Economia

«Es momento de centrarnos en las pymes, no en guerras personales»

«Es momento de centrarnos en las pymes, no en guerras personales»
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  • Publishedabril 12, 2025




Las elecciones a la presidencia de Cepyme se han convertido en una lucha feroz por el control de los empleadores de las PYME, en un momento particularmente delicado para el tejido de negocios español. Fernando Santiago Ollero, presidente del Consejo General de los Colegios de Gerentes Administrativos y representante de su asociación profesional en los empleadores de PYME, denuncia el «intervencionismo» de CEOE y especialmente apunta a su presidente, Antonio Garamendi, quien ha despedido la tensión y la confrontación institucional. Santiago ha decidido levantar la voz para reclamar el enfoque a lo verdaderamente importante: las pequeñas y medianas empresas.

¿Cómo valora la situación que se ha generado en torno a las elecciones internas de Cepyme?

Con preocupación. Porque lo que ha ocurrido no es un debate saludable o una diferencia en los criterios, sino una interferencia directa en la autonomía de una organización empresarial. Y que pone en peligro algo fundamental: respeto por los procesos democráticos internos y la libertad de los socios para elegir a sus representantes.

¿Se refiere el papel desempeñado por el presidente de CEOE en ese proceso?

Sí, claramente. Es legítimo que las personas tengan opiniones, incluso que hay preferencias dentro del entorno empresarial. Pero otra cosa es que el presidente de la CEAE conduce activamente una candidatura, que enfrenta públicamente al otro y solicita el voto por un candidato. Esa acción no es neutral y, por supuesto, no es institucional.

¿Es legal el posicionamiento en un proceso electoral?

Por supuesto. Es natural que los socios, federaciones, organizaciones o incluso personas con responsabilidad en el campo de negocios se alineen con una opción u otra. Es parte de la vida interna de cualquier entidad. Pero el papel del presidente de la Confederación Madre, que representa a todos, es otro. Su responsabilidad es arbitrar, garantizar el buen desarrollo del proceso, no optar. No puede actuar como una parte interesada, porque entonces la confianza en la organización se establece.

¿Qué consecuencias crees que puede tener esta situación?

Lo más serio ya está sucediendo: el enfoque se ha desviado de lo verdaderamente importante. En lugar de hablar sobre los problemas de las PYME, sus necesidades, cómo acompañarlos en esta compleja situación económica, asistimos a un conflicto interno que se vuelve público y genera división. No estoy a favor de ingresar descalificaciones personales, con presuntos trapos sucios, incluso de personas que no están en las elecciones, que solo han expresado su apoyo legítimo para uno u otro candidato. Las PYME no son para guerras personales o institucionales. Están esperando que trabajemos juntos, con responsabilidad y sin interferencia, para poder representarlos mejor.

¿Qué mensaje te gustaría enviar en este contexto?

Que respetamos los procesos, que permitimos que las organizaciones decidan libremente sus representantes, sin presiones externas. Que volvemos al sentido institucional, con el compromiso con el todo. Y sobre todo, no olvidemos que lo urgente, lo necesario, la prioridad, son las PYME. Les debemos, no a egos o estrategias personales.

¿Qué opinas de este desastre del voto delegado?

Dado que hay una solución muy fácil: ir a votar. No puede haber manipulación. Voy a votar personalmente. Ya he reservado mi agenda para tener el día libre y poder ejercer mi derecho y mi obligación de participar personalmente en el futuro de la organización que defienda los intereses de las pequeñas y medianas empresas. Creo que es un momento clave, y que estar presente es una muestra de compromiso con lo que realmente importa.



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