Como esos pergaminos que rodean el hotel Riscal en Laguardia, nuestra cultura se entrelaza con el vino. Podría haber sido cerveza si la hubiésemos heredado de los egipcios. Noah se emborrachó y no fue como una celebración por haber vuelto a pisar tierra firme. Es el nacimiento de una raza maldita, los cananeos, manchada por la burla de Cam de su padre desnudo e inconsciente. No maldijo el vino que luego fue consagrado en la Última Cena. Ancel Keys, el inventor de la dieta mediterránea incluía el vino. Fue su grupo el que, sin querer, lanzó un anatema contra el aceite de oliva. Habían demostrado que el aceite de semillas reduce el colesterol total mientras que el aceite de oliva no lo modifica. Entonces no se estudiaban fracciones. Fueron necesarios años para reconocer que el aceite de oliva eleva el colesterol que llamamos bueno y reduce el malo.



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