el 58% de los venezolanos se abstuvo de participar de las elecciones regionales y legislativas
El madurismo sufrió un golpe político en las elecciones legislativas y regionales a pesar de que cantó victoria con su estilo altisonante: casi el 58% de los ciudadanos en condiciones de votar se quedó en sus casas. La abstención mayoritaria supone una derrota importante para el Gobierno. La demora del Consejo Nacional Electoral (CNE) para dar a conocer los resultados fue una muestra elocuente de que la situación fue más inquietante de lo esperada. «El mejor sistema electoral del mundo. Venezuela es ejemplo para el mundo y todo el universo«, dijo el presidente del organismo, Elvis Amoroso, antes de que se anunciara el escrutinio del 93% de las mesas que le daba al Partido Socialista Unido (PSUV) una amplia mayoría en la conformación de la próxima Asamblea Nacional (AN, Congreso). El 82% de los sufragios representa unos 4,5 millones de adhesiones al oficialismo sobre casi 21 millones de potenciales electores. El 18% restante pertenece a distintas expresiones de la oposición que decidió aceptar el desafío de las urnas, a pesar de las adversidades. El PSUV se quedó con 23 de las 24 gobernaciones estadales en juego. La televisión oficial no se demoró en asegurar que los números fueron «arrasadores».
Venezuela volvió a repetir las escenas del 28 de julio pasado durante la noche de los controvertidos presidenciales en los el CNE proclamó ganador a Nicolás Maduro. Las conclusiones del Gobierno y sus oponentes se encontraron otra vez en las antípodas. «El 85% de los venezolanos desobedecimos al régimen y dijimos NO», aseguró María Corina Machado, quien había llamado a la población a darle la espalda a la convocatoria electoral. «Hasta los empleados públicos» desobedecieron al «régimen». La dirigente de derechas apostó con fuerza a la abstención como manera de recomponer su liderazgo. «Hoy demostraste quién tiene el poder. Los estamos doblegando paso a paso», dijo a sus seguidores a través de X.
Los números que ofreció el CNE estaban «inflados«, según la oposición que convocó a la desobediencia y que consideró que más que unos comicios, los venezolanos se comportaron como en un día no laborable. Se pareció más a un feriado que a un ritual cívico. La escasa afluencia fue documentada en las redes sociales desde el primer momento en que se abrieron los colegios electorales.
«Batalla impresionante»
El Gobierno se consideró «ganador» porque, dijo el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, fueron superadas las «amenazas» y «neutralizadas» las situaciones de peligro durante la jornada dominical. «Hoy exhibimos al mundo entero la gran transparencia y eficacia del sistema electoral venezolano, la Operación República cumplió su cronograma en acompañamiento al CNE».
El PSUV tuvo su módica fiesta en la noche de Caracas. No había especial entusiasmo entre los que se acercaron a la Plaza Bolívar. La televisión mostró además que eran pocos. Nicolás Maduro Guerra, hijo del «presidente obrero» saludó primero a su padre por haber «derrotado al fascismo». Ha triunfado «el futuro» y «el progreso». El modelo, añadió, «es el de Cristo». Pero el mandatario dejó que hablara primero Jorge Rodríguez, jefe de campaña y legislador electo. «Fuimos casa por casa, pueblo por pueblo, a escuchar al que sufría y el que tenía esperanza». Habló a su vez de un «renacimiento» de la fe bolivariana. «Este pueblo crece en las dificultades». Finalmente tomó la palabra Maduro. Fue, dijo, una «batalla impresionante» lograda por «el pueblo noble, consciente y aguerrido». El triunfo se logró pese a las sanciones económicas de Estados Unidos y las acciones que habían planificado los «terroristas» para «asesinar líderes políticos». Más de 50 personas fueron arrestadas en los días previos.
Cansacio social
La situación interna, marcada por un nuevo derrumbe del bolívar, la moneda oficial, frente al dólar, el repunte de la inflación, que en abril fue del 19%, y el recrudecimiento del malestar social, explican en parte los números que dio el CNE. Edmundo González Urrutia dijo desde el exilio que los venezolanos no «legitimaron» el «simulacro» que organizó el CNE. «Hoy fuimos testigos de un evento que intentó disfrazarse de elección, pero que no logró engañar ni al país ni al mundo». De acuerdo con el excandidato presidencial «lo que el mundo vio hoy fue un acto de coraje cívico. Una declaración silenciosa, pero contundente, de que el deseo de cambio, dignidad y futuro sigue intacto». González Urrutia pidió a «todos los actores políticos» que «leamos bien este momento» porque, después de lo que ha sucedido «el país cambió». El mensaje está especialmente dirigido al espectro opositor, que otra vez se dividió entre votar y no votar.
Ricardo Ríos, de la consultora Poder y Estrategia, dijo que el resultado pone en entredicho las aspiraciones de Maduro de reformar la Carta Magna. El presidente se ve obligado a «reconfigurar fuerzas». Para el politólogo Santiago Rodríguez, «el ciudadano no le vio sentido a participar, no cree en la elección porque siente que los resultados ya han sido determinados a priori por lo que ocurrió en las elecciones presidenciales y el no reconocimiento al triunfo de Edmundo González».
El Esequibo
Se realizaron a su vez comicios «simbólicos» en el Esequibo, un territorio de 160.000 kilómetros cuadrados que es objeto de un litigio con Guyana. Dos parroquias en el estado Bolívar fueron las escogidas por el CNE para que 21.403 votantes eligieran por primera vez un gobernador y diputados para la llamada Guayana Esquiba. «El Esequibo tiene gobernador, el almirante Neil Villamizar. Va a tener todo el apoyo presupuestario porque el pueblo se lo ganó», celebró Maduro, aun a sabiendas de que esa «victoria» es puramente simbólica.
El Gobierno se negó a acatar el pedido de la Corte Internacional de Justicia (CJI) de desistir de ese propósito que reaviva la tensión bilateral. El Esequibo representa el 70% de la superficie del vecino país. Venezuela la reclama alegando razones históricas y con un marcado interés en las riquezas territoriales: petróleo, minerales ricos, madera. Caracas reconoce como único instrumento legal para resolver esta controversia con su vecino el Acuerdo de Ginebra que se suscribió en 1966 con la Corona Británica, antes de la independencia guyanesa, que establece bases para una solución negociada. En 2018, Guyana interpuso una demanda contra Caracas ante la CIJ para resolver la controversia y el tribunal se declaró competente para pronunciarse sobre la situación. El crecimiento de la tensión bilateral provoca inquietud entre los vecinos de ambos países. Maduro a su colega de Guyana, Irfaan Ali, de «empleado de la ExxonMobil». Expresó no obstante su confianza en que «más temprano que tarde» tendrá que sentarse a conversar con Caracas y «aceptar la soberanía de Venezuela».
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí