El Reino Unido reduce a la mitad la inmigración neta tras endurecer la concesión de visados
El Reino Unido ha reducido a la mitad las cifras de inmigración neta en apenas un año. La diferencia entre el número de personas que se instalaron en el país y las que lo abandonaron se situó en 431.000 en 2024 —frente a las 860.000 de 2023—, según las primeras estimaciones publicadas el jueves por la Oficina Nacional de Estadística (ONS, por sus siglas en inglés). Estos resultados han dado un respiro al Gobierno laborista, que ha endurecido sus políticas migratorias en los últimos meses para frenar el auge de la derecha populista, a pesar de que gran parte de la caída se debe a las restricciones en la concesión de visados implementadas por el anterior Ejecutivo conservador.
El informe de la ONS señala que la reducción del número de inmigrantes al país se debe en gran parte a las limitaciones en la concesión de visados para los familiares dependientes de estudiantes extranjeros, una medida aprobada en 2023 por la exministra del Interior conservadora Suella Braverman. Gran parte del descenso también se debe al aumento del salario mínimo necesario para obtener un visado de trabajo y a las restricciones de entrada al país para los familiares de los trabajadores extranjeros en el sector de los cuidados, uno de los sectores que más demanda de inmigrantes ha tenido en los últimos años.
A la reducción de la cifra de inmigrantes se ha sumado un aumento del 11% en el número de emigrantes, que ha alcanzado las 517.000 personas en 2024. Algo que la ONS ha atribuido a la salida del país de personas que llegaron con un visado de estudiante y que alargaron su estancia debido a la pandemia.
Políticas restrictivas
La publicación de estas cifras se produce apenas unos días después de la presentación por parte del Gobierno laborista de un paquete de medidas para restringir la llegada legal de inmigrantes, entre ellas el fin de la contratación internacional de trabajadores en el sector de la dependencia y de los cuidados, nuevas exigencias en los niveles de cualificación para obtener visados de trabajo y la ampliación de la estancia mínima en el país para poder optar a la ciudadanía británica, que pasará de 5 a 10 años en la mayoría de los casos.
El primer ministro, Keir Starmer, ha endurecido su discurso en los últimos meses para contener el auge del partido Reform UK, del líder populista Nigel Farage, que obtuvo una importante victoria en las elecciones locales de principios de mes, especialmente en los antiguos bastiones laboristas del norte y del centro de Inglaterra. Starmer ha llegado a referirse al Reino Unido como una «isla de extranjeros» y ha acelerado el número de deportaciones desde que llegó a Downing Street, rozando las 30.000 personas, la cifra más alta en casi una década, según datos del propio Gobierno.
Críticas de la derecha
Los representantes de Reform UK, sin embargo, han asegurado que gran parte de estas deportaciones se han hecho de forma voluntaria y han exigido al Gobierno que revele cuántas de ellas corresponden a personas que llegaron al Reino Unido de forma irregular. El Partido Conservador, por su parte, ha atribuido el descenso de la inmigración neta a las políticas implementadas por sus gobiernos y ha reclamado al Ejecutivo laborista que imponga un límite legal en el número máximo de llegadas anuales de extranjeros al país. «Debemos recordar que en el momento en que los laboristas llegaron al poder, eliminaron las duras medidas que tomamos para reducir estas cifras. Las cifras siguen siendo demasiado altas, y Starmer sigue votando en contra de todos los planes para reducirlas aún más», ha asegurado la líder de los ‘tories’, Kemi Badenoch.
El primer ministro está tratando de revertir la tendencia a la baja de su partido en las encuestas con la firma de nuevos acuerdos comerciales con terceros países, la revisión de los polémicos recortes de algunas prestaciones sociales y con el endurecimiento de sus políticas migratorias, pero los resultados de esta estrategia todavía están por ver. El número de llegadas irregulares está registrando niveles récord en lo que llevamos de año y las concesiones de asilo apenas se han modificado respecto a los años anteriores.
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