Es básico reservarnos 15 minutos cada día a pensar, a reflexionar y a no hacer nada más para cuidar nuestro corazón





Llevo 40 años estudiando y tratando el corazón y debo admitir que nunca he entendido cómo puede Supera cada segundo y funciona muy bien.. Sigue siendo un órgano misterioso para mí porque, aunque no se detiene ni un segundo, su mecánica es absolutamente perfecta. Incluso hablé con físicos que me podrían dar una explicación desde este punto de vista, pero aún no sabemos a qué se debe esta gran fuerza.
Es sin duda un órgano milagroso porque, además, no puede regenerar sus células como lo hacen otros órganos. La regeneración celular es una de las formas de corregir pequeños defectos que pueden provocar su mal funcionamiento, pero esto no ocurre con el corazón, lo que hace que su trabajo sea absolutamente maravilloso.


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La importancia de los buenos hábitos
La mayoría de las veces (si no hay ninguna enfermedad presente al nacer) la estropeamos con nuestros hábitos. que repetimos a diario. Por eso es tan importante tomarnos unos minutos para recordarnos qué podemos mejorar en nuestro estilo de vida. Estos pensamientos son fundamentales para disfrutar de un corazón sano durante mucho tiempo. Sin castigarnos ni obsesionarnos, sino pensando positivamente en qué podemos mejorar y cómo.
Generalmente somos reactivos: algo sucede y reaccionamos. Pero es esencial tener un actitud proactivaes decir la convicción de que Cada uno de nosotros puede hacer algo para restaurar la salud y la fuerza de este órgano vital, evitar enfermar y, sobre todo, prevenir consecuencias que, aunque en un principio no lo sospechemos, pueden modificar mucho nuestra vida.


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Salud antes que enfermedad
Nosotros los médicos debemos cambiar de dirección y dejar de centrarse tanto en la enfermedad (y no dar tanta medicación) para centrarse en la salud. Así, entenderemos los mecanismos que el cuerpo pone en marcha para frenar una alteración.
Y los pacientes deben hacer lo mismo, porque cuando entienden ¿Qué es la salud y qué es la calidad de vida? –y convertirlo en una prioridad máxima en sus vidas– pueden prevenir enfermedades de manera más eficaz y rápida.
La nueva medicina es la prevención
Se han logrado avances significativos en la detección, tratamiento y control de las enfermedades cardiovasculares. Mundial. Y a pesar de ello, la incidencia de trastornos que afectan al corazón y al cerebro sigue aumentando. Hay que saber intervenir en las diferentes etapas de la vida para evitarlo y poder prevenir enfermedades cardiovascularesporque la decisión final de cambiar nuestros hábitos depende sobre todo de cada uno de nosotros.
En los últimos años, mis equipos y yo nos hemos dedicado a estudiar cada grupo de edad -teniendo en cuenta los factores de riesgo de cada uno de ellos-, sobre todo para prevenir, pero también para prevenir tratar mejor las enfermedades cardiovasculares cuando ya esté presente (y quizás desconocido) y evitar consecuencias fatales.
En la infancia (3 a 15 años)
Aquí es donde podemos hacer más en términos de prevención, Por eso nuestro objetivo es enseñar desde abajo hacia arriba, desde la infancia y la familia. Hemos visto que es posible mejorar los hábitos de la unidad familiar cuando es el niño quien los sugiere y sabemos que Los niños tienen una habilidad especial para aprender. y asimilar los conceptos.
En estas edades, la corteza prefrontal (la zona del cerebro situada en la frente) contribuye mucho a la capacidad de aprendizaje y memoria, y las distintas áreas cerebrales se conectan mucho más rápidamente. Así los niños podrán aprender varios idiomas sin ningún problema.
Y por eso también Recuerda y aplica mejor que un joven o un adulto. hábitos saludables (dieta, ejercicio físico, evitar toxinas, etc.) que se enseñan. Pero también hemos observado que esta enseñanza se va perdiendo con el tiempo, seguramente por la influencia de la sociedad de consumo actual. La buena noticia es que si volvemos a inculcar buenos hábitos los beneficios reaparecen y son exponenciales, se duplican.
En adultos (entre 20 y 60 años)
La mayoría de las enfermedades cardiovasculares (ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares) son causadas por la aterosclerosis, la enfermedad de las arterias. Ahora sabemos que este escenario comienza a una edad temprana, quizás entre los 35 y los 40 años, y avanza silenciosamente durante décadas sin que la persona se dé cuenta.
Cuantos más factores de riesgo se acumulan (os los recordaré en las páginas siguientes), más probable es que ya esté empezando. Gracias a nuestro estudio PESA (Progression of Early Subclinical Atherosclerosis), sabemos que los coágulos empiezan a formarse primero en las piernas (en la zona femoral, en el muslo) y no en las arterias del corazón.
Lo que pasa es que durante años no hay síntomas porque las arterias de las piernas son grandes y la obstrucción pasa desapercibida. Sin embargo, cuando la enfermedad avanza y afecta a las arterias coronarias, basta con un pequeño bloqueo para que aparezcan molestias, y es posible que el corazón ya lo haya sufrido.
En este grupo de edad es más difícil inculcar cambios en los hábitos diarios pero, curiosamente, la persona que ya comienza con una enfermedad arterial asume mejor una estilo de vida nuevo y saludable cuando te mostramos cómo se bloquean tus arterias en vivo y utilizando técnicas de imagen innovadoras.


