El español víctima de un ataque islamista declara en el juicio: «El cuchillo entró a 3 o 4 milímetros de la yugular»
«Oí un grito, vi que chorreaba sangre (…) Salí corriendo, escuché que alguien gritaba algo en árabe que, aunque no puedo repetirlo, sé qué significa: Alá es grande». Así describió este miércoles ante la Audiencia de Berlín Iker P.M., bilbaíno de 31 años, la traumática experiencia vivida el pasado 21 de febrero, dos días antes de las elecciones generales alemanas. Había llegado a la ciudad la víspera. Era un turista más que recorría con unos amigos el monumento a las víctimas del Holocausto. Estaba algo apartado de sus acompañantes cuando alguien le agarró por la espalda y le inmovilizó con el brazo izquierdo, mientras le clavaba el cuchillo con la mano derecha. Ya en el suelo, recibió un segundo cuchillazo en la mejilla. A partir de ahí, sus recuerdos van de una pareja de franceses de origen africano que le taponaron como pudieron la herida, sus amigos pidiendo auxilio, pérdidas de consciencia y finalmente la voz de un cirujano venezolano de la clínica de La Charité diciéndole que el cuchillo había entrado «a tres o cuatro milímetros de la yugular».
[–>[–>[–>Durante casi dos horas, Iker P.M., dio sus explicaciones a la jueza Doris Husch, a la fiscalía y a la acusación particular. No hubo preguntas de la defensa del procesado, el refugiado sirio de 19 años identificado como Wassim al M., quien sigue el juicio aislado en una cabina de seguridad. El ataque duró unos segundos, pero la víctima sufre a día de hoy estrés postraumático, pesadillas diurnas, miedo a la oscuridad y pavor ante cualquier presencia a sus espaldas.
[–> [–>[–>«Hasta ahora, el acusado no ha ofrecido una confesión como autor del atentado», precisó a EL PERIÓDICO Sebastian Sevenich, el abogado que representa a Iker P.M. A través de su defensa ha expresado su «pesar» por los sufrimientos del agredido, pero cuestiona los testimonios de los policías que le detuvieron en el lugar de los hechos, con rastros de sangre, una alfombrilla de oración y un Corán. Para la fiscalía, había elegido el monumento del Holocausto porque su intención era matar a judíos.
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Declaración sin cámaras
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El ataque del monumento, consistente en más de 2.000 bloques de hormigón en memoria de los seis millones de judíos asesinados por el nazismo, ocurrió al cierre de una campaña electoral salpicada por otros atentados, cometidos por refugiados en espera de expulsión. Los sondeos apuntaban a un alza de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que quedó en segunda posición tras el bloque conservador de Friedrich Merz.
[–>[–>[–>A Wassim al M. se le imputa intento de asesinato con motivación islamista y antisemita, además de haber contactado con Estado Islámico (EI). La víctima acudió a declarar con la condición de que se le preservara de los medios. Algo relativamente fácil en Alemania, donde las cámaras solo pueden grabar los minutos iniciales de cualquier juicio.
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Iker P. M. trabajaba como nutricionista deportivo. No ha logrado recuperar la normalidad ni lo privado ni en lo laboral. Vive de sus ahorros y en casa de sus padres. No recibe ningún tipo de subsidio del Estado español, explicó. Por parte del alemán ha percibido un pago de 5.000 euros, a modo de anticipo de una eventual indemnización.
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