El gobierno laborista de Keir Starmer se encuentra en una situación débil. No sólo está en duda para el puesto de primer ministro dentro de su partido, sino que sufre uno de los peores índices de aprobación popular que podría caer aún más si finalmente da luz verde a sus planes de aumento de impuestos. Por si fuera poco, este jueves se ha conocido que el PIB del Reino Unido registró una expansión del 0,1% en el tercer trimestre del año, dos décimas por debajo del crecimiento del 0,3% experimentado entre abril y junio.

El Primer Ministro dijo a los parlamentarios laboristas en una reunión privada en Westminster el lunes que el presupuesto se basaría en «decisiones duras pero justas» y admitió que el contexto es «peor de lo que temíamos», según el Financial Times.

Pese a haber prometido a los votantes que no habría subida de impuestos para los trabajadores, la prensa y los analistas económicos británicos coinciden en que el ejecutivo de Starmer tiene en mente un plan para acometer una de las mayores subidas de impuestos de la historia reciente del Reino Unido con el objetivo de tapar un gigantesco agujero fiscal.

Si finalmente da luz verde a esta iniciativa, el líder laborista estaría incumpliendo una de sus promesas más contundentes de la campaña electoral con la que ganó los comicios. «No aumentaremos la Impuesto sobre la Renta, Seguro Nacional o IVA«. Con este mensaje, el entonces candidato de izquierda quería dejar claro que la era de austeridad terminaría si ganaba las elecciones.

La razón de este giro radica en la grave situación de las finanzas públicas. Según la prensa británica, el Ministro del TesoroRaquel Reeves, Tiene que gestionar un déficit fiscal estimado en alrededor de £30 mil millones, que debe cubrir para cumplir con sus propias reglas financieras. Como resultado, el año pasado el sector empresarial sufrió un aumento en las contribuciones a la seguridad social pagadas por las empresas de £25 mil millones.

Además del déficit general, la presión sobre el gasto está aumentando por otros compromisos, como el plan de incremento del la inversión en defensa en el 2,5% del PIB. Tal y como ha explicado «The Independent», el propio Starmer ha reconocido que subir impuestos es una opción para financiar compromisos estratégicos tan cuantiosos como los de Defensa.

Para llenar este vacío, las filtraciones apuntan a que el gobierno se plantea una subida del Impuesto sobre la Renta que tendría un impacto directo en los bolsillos de millones de hogares y consolidaría al Partido Laborista como el partido que implementó uno de los aumentos de impuestos más severos.

Starmer asegura que esta situación es herencia del pasado gobierno conservador y de la salida de Europa, el famoso Brexitlo que según él ha supuesto una pérdida del 4% del PIB y 80.000 millones de euros de ingresos anuales.