El OIEA afirma que no ha habido por ahora aumento de radiación tras el ataque de EEUU, pero insiste en el riesgo de «contaminación radiactiva y química»
Alerta máxima tras el ataque de Estados Unidos (EEUU) contra instalaciones nucleares en Irán. Eso es lo que ha trasmitido este domingo el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Grossi, en un mensaje desde Viena. Se trata, ha explicado sin tapujos, de una «situación cada vez más grave en términos de seguridad y protección nuclear», según ha dicho.
Por eso, ha informado, este mismo lunes habrá una nueva reunión de la Junta de Gobernadores del organismo. Y allí «tomaré la palabra», ha advertido. Y, acto seguido, Grossi también ha explicado que las informaciones disponibles hasta ahora apuntan a que no ha habido un aumento en los niveles de radiación fuera de las instalaciones tras los recientes ataques a tres sitios nucleares iraníes, incluido el centro de enriquecimiento de uranio de Fordó.
«Por el momento, no esperamos que haya consecuencias para la salud de las personas ni para el medio ambiente fuera de los sitios atacados», ha declarado Grossi, en un mensaje escrito. Aún así, «seguiremos supervisando y evaluando la situación en Irán y proporcionaremos más actualizaciones a medida que haya información adicional disponible», ha añadido.
Uranio en distintos niveles
En este marco, Grossi ha explicado que «la información más reciente verificada por el OIEA antes de que comenzaran los ataques a Irán el 13 de junio, los tres sitios atacados por Estados Unidos —incluidos también Esfahan y Natanz— contenían material nuclear en forma de uranio enriquecido en distintos niveles».
Esto «podría provocar contaminación radiactiva y química dentro de las instalaciones afectadas», ha denunciado. «He declarado repetidamente que las instalaciones nucleares nunca deben ser atacadas«, ha insistido.
Arrastrar el mundo
En este marco, también desde Ginebra, ciudad sede de diversas organizaciones internacionales, se han multiplicado en las últimas horas los mensajes de extrema preocupación, e incluso rechazo, por la decisión del presidente de EEUU, Donald Trump, de atacar el país iraní.
«La intensificación y expansión de las principales operaciones militares en Oriente Medio corre el riesgo de arrastrar a la región, y al mundo, a una guerra con consecuencias irreversibles«, ha dicho Mirjana Spoljaric, presidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), organización fundada en 1931.
«El mundo no puede absorber una guerra sin límites. Respetar el derecho internacional humanitario no es una opción: es una obligación«, ha añadido, al precisar que «los civiles deben ser protegidos de las hostilidades» y que «el personal médico y los equipos de primeros auxilios deben poder realizar su labor salvavidas con seguridad».
«El CICR tiene delegaciones tanto en Irán como en Israel y está movilizando equipos y suministros para ampliar su respuesta ante el aumento de las necesidades; pero ninguna respuesta humanitaria puede sustituir la voluntad política de priorizar la paz, la estabilidad y la vida humana», ha concluido.
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