ESTADOS UNIDOS | “Matadlos a todos”: Órdenes de Hegseth en la campaña contra supuestas narcolanchas subrayan su ilegalidad
Quienes señalan a la ilegalidad de la campaña letal que Donald Trump ha lanzado en el Caribe y el Pacífico contra embarcaciones y personas supuestamente dedicadas al narcotráfico han sumado este viernes nuevos argumentos. ‘The Washington Post’ ha desvelado que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, dio órdenes de no dejar supervivientes antes de lanzar el 2 de septiembre el primero de los ataques, parte de una operación que ya ha dejado al menos 83 víctimas mortales en ejecuciones extrajudiciales.
[–>[–>[–>«La orden era: matadlos a todos», ha dicho al rotativo una de las dos fuentes con conocimiento directo de la directiva verbal que dio Hegseth.
[–> [–>[–>En aquel ataque, el primero de más de 20, un equipo de élite SEAL Team 6 lanzó un misil que dejó en llamas la embarcación sospechosa de portar drogas y provocó la muerte de la mayoría de sus ocupantes. Cuando se despejó el humo, en las imágenes que llegaban en directo a través de drones se vio que quedaban dos personas asidas a restos de la lancha.
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Entonces el almirante Frank Bradley, comandante de operaciones especiales, para cumplir con la orden de Hegseth ordenó desde el centro de mando en Fort Bragg, en Carolina del Norte, lanzar un segundo misil. Este voló en el agua a los dos supervivientes y al final todos los ocupantes de la lancha, 11 personas, murieron. Luego se lanzaron dos misiles más para hundir totalmente la embarcación.
[–>[–>[–>«“Crimen de guerra»
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Las revelaciones subrayan la dudosa legalidad de la campaña de Trump, que ha hecho una declaración de guerra contra los cárteles que ya es de por sí legalmente cuestionable. Parte de la argumentación del republicano es que el tráfico de drogas representa una amenaza inminente para EEUU y su seguridad nacional y los supuestos narcotraficantes son, por ello, como combatientes enemigos.
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Son justificaciones que han cuestionado desde la ONU hasta expertos como Todd Huntley, un antiguo abogado militar que durante siete años asesoró a fuerzas de Operaciones Especiales. Ahora director del programa de seguridad nacional en la universidad de Georgetown, Huntley le ha dicho al ‘Post’ que matar a los ocupantes de la lancha «equivale a asesinato».
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[–>Incluso si se considerara válido el argumento de que se está en guerra, matar a alguien que ya no está en disposición de luchar, como dos supervivientes asidos a restos de una lancha en llamas en medio del mar, «sería en esencia una orden de no tomar prisioneros, que sería un crimen de guerra» según Huntley.
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Sean Parnell, el portavoz del Pentágono, se ha negado a contestar preguntas del diario de la capital y ha dicho que «toda la narrativa es completamente falsa».
[–>[–>[–>Desinformación al Congreso
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Las problemáticas revelaciones no acaban ahí. En materiales informativos sobre el ataque que se dieron a la Casa Blanca y a miembros del Congreso en sesiones a puerta cerrada se dijo que el segundo misil contra la barca se lanzó para, supuestamente, hundir los restos del barco y que no representara un peligro para la navegación.
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Fueron argumentos que provocaron descrédito y frustración entre algunos congresistas que creen que el Pentágono está engañándoles.
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De hecho, según las fuentes del diario, el día del ataque Bradley, el supervisor de la operación, que ha sido promocionado y ahora dirige la organización que supervisa a unidades de élite de todas las fuerzas armadas, defendió que los dos supervivientes del primer misil eran objetivos legítimos. Según él, podrían teóricamente haber llamado a otros narcotraficantes para que fueran a rescatarles a ellos y al supuesto cargamento.
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Desde aquel primer ataque, no obstante, y siempre según las fuentes del Post, los protocolos han cambiado para poner énfasis en el rescate de posibles supervivientes. En un ataque de octubre, por ejemplo, hubo dos víctimas mortales pero se rescató a otras dos personas, que fueron repatriadas a Colombia y Ecuador.
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