Con el 50% de los votos escrutados, el ‘No‘ se mantiene en todas las preguntas de la referéndum celebrado en Ecuador este domingo, en el que se preguntó al electorado sobre, entre otros temas, la posibilidad de instalar una Asamblea Constituyente que permitiera redactar una nueva carta magna que sustituye al actual impulsado por rafael correa (2007-2017).

Respecto a este tema concreto, por ahora el 61,49% opta por rechazar la propuesta impulsada por el presidente Daniel Noboa frente al 38,51% que vota a favor; tendencia que se repite en el resto de preguntas, incluida la relacionada con la instalación de bases militares extranjerasdonde gana el ‘no’ con un 60,12% frente al 39,88% del ‘sí’.

Noboa, impulsor del referéndum, sigue el avance del conteo en un hotel de la comuna de Olón donde tiene su residencia de playa, y donde emitió su voto a primera hora de la mañana, mientras Luisa González, ex candidata presidencial del correísmo, principal fuerza opositora que hizo campaña por el ‘no’, sigue el conteo en la sede del partido en la capital Quito.

Respecto a la pregunta sobre el eliminación del financiamiento público a los partidos políticosel ‘no’ se sitúa en el 57,37%, mientras que el ‘sí’ alcanza el 42,63%. El margen más estrecho lo registra la cuestión de reducción del número de asambleístasdonde quienes rechazaron la propuesta registraron un 52,77% y a favor, un 47,23%.

De los 13,9 millones de ecuatorianos llamados a las urnas este domingo, el 80% se presentó a ejercer su derecho al voto, ya que En Ecuador se puede votar a partir de los 16 años, pero es obligatorio entre los 18 y 64 años.

El oficialismo fue el principal impulsor del voto por el “sí”, mientras que fue el correísmo quien lideró la campaña del “no” junto al movimiento indígena. La intención de Noboa, según explicó, era sustituir la actual Carta Magna, porque la considera muy laxa con los delincuentes.

La celebración del referéndum se produjo bajo una crisis de inseguridad y violencia sin precedentes para Ecuador, producto de la actividad de bandas criminales, lo que llevó al presidente a declarar un «conflicto armado interno» en enero de 2024 para combatir la actividad del crimen organizado y calificar a estos grupos del crimen organizado como «terroristas».