DÍA DE LA VICTORIA | La invasión de Ucrania también divide a los recreadores de la Segunda Guerra Mundial

“Tropas de la OTAN desfilan en Moscú en el 65º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi”. Este titular de prensa, de 2010, sería totalmente impensable ahora. Aquel año, sin embargo, militares de Estados Unidos, Francia y Polonia recorrieron la Plaza Roja moscovita para recordar juntos el Día de la Victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi, el 9 de mayo de 1945; el final de la Segunda Guerra Mundial, que los rusos llaman la “Gran Guerra Patriótica”. Acudieron al acto los grandes líderes mundiales, incluida la canciller alemana Angela Merkel.
Ahora, la invasión rusa de Ucrania (primero en 2014 y luego a gran escala en 2022) ha provocado una división total entre los países occidentales y Rusia. Este 9 de mayo, ni el nuevo canciller alemán Friedrich Merz irá a Moscú ni desfilarán tropas aliadas sobre las calles de la capital rusa. El presidente ruso Vladímir Putin, en busca y captura por la Corte Penal Internacional, tampoco está invitado a las celebraciones europeas, que se realizarán un día antes en el campo de exterminio nazi de Mauthausen. La guerra de hoy ha dividido a los aliados de aquella.
Y esa ruptura entre Europa y Rusia permea en todos los aspectos de la sociedad. Ha llegado a calar en las asociaciones de recreadores de guerra, grupos de fanáticos de la historia y el coleccionismo que emulan las principales batallas de la Segunda Guerra Mundial, entre otras. A los que representan a soldados del Ejército Rojo ya no les invitan a ciertos eventos. Y uno de los grupos que rememora a los combatientes soviéticos ha sufrido un cisma interno, en parte por la división política provocada por la invasión de Ucrania.
“Defensa nos pidió que no los invitáramos”
Todos los recreadores de guerra recuerdan el evento de emulación de la Segunda Guerra Mundial celebrado en Murcia en 2015. Se hizo a lo grande: “Trabajábamos con la Embajada de Rusia. Nos mandaron un avión lleno de recreadores rusos que venían con sus armas propias desde allí”, recuerda en conversación con EL PERIÓDICO Antonio Lalaguna, recreador y presidente de Codex Bélix, que se dedica a los eventos de recreaciones de varias épocas. “Los rusos se lo tomaban muy en serio. En las recreaciones en Rusia arman tales explosiones que vuelan los cascotes y hay heridos. A los que íbamos como alemanes en Murcia, nos daban golpes de verdad con la culata. Uno de los nuestros vino y me dijo: Oye, Antonio, yo así no sigo”, comenta.
El 24 de febrero de 2022 comenzó la invasión rusa a gran escala de Ucrania, y todo cambió. “El Ministerio de Defensa, con el que colaboramos, nos dijo que mejor no representáramos al ejército soviético. Yo espero poder volver a llamarles, porque son chavales recreadores rusos que viven aquí, en Valencia o Alicante”, añade Lalaguna.
Asociación de recreación soviética Estrella Roja
“Privet [hola] Camaradas! El 23 de agosto de 1942, comenzó la batalla de Stalingrado. El concurso marcó el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial «, se lee en la página de la Asociación de Recreadores del Ejército de Estrella Roja Soviética. También incluyen una advertencia:»Página estrictamente apolítica. Rechazamos cualquier forma de violencia. Este sitio web está dedicado al estudio de la historia militar de la Segunda Guerra Mundial orientada a la recreación histórica. «
La asociación la componen alrededor de cuarenta personas. Se juntan con otras que representan el bando alemán para realizar batallas y reconstrucciones históricas, ataviados con uniformes de época y armas airsoft, de aire comprimido de escasa potencia. Van a la nieve vestidos con botas de caña alta, pantalones bombachos y la famosa bata Gymnastiorka del Ejército Rojo, coronado todo por la gorra Pilotka, con una estrella roja soviética en la punta. Y allí rememoran la Batalla de Berlín de la primavera de 1945 del 8 de mayo o la resistencia de Stalingrado de 1942. De hecho, abarcan todo el periodo soviético que va desde la Revolución Rusa hasta finales de la Guerra Fría, incluida la guerra de Afganistán.
