El radar de velocidad que opera en Barcelona y que pone una multa cada 4 minutos
En Barcelona los radares siguen siendo noticia. Después de más de tres meses de pruebas en la fase pedagógica, los 17 nuevos dispositivos instalados en diferentes puntos de la ciudad han comenzado a penalizar a los conductores que superen los límites de velocidad. Según datos recientes, uno de estos radares emite multas a un ritmo alarmante, registrando una infracción cada cuatro minutos, lo que refleja una situación preocupante en cuanto al cumplimiento de las normas de circulación en la capital catalana.
En un video capturado entre las 12 y las 14 horas en la confluencia de las calles Entença y Provença, Se observa el paso constante de vehículos que superen el límite de velocidad permitido, establecido en 30 km/h. Este radar, ubicado en una zona de alta densidad de tráfico y próxima a un entorno escolar, se ha convertido en el emblema de la severa campaña de vigilancia impulsada por el Ayuntamiento para mejorar la seguridad vial. Sin embargo, su alta tasa de detección plantea dudas sobre la eficacia de las medidas de sensibilización anteriores.
¿Dónde están ubicados los nuevos radares en Barcelona?
Los nuevos radares están ubicados estratégicamente en áreas con altos índices de accidentalidad o tránsito frecuente de peatones vulnerables, como cerca de centros educativos. Entre los puntos más monitoreados, elEn Numància entre Anglesola y Déu i Mata, esquina de Pau Claris con Aragó y Mallorca entre Nàpols y Roger de Flor, entre otros. En todos estos casos la velocidad máxima permitida es de 30 km/h. A pesar de los esfuerzos por reducir los riesgos, muchos automovilistas parecen ignorar las señales, lo que genera un flujo constante de multas.
Además de los radares en las zonas escolares, Barcelona dispone de dispositivos de control en las principales vías donde el límite es de 50 km/h. Lugares como Aragó entre Urgell y Casanova o Diagonal cerca de Numància son escenarios habituales de infracciones. La instalación de estos radares responde a un plan global de movilidad que pretende no sólo reducir la siniestralidad, sino también fomentar un cambio en los hábitos de los conductores, promoviendo velocidades más seguras y sostenibles.
La postura del ayuntamiento tras las críticas a las multas
Los primeros resultados de esta iniciativa revelan la urgente necesidad de seguir formando y concienciando a la ciudadanía. El Ayuntamiento ha defendido estas medidas como un recurso indispensable para reducir la accidentabilidad, especialmente en una ciudad densamente poblada donde las interacciones entre vehículos y peatones son inevitables. Sin embargo, sectores de la población critican las sanciones como una forma de recaudación de ingresos más que como un esfuerzo real para mejorar la seguridad.
En breve, Los radares del Barcelona están cumpliendo su función de detectar infracciones, pero su eficacia a largo plazo dependerá de un cambio de mentalidad colectiva. Mientras tanto, el ritmo de las multas muestra que todavía queda mucho trabajo por hacer para que las calles de la ciudad sean más seguras para todos.
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