España plantea a la UE financiar la defensa europea con fondos de la Unión ante la «amenaza existencial» rusa

En estos tiempos, en los que la invasión a gran escala de Ucrania por Rusia es “una amenaza existencial” para Europa, ningún estado de la UE puede procurarse a solas su defensa, y la seguridad debe financiarse con fondos de la Unión, mirando no solo a la amenaza que viene del Este, también a las del sur. Son las ideas principales que el Gobierno ha transmitido este lunes a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, de cara a elaboración del próximo Libro Blanco que, en plena encrucijada militar de Europa, está en preparación. España apoya el comienzo de una federalización europea de la defensa.
El Gobierno ha enviado a Von der Leyen, un documento informal, de los llamados “non paper”, que fija la perspectiva española sobre el dosier estratégico que la Comisión presentará el próximo 19 de marzo con el título Libro Blanco para el Futuro de la Defensa Europea, y que los jefes de Estado y de Gobierno deberán adoptar formalmente en el Consejo Europeo previsto para junio.
Junio también es el mes en el que se celebrará, en La Haya, la llamada a ser cumbre más crucial de la historia de la OTAN. Pero mucho antes, este jueves, se reúne una cumbre también trascendental, en este caso europea y para hablar de la defensa de Ucrania.
“Amenaza existencial”
El documento español inscribe un aumento de la calificación sobre la guerra que sufre Ucrania. Si durante tres años se la ha tildado de invasión ilegal, que rompe el orden internacional, ahora España además “reconoce que la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania es una amenaza existencial y está íntimamente ligada a la seguridad europea”.
El papel que fija la posición española pide que la seguridad se considere un Bien Público Europeo, asumiendo que ningún estado miembro puede garantizar su protección a solas. El ejecutivo español contempla la vigencia de la Alianza Atlántica, pese a su actual inestabilidad: “Es necesario trabajar de manera concertada a nivel comunitario / UE en el marco de la OTAN y en alianzas con países amigos”, dice la nota enviada a Von der Leyen.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, con el presidente de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, el domingo pasado en la Cumbre de Londres. Frente a ellos, el anfitrión, Keir Starmer, primer ministro británico / NATO Archives
España pide que no se mire solo al Este, sino en 360 grados. Esa visión circular abarca no solo lo territorial, también lo temático. O sea, la perspectiva española consiste en que la UE debe velar por su seguridad en el flanco oriental sin dejar de mirar al “vecindario sur”. Es una propuesta reiteradamente defendida por la ministra de Defensa, Margarita Robles, en foros internacionales y desde 2022 por Pedro Sánchez en la cumbre OTAN de Madrid.
La visión holística de la defensa que propone el documento, incluye ir “más allá de cuestiones puramente militares y de definición de capacidades, abordando también otros aspectos de seguridad, como la resiliencia, la respuesta a crisis climáticas o el refuerzo crítico de infraestructuras de transporte y también energéticas”.
Industria
El rearme europeo no puede descansar sobre los hombros presupuestarios de cada país de la UE en particular, se desprende del documento. España propone como “prioridad” que el próximo Marco Financiero Plurianual europeo “cuente con fondos suficientes para financiar la seguridad”, además de otras prioridades “dentro del futuro Fondo de Competitividad que planea la Comisión”.
En materia de innovación y fabricación de armamento y sistemas de defensa, la posición española gira en torno a acabar “con la fragmentación” mediante la “creación de economías de escala”. Es una alusión no expresa al problema de la diversidad de sistemas de combate de Europa que no se entienden entre sí, que no resultan interoperables, y también a las compras conjuntas de material como lección que han ido aprendiendo la Unión y el Reino Unido durante estos tres años de aportes a la resistencia de Ucrania.
Para esto propone España “reforzar la base industrial de la defensa europea”, pero “preservando que sea en beneficio de todos los estados miembros de la UE”, en un concepto de “equilibrio regional”. O, lo que es lo mismo, no debería descansar toda la inversión y la producción en los gigantes franceses, italianos, británicos y alemanes.
Se trata de crear plataformas conjuntas en las que se inserten las pequeñas y medianas empresas. España, como otros países occidentales, tiene en marcha su propio intento de fomento de redes industriales en proyectos como el del vehículo de combate 8X8 Dragón, en el que -pese a sus polémicos problemas de entrega-, un consorcio de cuatro grandes firmas hace encargos a más de 400 proveedores en un eje que abarca desde Trubia (Asturias) hasta Alcalá de Guadaíra (Sevilla) pasando por Madrid.
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