El plan del Gobierno para alcanzar el 2% del gasto en defensa: medicamentos, ciberseguridad, ferrocarril…

El gobierno ya tiene la mano para trabajar para cumplir con el objetivo de la Unión Europea y la OTAN para alcanzar el 2% del PIB en el gasto de defensa. Y para esto, El gobierno ha desarrollado un plan para aumentar el gasto de defensa sin implicar hacerlo comprando armamento militar.
Principalmente porque nunca ha sido una idea del gobierno que compre armas a pesar de la firmeza para aumentar el gasto de defensa. «Cuando hablamos de seguridad y defensa, no estamos hablando de tanques y cañones», dijo Pedro Sánchez este miércoles en el Congreso. «En un concepto más amplio de defensa que no solo cubre lo tradicional», dijo la primera vicepresidenta, María Jesús Montero.
Y con esa premisa buscan contrarrestar. Pero la estrategia no es que sea a través de nuevos elementos de presupuesto, sino redirigir los gastos que hasta ahora no estaban incluidos en la defensa. Por ejemplo, Medicamentos militares.
«Necesitamos tener medicamentos, cadenas de suministro, vacunas y todo lo que tiene que ver con la seguridad. Y obviamente la salud es parte de la seguridad de un país, muy claramente», explica Mónica García, Ministra de Salud.
Un nuevo destino para algunos gastos en los que también intentarán colocar dentro de la ecuación. Inversiones en conexiones ferroviarias. «La movilidad militar tiene una gran relación con el ferrocarril. Infraestructuras de naturaleza dual, que se utilizan para uso civil pero también sirven para uso militar», explicó ÓScar Puente en Conspirano.
Y, como el presidente siempre ha afirmado, la gran punta de lanza será Inversión en proyectos de ciberseguridad. «Se adapta mejor a las necesidades de nuestro país en asuntos de ciberseguridad, refuerzo de la tecnología, conocimiento», dice Montero.
A eso tendríamos que agregar el gasto en las pensiones de los militares o medidas que ya habían anunciado como el aumento salarial para el ejército. En resumen, toda una estrategia gubernamental para aumentar la inversión en defensa sin la compra de un arma, una redefinición presupuestaria a la que la OTAN debe dar su aprobación.
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