Es una puñalada a Lamine Yamal
la gala de premios El mejor FIFA 2025 dejó un sabor amargo en el corazón de los fans FCBarcelona. Lionel Messi, como capitán de la selección argentina, votó para elegir al mejor jugador del año en una ceremonia que coronó Ousmane Dembélé como el ganador.
Sin embargo, la forma en la que Messi repartió sus puntos abrió una incómoda brecha entre los barcelonistas, sobre todo tras las declaraciones de Jota Jordi en el programa El Chiringuito.
El reparto de votos de Messi fue el siguiente: cinco puntos para Dembélé, tres para Kylian Mbappé y solo uno para Lamina Yamal. Esta combinación ha provocado una tormenta de críticas que van más allá del simple análisis deportivo.
Lo inquietante no es tanto que la estrella de PSG obtuvo la puntuación máxima, pero el orden de prioridad: un jugador de el verdadero madrid vencer a la joya local de Barcelona.
El martes por la tarde, durante su discurso en El ChiringuitoJota Jordi expresó el malestar que se estaba extendiendo en la grada culé. Su tono reveló una decepción que iba más allá del fútbol.
«Es un golpe contra Lamine. Una traición. Uno juega en el Madrid y el otro en el Barça», declaró el presentador del programa, estructurando el corazón del conflicto: la dificultad de comprender cómo Messi, máximo símbolo de la institución del Barça desde hace dos décadas, había dado prioridad al galáctico madridista frente a su teórico «heredero» en el presente del club.
El momento verdaderamente explosivo llegó cuando Jordi hizo una pregunta intencionadamente provocativa. “¿Sabes qué piensa la familia de Messi de Lamine Yamal?” » preguntó, dejando la respuesta en el aire.
Con esta frase, las críticas trascendieron el aspecto puramente deportivo para entrar en el terreno especulativo de posibles tensiones personales o incluso celos del entorno del astro rosarino hacia el joven talento del Barça. Jordi pareció sugerir que la votación no era un simple ejercicio de objetividad, sino quizás una forma velada de frenar las aspiraciones del heredero.
El presentador del programa de entrevistas insistió en que el episodio tenía una carga simbólica innegable. «Es muy significativo. Si queremos restarle importancia, le restaremos importancia. Pero es muy significativo», concluyó.
Advirtió así que no se trata de una anécdota intrascendente, sino de una declaración de intenciones que trasciende varios estratos de la relación entre Messi, el Barcelona y la nueva generación de talentos locales.
La polémica refleja una tensión latente dentro del club catalán. Por un lado, una afición que esperaba que su ídolo histórico sirviera de padrino y legitimador del nuevo orden. Por el otro, las complejidades de la dinámica personal y profesional cuando el pasado coexiste incómodamente con el presente.
Los votos de Messi en The Best no son sólo números sobre una mesa: confirman una distancia emocional que los barcelonistas aún no han asimilado del todo.
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