El Pueblo Ejemplar de Asturias agotó todos sus décimos de Navidad tras la visita de la Familia Real y sigue en racha (o al menos recupera lo jugado)
Era 2 de septiembre cuando Valdesoto despertó con la noticia de que había sido elegido «Pueblo Ejemplar de Asturias 2025». «Es como ganar la lotería», admitía entonces alguno de sus vecinos, todavía incrédulo. Y no iba desencaminado. De entre las 34 candidaturas presentadas, la localidad de Siero no despuntaba en las quinielas para recibir la visita de los Reyes y la Princesa Leonor. Lo sabían bien sus habitantes, que llevaban más de dos décadas presentándose sin éxito. El premio fue vivido como una auténtica bendición. Tanto, que muchos decidieron después tentar de nuevo a la suerte y se lanzaron a comprar décimos para el sorteo de Navidad, por si llamaba dos veces a su puerta.
[–>[–>[–>[–>[–>[–>Y dos fue, precisamente, el número que ha quedado grabado en la memoria colectiva: dos era el día de septiembre en que Valdesoto fue nombrado Pueblo Ejemplar y dos era la terminación de los boletos jugados en los bares del pueblo que ayer resultó premiada. Porque a Valdesoto le tocó lo jugado. Poco después de que se cantaran los tres primeros premios, Amparo Palacio seguía el sorteo desde su tienda de alimentación. «Casi no estoy pendiente del sorteo, pero si cayese algo ya me habría enterado», comentaba mientras miraba el móvil. «El pueblo estaba convencido de que este año nos tocaba, pero yo, después de lo de octubre… ya me doy por contenta», decía entre risas en referencia a los Premios Princesa.
[–> [–>[–>Amparo Palacio, ayer, tras el sorteo en su tienda de alimentación. | SB
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Fue precisamente tras la visita de la Familia Real cuando los décimos empezaron a venderse «como churros». «Es el primer año que los vendo todos», reconoce el propietario del Bar Campo de Fútbol Villarea, Pablo Noval, que los agotó hace poco menos de un mes. «Este año estaban convencidos de que tocaba», bromea, mientras señala el número que guardaba tras la caja registradora: el 39852. De pronto, cae en la cuenta: «¡Meca! Si nos tocó lo jugado». Todos los bares de Valdesoto compartían este año una misma terminación, de modo que cada uno recuperó lo invertido: 20 euros por décimo. «Ya tuvimos bastante con lo de los Reyes; yo sabía que no iba a tocar, pero muchos confiaban», comenta el vecino Gera García. «Por lo menos cayó el reintegro. Este año no podemos pedir más», añadía.
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Pablo Noval, ayer, en su bar del campo de fútbol de Villarea.
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Entre la lluvia generalizada de reintegros, hubo quienes lograron algo más. Los integrantes de la peña de les carroces «El Llagarón» se llevaron una pedrea gracias a tener los dos últimos números del 70048, el segundo premio. «Siempre tenemos ilusión, porque somos muchas peñas y jugamos muchos números», explica su presidente, Pablo Onís. «No tiene nada que ver con lo de Pueblo Ejemplar; es una tradición más en Valdesoto. Y este año, además, nos llevamos 100 euros», celebra.
[–>[–>[–>Así, entre la satisfacción de haber sido reconocidos como Pueblo Ejemplar y la pequeña alegría que dejó el sorteo de Navidad, Valdesoto cerró un año difícil de olvidar. No fue un premio millonario, pero sí el suficiente para reforzar una sensación compartida: la de un pueblo unido, perseverante y acostumbrado a celebrar cada logro colectivo, por pequeño que sea. Porque en Valdesoto, más allá de los décimos y los reintegros, la verdadera fortuna sigue estando en su gente y en la constancia de quienes nunca dejaron de creer.
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