Dos de cada 10 jóvenes en España han recibido contenido sexual no consentido
«Estamos ante una generación expuesta a la violencia sexual digital«, asegura Beatriz Martín Padura, directora general de Fad Juventud. Lo hace en un trabajo que el Centro Reina Sofía de la fundación y el equipo de Investigación Divisar de la Universidad Complutense de Madrid acaban de dar a conocer, y que señala que hasta seis de cada 10 jóvenes residentes en España han sufrido alguna agresión. Las formas más comunes incluyen la recepción de contenido sexual no consentido (22,1%) y el acoso por el aspecto físico (21,3%).
Otro 16,6% reconoce haber sido acosada o acosado por una persona adulta siendo menor de edad, y haberle presionado para enviarle fotos o vídeos de tipo sexual (13,9%). Además, uno de cada 10 personas menciona situaciones como mostrar fotos suyas como un objeto sexual, haber sido insultadas por su vida sexual o apariencia provocativa o recibir amenazas de difundir imágenes o vídeos con contenido íntimos o sexuales suyos sin consentimiento. Otro 6,4% destaca haber sido víctima de creación de imágenes sexuales suyas con inteligencia artificial, una práctica conocida como deepfakes.
Con todo, la investigación demuestra que la mayoría de jóvenes son conscientes de muchos de los riesgos asociados a determinadas interacciones sociales digitales. De hecho, hasta un 61% opina que las tecnologías han incrementado el acoso sexual digital.
Diferencias entre hombres y mujeres
Así, la mayoría de jóvenes (71%) considera fundamental proteger su privacidad digital debido a riesgos como el robo de datos, el ciberacoso o la manipulación de imágenes con inteligencia artificial, preocupaciones que son especialmente relevantes para quienes tienen entre 20 y 24 años. Tres de cada cinco jóvenes han enfrentado problemas como suplantación de identidad y ciberacoso, siendo las mujeres más afectadas por lo segundo y los hombres los más expuestos a la difusión de imágenes manipuladas mediante IA.
«Este hecho ha llamado nuestra atención y ha venido a constatar que la violencia facilitada por la tecnología la sufren tanto mujeres como hombres, pero sus variantes y consecuencias no son las mismas entre géneros. Lo interesante de esta cuestión no es saber cuánto afecta, sino cómo se están usando las tecnologías de inteligencia artificial para la modificación profunda de imágenes y para qué fines. Sabemos por nuestros trabajos previos, pero cabría profundizar en la investigación para verificar esta afirmación, que los varones son principalmente víctimas de estas tecnologías cuando son usadas para insultar, trolear y coaccionar a otros varones, mientras que las mujeres son víctimas de prácticas de nudificación y otras formas de avergonzamiento», aseguran los autores.
Por lo general, las mujeres son más vulnerables a recibir contenido sexual no solicitado (28,7% ellas y 16% ellos), insultos en la red por su apariencia física (24,5% ellas y 18,3% ellos), acoso por un adulto siendo menor de edad (18,8% ellas y 14,6% ellos) y presión para hacerse fotos o vídeos de tipo sexual (16,4% ellas y 11,6% ellos).
Además, aunque ambos géneros sufran estas agresiones en proporciones similares, el impacto social tiende a ser más grave para las mujeres. Muchas experimentan aislamiento social o la reducción de actividades fuera de casa (29,4%), el abandono o uso limitado de las tecnologías (20,7%), y la aparición de autolesiones o pensamientos suicidas (19,4%). Además, casi cuatro de cada 10 mujeres sintiendo vergüenza tras vivir la agresión y otras se sienten culpables (20%) o temen ser juzgadas, por lo que el 14,6% de las víctimas no han compartido con nadie su experiencia. Asimismo, un 33% sufre ansiedad, un 29,9% siente miedo, y un 26,9% experimenta un deterioro de su autoestima.
Sobre vínculo personal que las mujeres víctimas mantenían con la persona responsable de la agresión, el estudio Generación Expuesta: Jóvenes frente a la violencia sexual digita expone que en la mayor parte de los casos (52,8%) se trata de una persona conocida, generalmente una persona no muy cercana (35,9%), un amigo o amiga (22,8%) o una pareja (27,4%), en mayor medida que una persona del entorno familiar (15,3%). Aun así, en cuatro de cada 10 casos la agresión es ejercida por parte de una persona desconocida.
Cómo protegerse
Con respecto a los canales a través de los cuales se sufrió la situación de violencia sexual digital, Fad Juventud destaca las redes sociales (39,7%) y las aplicaciones de mensajería instantánea (34,9%), que además son dos de los medios digitales que más utiliza la población joven.
Por eso, un 41,5% de las mujeres jóvenes decide bloquear a sus agresores en las plataformas digitales. Además, un 29,2% opta por denunciar en la plataforma el contenido ofensivo. Sin embargo, Fad Juventud reconoce que estas medidas no son suficientes por sí solas.
Frente a estos riesgos, los y las jóvenes destacan lo importante que es ser cautelosos con el contenido compartido en redes sociales, así como lo necesario que resulta mejorar la formación en seguridad digital o exigir a las plataformas que identifiquen y eliminen contenido sensible.
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«Las evidencias apuntan, así mismo, a importantes brechas que hay que tener en cuenta, como el género y la edad, pues las percepciones y efectos son diversos cuando atendemos a estas variables», indican los autores, que esperan que el trabajo ayude a definir agentes estratégicos en la lucha contra estas formas de violencia y a diseñar protocolos que ayuden a prevenir, acompañar y reparar a las víctimas.
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