el PP da portazo y el futuro está en manos de Tomé, que quiere subir impuestos
La primera ronda de reuniones del Gobierno del Principado con la oposición para buscar apoyo al presupuesto de 2026 transcurrió este viernes de forma previsible y sin giros de guion inesperados, como en una película de sobremesa.
[–>[–>[–>El PP cerró la puerta al diálogo al condicionarlo a que el Ejecutivo retire su propuesta de reforma del IRPF y acepte negociar una rebaja fiscal amplia. La diputada del Grupo Mixto, Covadonga Tomé, única posible aliada parlamentaria del Gobierno, apretó las tuercas al Ejecutivo al establecer como prioridad la atención a sus demandas tributarias, con una negociación «especial», distinta de la reglamentaria en la Junta. Adrián Pumares, de Foro, dejó también poco margen de respaldo a las cuentas, centrando su discurso en la fiscalidad, aunque presentó un documento de quince páginas con propuestas. Solo puede quedar uno en esta búsqueda de apoyos, y al siguiente «round» pasan Tomé y Pumares.
[–> [–>[–>Álvaro Queipo con Adrián Barbón. / Principado
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Sin que aún se haya abierto el borrador presupuestario para analizar las partidas, el Gobierno de Barbón se ve forzado a buscar en Tomé la alianza necesaria, aunque el camino no está allanado. La diputada de Somos es consciente de su «responsabilidad» —según ella misma expresó—, pero también de su poder. De entrada, ya ha logrado ese «trato especial» para discutir su propuesta tributaria, que plantea un aumento de impuestos para las rentas superiores a 120.000 euros y un mayor gravamen para los grandes tenedores de vivienda.
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Despejado el esquema de juego, la ronda de reuniones sirvió también para escenificar un nuevo desencuentro entre el PSOE y el PP. Media hora bastó para que los populares abandonaran la mesa de negociación. Álvaro Queipo, presidente del PP, criticó que el Gobierno prepare «las cuentas más elevadas de la historia, a costa de los asturianos, negándose a aliviar su esfuerzo fiscal». Dejó claro que no habrá segunda cita.
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Adrián Barbón con Adrián Pumares. / Principado
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Para el PP, la reforma del IRPF, cuya tramitación avanza en la Junta General, supone «una subida de impuestos», al implicar un incremento tributario para las rentas superiores a 175.000 euros. Los populares reclaman rebajas fiscales generalizadas que el Ejecutivo rechaza.
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«Hemos acudido por respeto institucional», dijo Queipo, consciente de que había poco margen para el diálogo. El presidente del PP dio por hecho que el Principado «buscará el respaldo de la diputada del Grupo Mixto, Covadonga Tomé». «Me imagino que el Gobierno va a tragar con todo lo que ella plantee», afirmó.
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[–>El portazo del PP causó «decepción» en el Ejecutivo. El consejero de Hacienda y portavoz del Gobierno, Guillermo Peláez, acusó a los populares de «condicionar la negociación de un presupuesto que es para un millón de asturianos» con la «defensa de los mil asturianos que ingresan más de 175.000 euros anuales». Peláez defendió que la propuesta fiscal del Gobierno supone «una rebaja para el 90% de los contribuyentes», que reduce en 38 millones los ingresos de la Administración y beneficia a las rentas inferiores a 35.000 euros, mayoría en Asturias. «Han decidido situarse en la misma posición que Vox, en el rechazo absoluto y sin alternativas», añadió.
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Covadonga Tomé fue la segunda en entrar a la sala, donde se encontraban el presidente Adrián Barbón; la vicepresidenta, Gimena Llamedo; el consejero de Hacienda, Guillermo Peláez; el consejero de Ordenación del Territorio, Ovidio Zapico (IU); y los portavoces parlamentarios del PSOE y Convocatoria, Dolores Carcedo y Xabel Vegas, respectivamente.
[–>[–>[–>Cincuenta minutos después, Tomé reconoció un «buen clima», aunque el diálogo no versó sobre los detalles de las cuentas, sino sobre sus exigencias fiscales, que tienen la llave de la aprobación presupuestaria. La diputada había dejado claro que antes de entrar en el fondo del presupuesto reclamaba una negociación particular sobre tributos. Su propuesta, más impositiva y «verdaderamente más progresiva», serviría, según explicó, «para aumentar la recaudación y reforzar los servicios públicos que todos utilizamos».
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Tomé también controla los tiempos, dado que el Gobierno ha aceptado reunirse de nuevo con ella el lunes para hablar de fiscalidad. «Apoyaremos o no esa reforma tributaria en función de lo que ocurra con nuestras enmiendas; cerrado ese capítulo, hablaremos de presupuestos», indicó. Recordó además que también tiene en su mano el voto clave para la aprobación de la reforma del IRPF.
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Señaló que aún ultima sus propuestas para el presupuesto, centradas en «los temas que más nos preocupan: vivienda, servicios públicos, educación, salud, servicios de emergencias y cuidados, básicamente».
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El tercer episodio correspondió a Adrián Pumares, diputado de Foro. En otros ejercicios fue aliado presupuestario del Ejecutivo, pero ese tiempo ha pasado desde que rechazó las últimas cuentas, y más ahora, cuando Foro Asturias y el PP ensayan en el Parlamento una posible alianza electoral para 2027. Aun así, Pumares entregó al Gobierno un documento de quince páginas con sus principales propuestas y, pese al tono «cordial», expresó su rechazo a la «falta de ambición» fiscal del Ejecutivo. A su juicio, el Principado debería abordar una reforma de calado, con una rebaja en los primeros tramos del IRPF y una deflactación del impuesto, además de modificaciones en los tributos de sucesiones, donaciones y patrimonio. Poco margen de acuerdo hay, dijo, cuando algunas de las promesas arrancadas en otros presupuestos pactados no se cumplieron.
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