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Personas mayores (a partir de 60 años)
Aquí lo que más nos preocupa es el cerebro, porque encontramos que los mismos factores de riesgo que pueden provocar un infarto pueden provocar un ictus e incluso la enfermedad de Alzheimer, porque impiden que el flujo sanguíneo llegue con normalidad al cerebro.
Una arteria inflamada nos envejece
La edad de nuestras células, no la que aparece en nuestro DNI, también puede determinarse mediante qué tan saludables están las arteriascomo vimos en un estudio del Centro Nacional de Investigación Cardiovascular
EL aterosclerosises decir, el endurecimiento de las arterias por la acumulación de la capa aterosclerótica (colesterol y otras sustancias) modifica el ADN (provoca metilación), lo que provoca que los tejidos envejezcan prematuramente. Pero es un proceso reversible si volvemos a cuidarnos.
Los dos hábitos que pueden cambiarlo todo
Muchos de mis pacientes me preguntan cuál es la fórmula para cuidar su corazón y siempre respondo que solo hay una: El gran secreto está en nuestra cabeza, en querer cuidarnos, y esto debemos decidirlo con total serenidad.
1. Dedica 15 minutos cada mañana a pensar
Es fundamental reservar esos minutos cada día para pensar, reflexionar y no hacer nada más. Tienes que darte permiso para hacer esto, porque hoy vivimos en una sociedad que hace todo de forma apresurada y automática. Y, con esta dinámica, es imposible tener clara nuestra lista de prioridades.
este pequeño tiempo para pensar Esto puede ayudarte a organizar las tareas del día y pensar en cómo realizarlas sin prisas; poder decidir qué comer y por quéy sobre todo, podrás recordar que la salud y la calidad de vida son tus principales prioridades.
cuando estamos capaz de detener el relojPensando con total calma durante unos minutos cada día podemos poner orden en los hábitos que seguimos y cambiar aquellos que sabemos que no son saludables. Pasar al proceso de modificación de ellos es entonces más fácil porque el cerebro ya los ha asimilado y ha valorado previamente su importancia.


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2. El ejercicio es un motor de cambio
Por mi experiencia en el hospital, sé que es complicado convencer a un paciente fumador, con sobrepeso e hipertenso de que cambie sus hábitos de vida. Pero también comprobé algo muy positivo…
Cuando esta persona empieza a hacer ejercicio, por mucho que sea capaz de hacer al principio, y no para, puede empezar a controlar sus malos hábitos. lo recomiendo bicicleta estática Porque lo tienes en casa, es fácil de dominar y puedes parar cuando quieras, pero cada uno tendrá que elegir lo que más le guste o lo que se vea capaz de hacer.
La motivación, otro gran secreto
Este es otro gran generador de cambio a cualquier edad. Cuando estamos motivados, podemos lograr muchas cosas.
Funcionamos mejor en comunidad que solos.
Por tanto, si no estamos completamente motivados para hacer o cambiar algo, lo importante es acabar con alguien que sí lo esté. Si hacemos ejercicio físico, yoga o cualquier otra cosa, con una persona motivada, su motivación nos contagiará. Todos deben encontrar este catalizador.
Si eres creativo, podrás estar más motivado
Si cada uno de nosotros imagina formas de mejorar nuestra salud (y deben ser propuestas que podamos sostener bien), podremos cambiar más hábitos porque nos sentiremos dueños de esta decisión; y esta percepción también es motivadora.
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