El populista Farage promete desobedecer los convenios de derechos humanos para facilitar deportaciones en masa de inmigrantes
El líder populista Nigel Farage ha prometido abandonar todos los convenios internacionales de derechos humanos para facilitar las deportaciones en masa de inmigrantes en el Reino Unido en caso de ser elegido primer ministro en las próximas elecciones generales, previstas para 2029. En un discurso pronunciado este martes frente a la plana mayor de su partido, Reform UK, Farage ha vuelto a vincular directamente a la inmigración con la delincuencia y ha calificado de “invasión” la llegada irregular de extranjeros a través del Canal de la Mancha. Sus planes prevén fletar hasta cinco vuelos de deportación diarios y expulsar a hasta 600.000 personas en un plazo de cinco años, incluidas mujeres y niños.
“Crearemos la obligación legal para que el ministro del Interior expulse a quienes entren ilegalmente. Y, lo que es más importante, detendremos a todos los inmigrantes ilegales que lleguen y lo haremos de forma inmediata”, ha asegurado Farage. “La única forma de detener las embarcaciones [a través del Canal de la Mancha] Se detiene y deporta absolutamente a todas las personas que llegan de esa manera. Si lo hacemos, estos vasos Dejarán de llegar en cuestión de díasDado que no habrá incentivos para pagarle a un traficante para llegar a este país ”, agregó.
Para ello, el líder populista ha propuesto abolir la ley británica de Derechos Humanos y abandonar la Convención Europea de los Derechos Humanos, así como desobedecer de forma temporal algunos acuerdos internacionales firmados por el Reino Unido, entre ellos el Estatuto de los Refugiados de 1951 o el convenio de la ONU contra la tortura. El objetivo es impedir que los tribunales puedan frenar sus programas de deportación, como ya hicieron con el plan de Ruanda impulsado por el anterior Gobierno conservador, a pesar del riesgo que supondrá para miles de personas, las cuales se enfrentan a posibles torturas, encarcelamientos e incluso a la muerte en sus países de origen.
Plan de deportación
Farage ha prometido alcanzar acuerdos de devolución con los países de origen y ha planteado una estrategia del “palo y la zanahoria”, amenazando con imponer sanciones económicas o frenar la concesión de visados a aquellos países que se nieguen a aceptar a sus ciudadanos. Encima de la mesa también está la posibilidad de enviar a terceros países a los inmigrantes que lleguen de forma irregular al Reino Unido, entre ellos Albania o Ruanda, a pesar de los elevados costes vinculados a estos planes. El partido populista sostiene que estas propuestas serán más baratas que alojar a los solicitantes de asilo en hoteles en el Reino Unido —cuyo coste asciende a los 5,5 millones de libras diarios— y permitirán ahorrar hasta 7.000 millones de libras durante su primer mandato y 42.000 millones en una década.
El documento presentado este martes, bautizado como ‘Operation Restoring Justice’ (Operación de Restauración la Justicia), prevé dar poderes a las autoridades para detener a los inmigrantes irregulares hasta el momento de su deportación. El plan incluye la creación de un Comando de Deportación, el cual utilizará datos biométricos e información compartida entre distintos organismos públicos y privados para localizar a los inmigrantes, así como la construcción de un centro de detención con capacidad para 24.000 personas en una zona remota del país, aunque no ha especificado dónde. Las personas que traten de volver a entrar de forma irregular al Reino Unido o que destruyan deliberadamente sus documentos de identidad se enfrentarán a penas de cárcel de hasta 5 años.
Proclamas populistas
Los planes de Farage forman parte de su estrategia de sacar provecho del malestar por el uso de hoteles para alojar a solicitantes de asilo en el Reino Unido. Un malestar que ha ido en aumento en los últimos meses a raíz de los presuntos intentos de agresión sexual contra niñas menores de edad por parte de hombres alojados en algunos de estos establecimientos. Cerca de una treintena de manifestaciones impulsadas por grupos de extrema derecha han tenido lugar este fin de semana en varias ciudades del país, aunque apenas han conseguido congregar a unos pocos miles de ciudadanos a pesar de los llamamientos de Reform UK para salir a las calles.
A pesar de la tímida movilización popular, el líder populista ha asegurado que el país está cerca de vivir “disturbios civiles graves” y ha vuelto a agitar la bandera del miedo para lanzar sus proclamas xenófobas. Algo que ha sido criticado por sus rivales políticos, incluidos verdes y liberaldemócratas, así como por las organizaciones de derechos humanos las cuales han acusado al líder populista de asociar injustamente a todos los solicitantes de asilo con la criminalidad y han recordado que la gran mayoría de las personas que llegan al país lo hacen con la intención de iniciar una nueva vida respetando la ley.
Suscríbete para continuar leyendo
Puedes consultar la fuente de este artículo aquí