El mejor restomod de un Ford Mustang Fastback se llema Kingpin y lo ha creado Ringbrothers. No hay discusión
Los maestros de Ringbrothers han vuelto a hacer de las suyas en el último SEMA celebrado en Las Vegas. El artesanal taller con sede en Wisconsin presentó a Kingpin, un maravilloso Ford Mustang Fastback de 1969 (o Sportsroof, como lo bautizó Ford en su día) que no solo es una obra maestra convertida en restomod, sino toda una declaración de guerra a los hiperdeportivos de serie actuales. Más de 5.500 horas de trabajo, un 5.0 V8 Coyote Supercharged con 800 CV, un chasis de competición y una estética fuera de nivel que nos hace preguntarnos ¿Por qué gastar millones en un Bugatti si puedes tener esto?
Un Mustang ensanchado hasta el límite… y más allá
El punto de partida para dar vida a este impresionante Kingpin es un legendario Ford Mustang Mach 1 que salió de la línea de producción a finales de los años ’60. Pero como suele ser habitual a la hora de hablar de Ringbrothers, estos no se conformaron con pulir lo clásico. Muestra de ello es que han ensanchado la carrocería 50 milímetros delante y 89 milímetros detrás, creando así una silueta musculosa. Todo el conjunto se recubrió con el siniestro color Bootleg Black de BASF, un negro tan profundo que parece absorber la luz. Y para rematar la jugada, la fibra de carbono toma el protagonismo en zonas como el capó, el marco de la parrilla, el faldón delantero, el panel trasero y un difusor trasero que canaliza el aire como lo haría un túnel de viento.
«¿Qué coche conduciría el villano final de una película de John Wick? Este fue el resultado», Jim Ring, copropietario de Ringbrothers.
El diseño no es solo postureo: cada milímetro en este salvaje Mustang está calculado para mejorar la refrigeración, la carga aerodinámica y, sobre todo, la presencia. Kingpin no pide permiso; exige respeto.
Chasis de carreras y un Coyote que ruge como un demonio


Debajo de esa carrocería ensanchada late un nuevo chasis de largueros fabricado a la medida de este proyecto por los maestros de Roadster Shop y que para empezar tiene 38 milímetros de batalla extra. Aunque también se ha equipado una suspensión trasera independiente, amortiguadores Fox ajustables y frenos Brembo con unas pinzas de seis pistones. Esto queda oculto tras unas llantas HRE Vintage Series 517 que tienen 19 pulgadas delante y 20 pulgadas detrás, y que están calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport 4S con 345 milímetros de ancho atrás para transmitir todo su poderío al asfalto.
| Componente | Especificación |
|---|---|
| Motor | Coyote 5.0 V8 + supercargador Whipple (Wegner) |
| Potencia | 810 CV |
| Caja | Manual 6 velocidades Bowler Carbon Edition |
| Chasis | Roadster Shop |
| Frenos | Brembo 6 pistones |
| Llantas | HRE Vintage 517 (19″/20″) |
| Neumáticos | Michelin Pilot Sport 4S |
El motor, un 5.0 V8 Coyote como el que emplean los pony car actuales, ha sido debidamente preparado por Wegner Motorsports y respira a pleno pulmón por medio de un compresor volumétrico Whipple para generar más de 800 CV de potencia. Este bloque se acopla a una caja manual Bowler con palanca mecanizada que parece una obra de arte. No hay automatismos, ni muestra de electrificación: sólo puro músculo analógico con precisión quirúrgica.
El interior de este Mustang es tan clásico como brutal


Dentro, los artesanos de Ringbrothers mezclan nostalgia y lujo moderno en este Kingpin. El volante ENYO con aro de fibra de carbono, la palanca de cambios tallada y la tapicería de Upholstery Unlimited en cuero premium crean un habitáculo que huele a gasolina y a dinero. Los relojes clásicos conviven con pantallas digitales discretas, y cada costura está colocada con la precisión de un relojero suizo.
¿Cuánto cuesta soñar en Bootleg Black?


Como suele ser habitual en este tipo de trabajos, los chicos de Ringbrothers no desvelan cifras entorno a su precio, pero fuentes apuntan a que la factura de Kingpin ha superado la barrera de los 600.000 dólares (más de 515.000 euros). Pero también hay que tener en cuenta que no es un coche: es una obra de arte rodante, una pieza única que combina la brutalidad del muscle car con la refinación de un hiperdeportivo europeo. Comparado con un Aston Martin DBS clásico restaurado por ellos o su reciente Blazer sobre base Tacoma, Kingpin se sitúa en el top 3 de sus creaciones por nivel de transformación y coherencia estética.
Fotos: Ringbrothers












































































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