El Líbano vota a sus líderes locales por primera vez en casi una década
La sociedad libanesa ha tenido todos los fines de semana de mayo ocupados. Mientras el verano primaveral se instalaba al otro lado de sus ventanas, ellos se han plantado ante el televisor cada atardecer de domingo. Por primera vez en casi una década, el Líbano va a las urnas para elegir a sus líderes locales. «Los últimos años han sido increíblemente difíciles, por no decir otra cosa», reconoce Jana Nasr, después de votar por primera vez en unas elecciones municipales. Una crisis económica con récords mundiales, una pandemia, una de las explosiones no nucleares más potentes de la historia, y una brutal guerra con Israel que ha matado a más de 4.000 personas después, el país de los cedros empieza a levantarse.
Y lo hace de la mano de un nuevo Gobierno, liderado por el primer ministro Nawaf Salam, expresidente de la Corte Internacional de Justicia, y el presidente Joseph Aoun, exjefe de las Fuerzas Armadas Libanesas. «La capacidad de organizar un evento complejo como las elecciones, particularmente algo que puede ser polémico por motivos políticos, es otra demostración al pueblo libanés de que estos líderes ejercen autoridad, y son dignos de su confianza para dirigir el país», explica David Wood, analista del International Crisis Group para el Líbano. Los libaneses empezaron a votar el pasado 4 de mayo en la región de Monte Líbano, que incluye los devastados suburbios sueños de Beirut, feudo de Hizbulá.
Pospuestas desde hace años
Después, lo hicieron el domingo 11 en el norte del Líbano y siguieron el 18 en Beirut y el valle de la Becá, constantemente golpeado durante la guerra del otoño pasado. Finalmente, el sábado 24, —ya que el 25 es festivo—, las últimas votaciones han tenido lugar en el sur del país, donde hay aldeas enteras arrasadas mientras los bombardeos israelíes continúan, pese al alto el fuego declarado a finales de noviembre. Estos comicios son muy importantes en el contexto actual del Líbano. Más allá de elegir el nivel más cercano de gobierno a la población, tienen lugar justo un año antes de las elecciones parlamentarias después de años de bloqueo político.
«El Líbano está demostrando a la comunidad internacional que está entrando en una nueva era»
Además, las elecciones municipales han sido pospuestas en varias ocasiones. «En 2022 y 2023, los motivos oficiales para su aplazamiento fueron financieros y el año pasado fue la guerra, pero, de forma no oficial, lo que tenemos ahora y no teníamos entonces son unas instituciones políticas consolidadas en cuanto a personas designadas en puestos políticos clave», afirma Wood a EL PERIÓDICO. Hasta el mes de enero, el país llevaba casi tres años sin presidente ni gobierno. Ahora, el Ejecutivo de Salam solo tiene 14 meses por delante «y muchísimo por hacer». «El Líbano está demostrando a la comunidad internacional que está entrando en una nueva era», añade Wood.
Dos meses de guerra
«Siendo realista, no espero una reforma importante ni un cambio radical en las dinámicas de poder, pero sí espero al menos un nivel básico de rendición de cuentas y prestación de servicios», reconoce Nasr a este diario. Esta joven en la veintena es originaria de la región montañosa de Chuf, donde la mayoría de población es drusa, como ella. «Al igual que muchos otros, he tenido que navegar las incertidumbres de los últimos años sin una sensación de estabilidad ni seguridad», explica esta trabajadora humanitaria. «En algún momento del camino, con una crisis sucediendo a otra, todo esto empezó a parecer normal, pero todos sabemos que no lo es», cuenta Nasr, cuyo círculo se ha reducido mucho después de que gran parte de su generación abandonara el Líbano en busca de mejores oportunidades.
«Siendo realista, no espero una reforma importante ni un cambio radical en las dinámicas de poder, pero sí espero al menos un nivel básico de rendición de cuentas y prestación de servicios»
Más allá de los retos actuales de los últimos años, lo sucedido en meses recientes ha acabado de sacudir el país. Dos meses de brutal ofensiva militar israelí culminaron un año entero de enfrentamientos transfronterizos con la milicia y partido político Hizbulá. Como resultado, la mayoría del sur del Líbano y parte del valle de la Becá están en ruinas, sin que haya perspectivas de ayuda para la reconstrucción en el horizonte. Los ataques continúan, mientras miles de personas continúan desplazadas. Cada vez más el descontento hacia el grupo chií se enquista. Con sus líderes asesinados, su arsenal desmantelado y sus territorios arrasados, Hizbulá ahora lucha por su supervivencia política.
Ausencia de movimientos anti-Hizbulá
Los primeros resultados en los suburbios sureños de Beirut, zona tradicionalmente favorable a Hizbulá, no parecen indicar grandes cambios. «Ha habido una ausencia destacada de candidatos de los movimientos de protesta y contrarios a la milicia en esas áreas», reconoce Wood. «De hecho, algunos de los miembros más destacados de la oposición chií a Hizbulá afirmaron que se negaron a presentarse porque no había megacentros electorales, donde la gente pudiera votar fuera de su zona o comunidad, y evitar las presiones y castigos que implica votar en su zona», explica, en referencia a las amplias redes de clientelismo que se dan en la política libanesa, especialmente en el ámbito local.
Hizbulá y su aliado chií, Amal, «siguen siendo una fuerza dominante en Dahiyeh [nombre en árabe que significa ‘suburbios’]Pero eso no necesariamente significa que lo mismo sucede en las elecciones legislativas del próximo año o que la gente de esas comunidades está completamente satisfecha con ellas «, agrega. Por su parte, el presidente Aoun ha celebrado que» el Líbano avanza con determinación hacia el recuperaciónA pesar de las crisis y los desafíos que ha enfrentado. «Asumir la responsabilidad Comienza después de las elecciones «, dijo en un mensaje a los nuevos líderes locales elegidos por el pueblo libanés». Con todo lo que ha estado sucediendo, parece más urgente ver Mejoras tangibles primero a nivel localPorque ahí es donde más necesitan y ahí es donde las decisiones afectan directamente la vida de las personas «, insiste en NASR.
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