Es el arquetipo de la sociedad del cansancio




Poco después del cierre La sociedad del cansancio, Durante una primera e intensa lectura, me encontré con un cuento que me dejó sin palabras. Al otro lado del mundo, en California, se está poniendo de moda un nuevo horario de trabajo. Es la rutina 9-9-6. De nueve de la mañana a nueve de la noche, seis días a la semana. un recuento total de 72 horas por semana dedicado al trabajo. No hay duda, el mundo se ha vuelto loco.
Antes de empezar a escribir este artículo, vuelvo a sorprenderme al descubrir otra noticia que me deja sin palabras. En este caso, un joven español que se enorgullece de trabajar 12 horas diarias, seis días a la semana, por un magro salario de 900 euros al mes. “Estoy invirtiendo en mi futuro”, presume el joven empresario. La locura se extendió como una epidemia. y llegó a nuestras costas. Abro de nuevo el libro de Byung-Chul Han y no tengo ninguna duda: Vivimos en vuestra sociedad cansada.
¿Por qué leer a Byung-Chul Han?
Byung-Chul Han, actual ganador del Premio Princesa de Asturias, ha sido acusado de dos cosas principales: falta de originalidad y repetitividad. Estas son ideas que se pueden encontrar en otras fuentes. Aquí en España tenemos a José Carlos Ruiz, que hizo un análisis que coincide en ciertos puntos con el de Han, a través de su ‘después de la felicidad’.
En cuanto a la repetitividad, es porque en muchos de sus artículos y ensayos aborda temas similares. Repite y devuelve los mismos conceptos. Pero el hecho es que la sociedad sobre la que escribe y analiza es la misma. Este la sociedad del cansancio.
En 2010el filósofo surcoreano que vive en Alemania, escribió su ensayo más famoso: La sociedad del cansancio. Para aquellos que quieren entender la sociedad moderna.La lectura es más que recomendable.: produce una radiografía sin concesiones de un mundo que todos conocemos.
Si esta es tu primera aventura en la lectura filosófica, dos advertencias: La prosa de Byung-Chul Han es difícil de digerir. No te dejes engañar por sus 118 páginas. Hay novelas de 800 páginas que puedes leer más rápido. Para ir abriendo boca, recomiendo lecturas más informativas, como La vida del pensamiento.Por Víctor Ballesteros Sánchez-Molina.
Prometeo y la sociedad del cansancio
¿¿En qué consiste esta sociedad del cansancio? ¿De qué nos habla Byung-Chul Han? Basta leer el prólogo para entenderlo. Habla de Prometeo que, a causa de la condenación de los dioses, es atado a una montaña para que un águila pueda devorarle el hígado todos los días. Al ser inmortal, el hígado del ladrón de fuego se regenera cada noche, para ser devorado nuevamente por la mañana.
En Byung-Chul Han, Prometeo es la imagen del hombre moderno.que es devorado por el águila, una álter ego quien lo devora hasta el cansancio. “Prometeo es el arquetipo de una sociedad cansada”, afirma el filósofo.
Positividad tóxica
Si hemos caído en este vicio de devorarnos a nosotros mismos, de explotarnos hasta el agotamiento, es porque hemos caído víctimas de una enfermedad a la que no somos inmunes. Horquillas exceso de positividad.
Probablemente esto te parezca extraño, teniendo en cuenta que muchos expertos en psicología positiva señalan exactamente lo contrario: que somos infelices porque somos negativos.
Pero Byung-Chul Han rescata el valor intrínseco de la negatividad como elemento inmunológico. Lo que nos incomoda nos hace rechazar. Y nos protege de lo que es inherentemente tóxico para nosotros.
Por otra parte, en la sociedad del cansancio, hemos aceptado la directiva de que todos deberían ser felices. Y para ello, nos sumergimos en una positividad ciega. “Los excesos de producción, performance y comunicación generan una violencia de positividad”, afirma el filósofo. Y ya ni siquiera podemos reaccionar ante ello, porque tenemos que ser felices.
El fin de la sociedad disciplinaria
Este descenso a los infiernos –el inframundo o Hades, el lugar donde viven los espíritus de los muertos– de Prometeo, esta aceptación de una positividad impuesta, hizo que el ser humano deshacerse de la sociedad disciplinaria que describió en su obra foucault.
