
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