El Reino Unido confiscará bienes a los solicitantes de asilo para financiar su estancia en alojamientos temporales
El Gobierno laborista del Reino Unido ha dado un paso más en sus planes de frenar la inmigración irregular y las solicitudes de asilo. El Ministerio del Interior ha presentado este lunes un nuevo paquete de medidas para limitar la obtención de la residencia permanente en el país y para facilitar las deportaciones, en un intento de disuadir a las personas que aspiran a obtener el estatus de refugiado. El paquete, inspirado en el modelo implementado recientemente en Dinamarca, incluirá además la posibilidad de confiscar bienes a los solicitantes de asilo, incluidas joyas y vehículos, para financiar parte de su estancia en alojamientos temporales.
[–>[–>[–>Las autoridades británicas podrán requisar estos bienes a los solicitantes de asilo siempre y cuando no tengan un vínculo emocional con los objetos. La propuesta pretende acabar con los casos, expuestos por el propio Gobierno, de personas que se alojaban en hoteles pagados con dinero público y que poseían al mismo tiempo coches de alta gama o que recibían ingresos del extranjero, aunque no ha trascendido cuántos casos de este tipo se han detectado hasta la fecha.
[–> [–>[–>«Es justo que quienes reciben ayuda paguen por ella si pueden. Por lo tanto, quienes tengan ingresos o bienes tendrán que contribuir al coste de su estancia«, ha asegurado la ministra del Interior, Shabana Mahmood, en la presentación del plan en la Cámara de los Comunes. El Ministerio asegura, sin embargo, que no van a arrebatar las «reliquias familiares» a los solicitantes de asilo, lo cual ha planteado dudas sobre qué criterios seguirá el Ministerio del Interior para determinar si estas posesiones tienen un valor sentimental para sus propietarios.
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Residencia permanente
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El plan del Ejecutivo, titulado ‘Restoring Order and Control’ (Restableciendo el Orden y el Control), también prevé aumentar hasta los 20 años el plazo a partir del cual las personas con estatus de refugiado podrán solicitar la residencia permanente en el país, lejos de los cinco años actuales. Hasta entonces, su situación legal será revisada cada 30 meses, con la posibilidad de que se les revoque el asilo si las autoridades británicas consideran que su vida ya no corre peligro en sus países de origen. El objetivo es reducir el número de refugiados que se quedan de forma indefinida en el Reino Unido y acelerar las deportaciones.
[–>[–>[–>«Nuestro sistema de asilo está roto. El colapso de ese sistema de asilo está causando una enorme división en todo nuestro país. Para mí, resolver esa división es una misión moral«, ha señalado Mahmood. «Este país siempre ofrecerá refugio a quienes huyen del peligro. Pero también debemos reconocer que el mundo ha cambiado. Y nuestro sistema de asilo no ha cambiado con él», ha añadido.
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Además de endurecer las condiciones para obtener la residencia permanente y el estatus de refugiado, el plan del Ejecutivo incluye medidas para limitar la interpretación que hacen los jueces del Convenio Europeo de Derechos Humanos. En concreto del artículo 3, que protege a las personas contra la tortura o los tratos degradantes, y del artículo 8, que garantiza el derecho a la vida familiar. Según la nueva propuesta, el arraigo familiar sólo podrá alegarse para evitar las deportaciones o para aceptar nuevas solicitudes de asilo en caso de tener padres o hijos en el Reino Unido.
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[–>El Gobierno laborista también quiere acelerar la expulsión de las familias que permanecen en el país después de que su solicitud de asilo haya sido denegada, las cuales siguen recibiendo ayudas si tienen hijos menores de edad a su cargo. Esta situación, según el Ejecutivo, sirve como incentivo para las nuevas llegadas. «Una vez en el Reino Unido, los solicitantes de asilo pueden aprovechar el hecho de haber tenido hijos y echado raíces para frustrar su expulsión, incluso si su solicitud ha sido rechazada legalmente», señala el documento publicado este lunes por el Ministerio del Interior.
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Divisiones internas
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Los planes del Gobierno laborista suponen un nuevo intento de frenar el ascenso del partido de derecha populista Reform UK, el cual lidera claramente las encuestas con un discurso duro contra la inmigración. Una estrategia que está generando divisiones en la bancada laborista y que ha puesto en pie de guerra al sector más a la izquierda del partido, que considera que el Ejecutivo está tomando una dirección equivocada en su batalla con los populistas. «Es vergonzoso que un gobierno laborista esté destruyendo los derechos y las protecciones de personas que han sufrido traumas inimaginables», ha asegurado la diputada laborista Nadia Whittome en su intervención en la Cámara de los Comunes. La tensión interna es cada vez mayor en la formación, hasta el punto de que algunos diputados del partido podrían boicotear el paquete de medidas y tratar de impedir su aprobación en el Parlamento.
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