Esta sociedad se regía por el principio rector de «No puedes». A quienes no cumplieran les esperaban prisiones, asilos y todo tipo de instalaciones correccionales con muros altos y aterradores. En la sociedad moderna, la sociedad del desempeño, como la llama Han, hemos reemplazado el «no puedes» por el «no puedes». un “sí, puedes”.
“La positividad que implica poder hacer algo es mucho más efectiva que la negatividad que implica tener que hacerlo”, explica el filósofo. Tener que trabajar 72 horas semanales es diferente a poder hacerlo. «El inconsciente social pasa del deber al poder. El sujeto obligado a actuar es mucho más rápido y productivo que el sujeto obligado a obedecer”, añade.
Y si buscas a alguien a quien culpar de tu agotamiento, mírate al espejo y lo verás. «El explotador es al mismo tiempo el explotado.. Las víctimas ya no se distinguen de los verdugos”, explica Han.
La multitarea es una regresión
En este deseo de hacer, producir y actuar, el ser humano ha evolucionado. Y la prueba es, dice Byung-Chul Han, multitarea.
“El exceso de positividad también se manifiesta a través de un exceso de estímulos, información e impulsos”, explica el filósofo. Este exceso nos lleva inevitablemente a la multitarea, que no es exclusiva de los humanos y tampoco debería ser motivo de orgullo para nuestra especie.
«La multitarea es muy común precisamente entre los animales salvajes«, asegura. «Es una técnica de distribución de la atención, esencial para la supervivencia en la naturaleza». El hombre de la sociedad del cansancio ha construido a su alrededor una jungla de notificaciones, tareas pendientes y exigencias que le han hecho volver, mentalmente, a su estado primitivo.
Vida activa, no pienses
Nietzsche dijo en crepúsculo de los ídolosque la misión principal de la educación debe ser enseñarnos a mirar, a pensar, a hablar y a escribir. Para todo esto era imprescindible un educador, pero también calma, descanso, tiempo, paciencia.
El espíritu de la sociedad del entretenimiento no tiene tiempo para pensar, sólo para producir. Y es que la reflexión, el pensamiento elaborado, incluso la creatividad, Sólo pueden ocurrir en momentos de pausa y silencio.
“Hoy vivimos en un mundo muy bajo en interrupcionesen los intervalos y en el medio. La aceleración elimina todo lo que hay en el medio”, afirma Han.
La sociedad del cansancio
Todos estos antecedentes condenan al hombre a lo que Han llama «la sociedad del cansancio», que, lamentablemente, también nos condena a la soledad.
“El hastío de la sociedad del espectáculo es un agotamiento solitario, que individualiza y aísla«, afirma el pensador surcoreano. Ya no tenemos tiempo ni energía para crear vínculos, sólo para seguir trabajando sin descanso.
Se acabó la fiesta
En el último capítulo de esta lectura que requiere descanso y reflexión, Byung-Chul Han afirma que Vivimos una época sin fiestas, este espacio está diseñado para no hacer nada. El momento en que Byung-Chul Han dedicará otro libro, vida contemplativay que él llama “sublime”.
“El tiempo sublime es el tiempo completo, a diferencia del tiempo de trabajo como tiempo vacío, que hay que llenar y que oscila entre el aburrimiento y la asiduidad”, explica el pensador. Y añade: “Hoy el tiempo sublime ha desaparecido por completo a favor de que el tiempo de trabajo sea absoluto. Esto nos permite tomarnos un descanso del trabajo para poder seguir funcionando.
Hemos perdido la capacidad de dejar que las manecillas del reloj giren libremente, de estirarse sin prisas. Los veranos eternos ya no existenel domingo sin prisas. Todo esto ha desaparecido en favor de la sociedad del espectáculo.
La visión de Han es amarga. «Este mundo de bienes no es para ser habitado.«, dice. En la última línea de su ensayo, sin embargo, nos deja un mensaje, una petición, una puerta entreabierta a la esperanza: «Deberíamos volver a transformar los grandes almacenes en un hogar, incluso en un centro de fiestas, donde realmente valga la pena vivir».
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