El presidente de Ecuador arremete contra la Corte Constitucional por el revés a su política de seguridad inspirada en Bukele
El presidente de Ecuador, Daniel Noboa, quiere ser un lado activo del triángulo latinoamericano que tiene a Donald Trump como su modelo y guía. Comparte con Javier Milei, a quien visitará la semana venidera en Buenos Aires, el deseo de abrir la economía y asociarse de manera incondicional con Estados Unidos. De Nayib Byukele no solo ha tomado aspectos de su política de seguridad sino la decisión de disciplinar a todos los poderes del Estado. El joven mandatario, hijo de la principal fortuna ecuatoriana, Álvaro Noboa, ha resuelto subir el tono de su disputa con los integrantes de la Corte Constitucional. Los considera un freno a su decisión de ‘bukelizar’ Ecuador.
Noboa decidió marchar el martes hacia el edificio donde funciona el organismo, en el centro de Quito, acompañado de simpatizantes que llevaban carteles con fotos de los magistrados y la leyenda «estos son los jueces que nos robaron la paz». Subido a una tarima y con un megáfono en la mano, el presidente gritó: «Estamos aquí con el pueblo, luchando contra la corrupción y la falta de empatía hacia la gente que vive con inseguridad y narcotráfico en todos lados». Noboa, quien en abril pasado fue reelecto y gobernará hasta 2029, advirtió que no permitirá «que el cambio se quede estancado por nueve personas que ni siquiera dan sus caras«. La sociedad, remarcó, quiere «resultados» y se «actúe contra la delincuencia».
Los jueces de la Corte permanecieron al interior del edificio. Horas más tarde recordaron que pertenecen al «máximo órgano de control, interpretación y administración de la justicia constitucional» y tienen el deber de «actuar de forma independiente, técnica y en estricto apego a la Constitución».
El «conflicto interno»
En enero de 2024, Noboa declaró el «estado de conflicto interno» para combatir a las bandas de narcotraficantes. La presencia de los militares en las calles no ha frenado la sangría. Entre enero y junio de este año han muerto 4.619 personas. El Gobierno se ha atribuido algunos triunfos como la captura de Adolfo Macías, alias «Fito», el líder de Los Choneros, el principal grupo delictivo, así como cabecillas de otras facciones criminales. Pero el presidente quiere un reordenamiento interno de Ecuador que se mira en el espejo salvadoreño y la Corte Constitucional se presenta como un obstáculo.
«Nuestra policía y militares se sienten desprotegidos, se sienten abandonados», se ha quejado el presidente. Los jueces han suspendido una serie de artículos de las leyes de Integridad Pública, Solidaridad Nacional e Inteligencia que incluyen algunas de las medidas más controvertidas como la prerrogativa que se le daba al jefe de Estado para otorgar «indultos anticipados» a uniformados involucrados en hechos letales perpetrado en el marco del «conflicto armado interno». La Corte Constitucional también suspendió el apartado de la ley que permite que el sistema nacional de inteligencia maneje fondos públicos de manera discrecional, sus agentes utilicen identidades falsas para infiltrarse y se pueda solicitar información de usuarios a las empresas telefónicas. Los magistrados también se habían enfrentado al Ejecutivo en mayo al anular el último Estado de excepción de 60 días decretado por Noboa y que venía rigiendo desde hacía 18 meses. Para la Corte Constitucional no es posible extender de manera permanente una medida que restringe derechos fundamentales a la población como la inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia.
El alto comisionado de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos, Volker Türk, expresó su preocupación por las declaraciones y gestos de Noboa. «Los ataques contra la Corte Constitucional son inaceptables. Las autoridades deben garantizar la independencia del Tribunal y la seguridad de los jueces y el personal».
Otras peleas de fondo
Noboa no tiene a estas alturas adversarios políticos de peso. El partido fundado por el expresidente Rafael Correa atraviesa un momento de debilidad y dispersión, agudizado por la derrota en el segundo turno de la candidata Luisa González. El mandatario percibe no obstante la sombra de los jueces en cada paso que emprende para forjar un país a su imagen y semejanza. A los efectos de construir un país más «democrático y popular», Noboa quiere que la ciudadanía responda el 14 de diciembre a una serie de preguntas, entre ellas allanar el camino para que los miembros de la Corte Constitucional puedan ser sometidos al control político de la Asamblea Nacional. A su vez, y en un movimiento tendiente a fortalecer sus relaciones con Trump, propone eliminar la prohibición constitucional para que se puedan establecer bases militares extranjeras en el territorio. El Gobierno de Correa propició en su momento el cierre de una base norteamericana que funcionaba en la ciudad costera de Manta, actualmente una de las zonas de mayor penetración del narcotráfico.
El Ejecutivo de derechas propicia terminar además con la financiación pública de partidos, facilitar la contratación laboral por horas y autorizar casinos. La Corte Constitucional ha dicho que debe revisar esas preguntas porque algunas de ellas afectan a la Carta Magna y suponen una enmienda o reforma parcial. La posibilidad de que la consulta no se realice este año complica la agenda presidencial y, según analistas, explica la voluntad de recrudecer su disputa con los jueces.
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