El PSG echa al Liverpool de la Champions en una eliminatoria trepidante resuelta en los penaltis

La eliminatoria de octavos de la Champions League entre el Liverpool y el PSG se resolvió en la tanda de los penaltis. Después de 180 minutos y una prórroga deslumbrantes, el PSG apartó a un Liverpool que hasta hace nada parecía indestructible. Luis Enrique saltó enloquecido cuando Doué marcó el penalti decisivo. El proyecto de ganar un día la Champions pervive en el club parisino. En Anfield, el equipo del técnico asturiano anunció que su candidatura va muy en serio.
No había ganado ningún equipo francés en Liverpool en los últimos 15 enfrentamientos y el PSG no solo rompió la mala racha sino que lo hizo mostrando la actitud de un gigante. En el Parque de los Príncipes avasalló al conjunto de Arne Slot y en Anfield acabó siendo también mejor. Tiene ataque, tiene presión y tiene capacidad de sufrimiento. Por suerte para el Barça, de progresar ambos, no se lo encontraría hasta la final.
El Liverpool rescató las partituras de heavy metal de Jürgen Klopp para salir a escena y pareció ensordecer a los jugadores del PSG con la siempre ruidosa colaboración de Anfield. Mo Salah lideró la carga y en los primeros seis minutos pudo meter un par. Raro que no hiciera diana. Lleva un año en que enhebra lo que sea en la aguja.
El PSG no logró el propósito de Luis Enrique de quedarse el balón y marearlo tanto como fuera posible. No era el Liverpool del Parque de los Príncipes, metido en su caparazón. Era el Liverpool con adrenalina tan habitual de esta temporada, que empuja y asfixia. Pero el equipo parisino, aún sin posesión, viajó a Anfield con veneno. No renunció, ni mucho menos, a pillar la espalda a los ‘reds’ y lo consiguió en la primera salida. Dembélé aprovechó una torpeza de Konaté para igualar bien pronto la eliminatoria (m. 12).
El gol relajó la soga sobre el cuello parisino. El equipo de Arne Slot no dejó de apretar, pero Luis Enrique se desesperó en la banda por las ocasiones creadas y no aprovechadas a la carrera. Alisson, el héroe de la ida, frustró un uno contra uno de Barcola; a Kvaratskhelia se le marchó alto un disparo con buena perspectiva de la portería, y Dembélé ejecutó mal dos buenas oportunidades al contragolpe. Duelo igualado, aunque el PSG ganó a los puntos en la primera parte.
El líder de la Premier salió en tromba en la segunda. Entre Donnarumma y la capacidad de resistencia de la defensa salvaron al PSG de caerse al precipicio, que iba caminando sobre el alambre. A Salah le volvieron a quitar el caramelo de la boca. También a Alexander-Arnold. Y a su sustituto, Quansah, que envió un cabezazo al poste.
Al conjunto de Luis Enrique ya no le resultó fácil echarse a galopar. Pero supo sufrir, porque el encuentro avanzó a un ritmo trepidante, al tam-tam que marcaba Anfield, que no admitía la pausa. Y no la tuvo. Pulsaciones altas pese a la falta de nuevos goles, sin ahorro posible en los pulmones. La eliminatoria se disputó más en la esfera de la épica que del virtuosismo. Y como tal, desembocó en la prórroga.
Un PSG ofensivo
El defensa Beraldo lanzó de cabeza un aviso que se salió por centímetros de la portería inglesa. A Doué, reemplazo de Barcola, le pasó lo mismo tras una exquisita maniobra en el área. Dio enseguida la sensación de que el PSG planteó el tiempo añadido sin grilletes. Alisson volvió a postularse como portero de la Champions al sacar una mano impresionante a otro disparo de Dembélé. Y con la insistencia francesa se llegó a los penaltis.
El Liverpool había ganado 20 de las 27 tandas de penaltis. Malos presagios para el PSG. Pero Donnarumma, inmenso este martes, había ganado 5 de 6. Ahora, 6 de 7. Detuvo dos lanzamientos, a Darwin Núñez y Curtis Jones, y catapultó hacia los cuartos al potente equipo francés.
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