“Nosotros colaboramos con otras asociaciones. Para que haya batalla, tiene que haber rusos y alemanes. Si no hay colaboración, no hay recreación. Pero Codex Bélix, que nos invitaba a sus eventos hasta 2021, dejó de hacerlo tras el comienzo de la guerra. Busca evitar todo lo asociado con lo ruso por la cuestión política”, explica a EL PERIÓDICO Iván Krasny, español de origen ruso de la asociación. “Pero nosotros somos una asociación cultural de recreación histórica sin ningún tipo de afiliación ideológica. Antiguamente colaboramos con la Embajada de Rusia en algún tipo de evento, pero ya no tenemos ningún tipo de contacto»
Krasny asegura que siguen haciendo eventos por toda España, pero admite que, como recreadores, la participación del Ejército Soviético es controvertida. Recuerda que la victoria en la Segunda Guerra Mundial fue en gran medida soviética. “El punto de inflexión no fue el desembarco de Normandía, sino la Batalla de Stalingrado, por mucho que Trump diga lo contrario. Y aquella victoria, aunque fuera soviética, fue también rusa”, apunta.
La escisión de los recreadores soviéticos
La invasión rusa de Ucrania ha provocado una escisión dentro de los recreadores de guerra del bando soviético en España. “Algunos de nuestra agrupación estaban más cerca de Rusia y le daban a la recreación un enfoque más ideológico, la politizaban”, explica a este diario Aleix Quirol, otro recreador del bando soviético. Se separaron en dos grupos, el suyo y el mencionado Estrella Roja. “Ahora seguimos teniendo gente rusa y ucraniana, incluso gente ideológicamente más prorrusa o pro ucraniana, pero hemos acordado entre todos que nuestro objetivo es cultural y escenificar la historia, y suelen mantenerse así”.
Se centran en conseguir los mejores uniformes. Para ello, reciben copias desde Ucrania o Bielorrusia, pero también material original, asegura Quirol. “Desde Ucrania nos mandan incluso medallas auténticas o gorras. En Rusia estaría prohibido enviar una medalla fuera del país, por protección de la memoria histórica; se consideraría expolio a la nación. Pero a los ucranianos no les importa deshacerse de ellas o venderlas”, afirma.
En mayo preparan una recreación en el aeródromo militar de La Senia, entre Castellón y Tarragona. Allí han ido juntando partes de aviones hasta lograr reproducciones a escala 1:1 del bombardero soviético Tupolev SB-2 «Katiuska” y del caza soviético Polikarpov I-16.
“No todo son batallas”
“La guerra actual en Ucrania no debería influir en las recreaciones. Cuando recreamos al Ejército Rojo deberíamos tomárnoslo como cuando lo hacemos con los númidas en las Guerras Púnicas”, aporta Óscar Galansky, recreador de guerra y youtuber del canal para fans de las batallas históricas Tropa Guripa. “El problema es que quizá la Segunda Guerra Mundial está muy próxima, pero a mí no me afecta”.
Él, que representa con los suyos tanto a soldados aliados como soviéticos, recuerda una recreación de la Batalla de Stalingrado. Fue clave encontrar un sitio, “porque al escenario le damos tanta importancia como al uniforme”. El otro problema fue encontrar tallas buenas, a la medida actual. E insiste en que no todo son batallas. A él le gusta más vivir la vida rutinaria de los soldados: hacer la comida, patrullar, curar a los heridos. Se hacen fotos y vídeos, que luego sube a su canal de Youtube. “La recreación es una inmersión histórica: no se trata de creértelo, pero sí de meterse en situación”, concluye mientras pone su mente en el próximo proyecto: recrear el episodio de los “perros bomba”, canes que usó el Ejército Rojo contra los tanques alemanes en 1941.
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