ESTADOS UNIDOS | Hegseth, secretario de Defensa de Trump, se mantiene a flote pese a la sombra de posibles crímenes de guerra y problemas por el Signalgate
Pete Hegseth, el secretario de Defensa de Donald Trump, puede estar tocado, pero no está hundido. De hecho, pese a dos crisis abiertas en los últimos días que han intensificado el escrutinio sobre sus acciones y su papel al frente del Pentágono, se mantiene a flote. Lo hace con apoyo del presidente, desafiante y, desde este jueves, apoyándose también en la división partidista profunda que marca toda la política en Estados Unidos.
[–>[–>[–>Desde que el viernes pasado ‘The Washington Post’ publicó un artículo contando cómo EEUU mató con un misil a dos supervivientes aferrados a restos de una supuesta narcolancha atacada por un proyectil anterior se ha creado la sombra de que, bajo el mandato de Hegseth, se han cometido crímenes de guerra. Las fuentes de aquel artículo aseguraron que esa muerte de los supervivientes se originó en una orden verbal que el exsoldado y antiguo presentador de Fox había dado de “matar a todos” los ocupantes de embarcaciones señaladas por narcotráfico.
[–> [–>[–>Hegseth desde el primer momento negó el relato. Se quitó responsabilidades atribuyendo la decisión de lanzar el segundo misil al almirante de la Marina Frank Bradley, el militar que dirigía la operación. Y aunque no frenó la demanda de explicaciones incluso de miembros del Partido Republicano, este jueves ha recibido un salvavidas del propio Bradley y de congresistas conservadores.
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Un vídeo, dos interpretaciones
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El almirante ha mantenido una sesión a puerta cerrada con congresistas para informarles de lo que sucedió aquel 2 de septiembre. Y, según han contado luego algunos de los participantes, ha negado que Hegseth diera la orden verbal de no dejar supervivientes, algo que vulneraría las leyes de guerra, especialmente si se trata de civiles y si no representan una amenaza inminente para EEUU.
[–>[–>[–>Bradley y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Dan Caine, también han mostrado a los congresistas los vídeos de aquel día, cuando hicieron falta cuatro misiles para hundir totalmente la barca y matar a sus 11 ocupantes. Aunque algunos demócratas se han mostrado luego consternados por lo que han visto, otros republicanos lo han minimizado.
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Adam Smith, demócrata en el Comité de Servicios Armados del Senado, ha dicho que incluso sin orden de matar a todos los integrantes, lo que se ve en las imágenes es “profundamente preocupante”. “Son básicamente dos personas sin camisa agarrándose a la proa de una lancha no operativa y volcada, a la deriva en el agua hasta que llegan los misiles y los matan”.
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[–>En cambio Tom Cotton, republicano en el Comité de Inteligencia de la Cámara Alta, ha dicho que el segundo misil fue “totalmente legal y necesario”.
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Es una división que recalca la que ya existe entre quienes denuncian una campaña ilegal de asesinatos extrajudiciales de Trump, que ya ha hundido 21 embarcaciones y matado a 83 civiles, y los defensores del presidente. Estos creen en el argumento legal de la Administración, que asegura que está en una guerra contra grupos de narcotraficantes que ha designado como organizaciones terroristas. El republicano ha prometido ampliar esa lucha a acciones por tierra «muy pronto» en Venezuela y Colombia.
[–>[–>[–>‘Signalgate’
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La división política alrededor de Hegseth, que favorece su supervivencia, también se ha sentido en la recepción de un informe sobre el Signalgate, uno de los escándalos que hizo zozobrar al jefe del Pentágono hace meses después de que se supiera que había usado una aplicación de mensajería comercial, para compartir información sensible sobre un ataque a hutíes en Yemen.
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Este jueves se ha hecho público un informe de un inspector del Pentágono sobre aquel caso, que salió a la luz porque por error se incluyó en el chat a un periodista. Y ese informe ha llegado a la conclusión de que el Secretario de Defensa puso en peligro a tropas.
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Aunque Hegseth tenía autoridad para desclasificar el material que compartió en el chat entre dos y cuatro horas antes de que se produjeran los ataques en Yemen, el informe del inspector dice que violó reglas del Pentágono. “Creó un riesgo a la seguridad de la operación que podría haber resultado en misiones fallidas de la misión y en daño potencial a pilotos de EEUU”.
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En una estrategia ya clásica del universo Trump, Hegseth ha reaccionado al informe interpretándolo como una “exoneración total”. Ha escrito también: “Caso cerrado”.
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Cuenta en esa línea de defensa con el apoyo de republicanos como el senador Roger Wicker, que en un comunicado ha dicho que el secretario de Defensa “actuó dentro de su autoridad para comunicar la información a otros cargos del gabinete”.
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El demócrata Jack Reed, en cambio, ha dicho que mostró “imprudente indiferencia por la seguridad de militares estadounidenses” y ha añadido que cualquier otro habría enfrentado “consecuencias severas”, incluyendo potencialmente ser perseguido judicialmente”.
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Hegseth, no obstante, está demostrando al menos de momento que es capaz de evitar que le hundan escándalos que para otros habrían sido demoledores. Como su jefe.
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