Dijo ‘Mi hija, mi yerno’; estaba como si le hubieran echado un cubo de sangre por encima
El 25 de julio de 2017, Antonio Cuenca se encontraba en su casa de Almansa (Albacete), «con el ordenador», cuando empezó a «escuchar ruidos». «Parecía que me decía ‘ayuda vecino, me están apuñalando’. Salí y vi que había dos personas que me estaban golpeando, entonces llamé a la policía y cuando dije que venía uno de los dos, se escapó», recuerda el vecino de Juan Martínez, quien Sólo pudo decir «Mi hija, mi yerno». cuando se acercó a él.
«No dijo si estaban en peligro o qué estaba pasando, pero como cada vez que hablaba sacaba una bocanada de sangre, le dije que no hablara más. Estaba como si tomaras un balde de sangre y se lo viertes encima», dice el testigo, a lo que añade: «Le dije que presionara donde estaba la herida en el cuello».
Por su parte, Rosario Monje, otra testigo del hecho, señala que Juan «dijo que se estaba muriendo». «Cogimos una silla y lo sentamos y mi mujer fue a buscar una toalla para envolverle bien el cuello, porque no paraba de sangrar», declara Antonio, quien indica que poco después «llegó la ambulancia, sacaron la camilla y le pusieron sondas por todos lados». «Las palabras de la ambulancia fueron que no llegaban», añade Rosario.
Entonces, Juan Martínez tiene 35 años.. Es el quinto de nueve hermanos y desde muy pequeño trabaja con máquinas excavadoras siguiendo los pasos de su padre. Con la crisis se reinventa y iniciar una empresa de productos de hostelería.
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