Está chapado a la antigua
Manuel llegó a First Dates al ritmo de «Soy minero». El motivo: trabajó en la mina de León hasta su jubilación. Ahora tiene 63 años y acude a First Dates a encontrar «una buena persona», le da igual que sea rubia o morena. Su cita, Marga, de Gijón, es rubia, con el pelo corto y un estilo muy moderno. Porque su aspecto para ella es importante. La ayuda su hijo a verse bien y no cree que su cita esté en la misma sintonía. «No es una persona que yo miraría por la calle; no lo veo de mi estilo para nada», confiesa.
La gijonesa es una persona risueña que le gusta salir y disfrutar de la vida. Sobre su cita: «Lo veo un poco chapado a la antigua». Pese a las diferencias iniciales se sentaron a cenar juntos. Él se tomó la cita con ganas y curiosidad. «¿Casada, soltera?», le espetó para empezar. «Divorciada desde hace… ya ni me acuerdo», confesó ella. La pregunta de Manuel tenía trampa.
Aprovechó Manuel para contarle que tras su divorcio estuvo con una persona 30 años y aún la recuerda. Le contó cómo terminó la relación con pelos y señales. Este detalle no le gustó a la gijonsea, que consideró que ya habría tiempo para que le contase sus cosas si la cosa cuajaba. «Puedes hacer una mención, pero hoy lo he visto fuera de lugar», consideró ella.
Tras la anécdota «fuera de lugar», Manuel preguntó por la edad y al responderle Marga con sus años llegó la segunda metedura de pata: «la otra tenía los mismos», le espetó.
Cuando llegó el momento de hablar del trabajo, también hubo roces. Marga le explicó que era encargada de un almacén y trabajaba muchísimo. Al preguntarle por su profesión a Manuel no quiso responder y le dijo que luego se lo contaba. «¿Igual piensa que le voy a dar mi teléfono para que me lo cuente?», comentó ella al equipo del programa.
Marga y Manuel no llegaron a buen puerto. Cada uno se fue por su lado. Él a León y ella a Gijón.
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