España es uno de los países menos expuestos a los aranceles de Trump
El acuerdo alcanzado ayer entre Estados Unidos y la Unión Europea ha evitado, al menos por ahora, una guerra comercial en toda regla. Washington y Bruselas han pactado fijar aranceles del 15% para la mayoría de productos europeos, frente al 30% que estaba previsto para agosto. ¿Y en España? El impacto será moderado en comparación con otros socios comunitarios como Alemania o Italia, aunque algunos sectores clave seguirán notando el golpe.
La clave de ello está en que la afectación real de los aranceles depende, en gran medida, de la balanza comercial que cada país mantenga con Estados Unidos. Y en el caso español, los datos más recientes recogidos por el OEC confirman una dependencia limitada de las exportaciones en este mercado. En mayo de 2025, España exportó bienes por valor de 1.470 millones de euros a EEUU, frente a unas importaciones de 2.230 millones, lo que deja un déficit comercial de 759 millones. La relación asimétrica resultante significa que España importa más de lo que vende, por lo que el impacto directo de los aranceles es relativamente menor que en países con un fuerte superávit con EE. UU.
Un acuerdo para ganar tiempo
Con el acuerdo comercial firmado el domingo, el presidente estadounidense, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, sellaron un pacto de última hora. El acuerdo rebaja los aranceles recíprocos al 15%, una cifra que aunque sigue siendo superior a la que se aplica a países como Reino Unido (10%), consigue poner fin—por ahora— a la amenaza de una guerra comercial abierta. ¿Que pide Trump a cambio? Que la UE invertirá 600.000 millones de dólares en EE. UU., incluyendo compras militares y energéticas. En palabras de Von der Leyen, se trata de un «acuerdo de estabilidad y previsibilidad», mientras que Trump lo ha calificado como “el mayor de todos los acuerdos”.
España: un impacto contenido
En comparación con sus socios europeos, España no figura entre los países más afectados por la política arancelaria de Washington. Entre mayo de 2024 y mayo de 2025, las exportaciones españolas al mercado estadounidense cayeron un 16,7%, mientras que las importaciones se redujeron aún más, un 18,8%, reflejando una ralentización global del intercambio. Por eso, a diferencia de Alemania, Italia o Irlanda —grandes exportadores al mercado estadounidense con un elevado superávit—, España mantiene una balanza comercial más equilibrada con EEUU.
Los sectores más expuestos
Ahora bien, que el impacto general sea moderado no significa que ciertos sectores no saldrán indemnes. Entre los productos más exportados el pasado mes de mayo desde España destacan los transformadores eléctricos (98,4 millones), el aceite de oliva puro (72,2 millones) y las turbinas de gas (67,9 millones). Y en lo que a importaciones respecta, estas incluyen petróleo crudo (259 millones), gas petróleo (256 millones) y medicamentos envasados (230 millones).
Por mercados, el más vulnerable es el agroalimentario, especialmente productos como el vino, donde hay que tener en cuenta que en 2024 Estados Unidos fue el segundo mercado para España, con más de 330 millones de euros en exportaciones. El aceite de oliva, cuyo principal exportador mundial es España, también podría ver reducido su competitividad: según datos de Eurostat, en 2023 España exportó casi 100.000 toneladas de aceite de oliva a Estados Unidos por un valor de 640 millones de euros, un 32% más que en 2021. Este intercambio convierte al mercado estadounidense en crucial, siendo el país que consume el 50% del aceite de oliva importado fuera de la UE.
Por su parte, el sector automotriz notará la rebaja en los aranceles del 25% al 15%, aunque sigue existiendo un recargo. España no figura entre los principales exportadores de automóviles a EEUU, pero algunas plantas del país fabrican modelos que se envían al otro lado del Atlántico, lo que podría traducirse en una presión sobre márgenes.
El sector farmacéutico, otro pilar de la economía exportadora europea, queda formalmente fuera del acuerdo, pero Von der Leyen ha adelantado que también se aplicará un arancel del 15%. La medida aún no ha sido detallada, y la posibilidad de aranceles del 200%, como los sugeridos por Trump en el pasado, sigue sobrevolando como amenaza.
Andalucía y Comunidad Valenciana, en el radar
Por comunidades autónomas, según estimaciones anteriores de CCOO, comunidades como Andalucía y la Comunidad Valenciana podrían verse más afectadas debido a su especialización en productos agroalimentarios y manufacturas exportadas a EE. UU. Andalucía concentra buena parte de la producción nacional de aceite de oliva, mientras que Valencia destaca por bienes como transformadores eléctricos o productos cerámicos.
Más allá de los aranceles
Así las cosas, aunque el nuevo pacto comercial evita una guerra arancelaria inminente, algunos economistas advierten de consecuencias estructurales más profundas. Una de ellas es la investigadora Judith Arnal, quién considera que la Unión Europea ha cedido en exceso al asumir la narrativa de “reequilibrio” impuesta por Washington. “Nos encaminamos a un escenario en el que el superávit por cuenta corriente de la UE se verá reducido y podremos retener más de nuestros ahorros e invertirlos en la UE”, señala.
Desde su punto de vista, el acuerdo no solo renuncia al multilateralismo, sino que marca el declive de mecanismos como la Cláusula de Nación Más Favorecida de la OMC. Además, Arnal recuerda que los aranceles pactados con Trump podrían tener efectos contraproducentes para Estados Unidos, al aumentar los precios internos y reducir la competitividad de su propia industria.
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