El líder opositor turco arenga desde la cárcel a una gran manifestación contra Erdogan

El hombre es una estrella y lo sabe. Hace unas semanas —hace un mundo en Turquía, con todo lo que ha ocurrido— el diputado Mahmut Tanal era tan solo un parlamentario más, carismático, amante de las risas, dentro del Partido Republicano del Pueblo (CHP, en turco), el principal partido de la oposición.
Pero ahora, su figura es otra, y pocos gracias a las redes sociales no le conocen las poses, no han visto las fotos de este hombre de sesenta años, calvo, piel morena, grandote, colocándose sexy encima de bolsas de votos, o, por ejemplo, encaramándose encima de camiones policiales para pararles el paso, o encarándose a policías y corriendo tras ellos.
Tanal es una estrella, y la gente a su alrededor, este sábado, enloquecida, no puede parar de abrazarle y buscarle. “La ente quiere democracia, quiere seguridad jurídica, quiere justicia. Todos tenemos esperanza”, dice el diputado. Tras él, unas decenas de personas le vitorean. Tras todos ellos, cientos de miles —2,2 millones, según el CHP—, vitorean todo, cantan todo, saltan cuando toca y protestan, todos, por la detención la semana pasada del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu.
Imamoglu, el gran rival político del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, fue detenido el pasado 19 de marzo, y puesto en prisión provisional por, supuestamente “liderar una mafia de corrupción criminal” y tener “vínculos con el terrorismo”. Abogados que han tenido acceso a los autos de la fiscalía aseguran que las pruebas contra el político opositor son inexistentes.
“¿Qué hace Imamoglu en la cárcel? ¿Qué hace Imamoglu en la cárcel? ¿Qué hace en la cárcel? ¡Que alguien me lo explique!”, grita Tanal y vitorea su audiencia: “Yo no le tengo miedo a nadie. Estamos y estaremos en pie. Seguiremos en las calles, y llamamos a todo el país a seguir protestando. Sus barricadas policiales serán de mantequilla en comparación con nuestra fuerza. Derribaremos todas sus barreras, y a este país llegará la justicia, llegará la libertad, llegará la democracia”, continúa el diputado y aclama su público.
Campaña de firmas
En la protesta de este sábado, así, el líder del CHP, Özgür Özel, ha anunciado el inicio de una campaña de recogida de firmas en todo el país para mostrar apoyo popular a Imamoglu y reclamarle, al gobierno de Erdogan, elecciones anticipadas. Las próximas elecciones presidenciales turcas no están previstas hasta 2028.
“Esta nación nunca se ha doblegado ante los grandes poderes mundiales —ha dicho el mismo Imamoglu en un mensaje de vídeo grabado desde la cárcel y emitido en la manifestación—. ¿Ahora nos doblegaremos ante los que intentan robar la voluntad nacional?”.
“No tengo miedo, porque os tengo detrás. Que me encarcelen; que me condenen. Nunca voy a retroceder. Voy a continuar luchando por hacer de este país un lugar más justo, más libre, más rico. Lucharé. Me entrego a Dios; a la nación. Este país es mucho más grande que cualquier gobierno”, ha continuado el hasta ahora alcalde de Estambul.
Desde su detención, hace diez días, Turquía vive sumergida en una ola de tensión y protestas diarias lideradas sobre todo por jóvenes y estudiantes universitarios. En total, según datos del Ministerio del Interior turco, al menos 2.000 personas han sido ya detenidas por participar en las manifestaciones, que han sido prohibidas por el gobierno.
En los primeros días, la mayoría de detenciones ocurría en las mismas protestas, concentradas, sobre todo, ante el ayuntamiento de Estambul. Pero en las últimas jornadas han ocurrido cambios: ahora, la mayoría de detenciones ocurren de madrugada, en las casas de los manifestantes, donde los agentes van a buscar a los jóvenes.
“He venido por mis hijos; por mis nietos. Tengo 80 años, y veo como el país se ha roto. Antes no era así. Me arrepiento de haber votado a Erdogan en el pasado”, dice Hatun, una mujer manifestante, que continúa: “Me arrepiento porque nos ha usado los unos contra los otros. Nos ha dividido. Han arruinado a nuestros jóvenes, han roto al país. ¡Por ellos estoy yo aquí hoy! No por mí. Estoy aquí por ellos”.
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