encuentran intacta parte de la trinchera de esta batería militar

La recuperación de la batería militar del Cabo San Lorenzo tendrá aún más relevancia de la prevista. Las obras en marcha para contextualizar la historia defensiva del entorno del mirador se han topado con el hallazgo del muro original de la trinchera que conectaba el puesto del tiro con su repuesto subterráneo. Los primeros atisbos de esta pared afloraron hace un mes y en estas semanas se ha comprobado que se encuentra prácticamente intacta en todo su recorrido. Las labores de excavación en este espacio, que se habían iniciado hace un mes con el objetivo precisamente de recrear una trinchera que se creía inexistente –había tramos que se pensaba que ni siquiera habían llegado a construirse–, se han completado ahora con la protección de la trinchera con muros de escollera, pero respetando el material original de un hallazgo que potencia el valor histórico del proyecto, financiado con fondos europeos.
El puesto de tiro de La Providencia, elemento clave de la batería defensiva instalada en el entorno a inicios del siglo XX, llevaba décadas descontextualiza. Se conectaba con el mirador por un camino empedrado que ni siquiera replicaba el trazado original y que ya ha sido derribado. La actuación central del proyecto de recuperación, por tanto, era eliminar este sendero, sin valor histórico alguno, y recrear la vieja trinchera, que de acuerdo a los planos históricos que se conservan se sabía que seguía un trazado en «zigzag» y que unía este elemento con la batería de repuesto, una casamata situada cerca del parque infantil. En esta zona de juegos se conserva, también, la base de una de las dos barbetas que tuvo el conjunto.
Muro de trinchera original encontrado durante las excavaciones. / Ángel González
Pues bien, hace varias semanas, cuando se intensificaron las labores de movimiento de tierras acercándose a la cota en la que se iba a recrear la trinchera, se atisbaron los primeros restos de un tramo que luce ahora en su parte expuesta –otra parte discurre enterrada, atravesando el camino y el aparcamiento– ya visible para cualquier visitante, sobre todo desde el mirador. Según explican desde el servicio de Obras que supervisan las labores, todo el recorrido que se iba a recrear se mantiene casi intacto, lo que aporta un mayor valor histórico al conjunto defensivo, que se creí perdido en gran parte.
Hay otros elementos de la batería no accesibles ni expuestos que discurren soterrados. Originalmente, había un entramado de túneles junto al repuesto de tiro, pero se conservan solo muy parcialmente. En la elaboración de los pliegos del proyecto de recuperación, se priorizó esta parte en trinchera que, a juicio de los expertos, permitía contextualizar mejor la historia defensiva de La Providencia, y la suerte ha hecho que sea esta parte la que resultó estar mejor conservada de lo previsto.
Los operarios que trabajaban ayer en la zona se encogían de hombros. «Apareció así y ahora la estamos lavando con agua a presión», decían. La parte del proyecto que les pedía instalar sacos de hormigón, como es evidente, se anula para respetar el material original, que en algunas partes está cubierto por dovelas. Sí se encuentra avanzada la otra tarea prevista en el entorno, el muro en escollera, que se ha hecho con una rapidez sorprendente: hace apenas un mes todo el entorno estaba aún a medio excavar. También se han completado labores de relleno en la parte posterior al aparcamiento. La actuación comenzó a inicios de mes por algo más de 600.000 euros y con ocho meses de plazo. La ejecuta Obras Viales e Infraestructuras del Norte.
El proyecto en el Cabo San Lorenzo completa las actuaciones de recuperación de baterías militares en la ciudad, que tienen su otro gran eje en Cimavilla: la batería baja, junto al skate park, ya está recuperada, y la batería alta del Cerro, que acogerá un centro de interpretación para resumir la historia de estos elementos, está en obras. Financiado con fondos europeos, el plan pretende impulsar el patrimonio histórico de la ciudad con fines turísticos. Hay un cuarto proyecto, también el barrio Alto y, en este caso, en fase avanzada de licitación: el refugio antiaéreo de Cimavilla. Se quiere que el conjunto sea visitable y, para ello, habrá que recrear una salida al elemento soterrado, que conserva solo su conocida entrada bajo la Casa Paquet.
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