Estos son los tratamientos que recomiendan los expertos en medicina estética a realizar antes de la menopausia
Cada vez somos más conscientes de la menopausia y de todos los síntomas que trae consigo, pero no valoramos los cambios que trae consigo. Ocurren durante lo que se llama perimenopausia.. Un proceso previo en el que comienzan los primeros síntomas y que supone una transformación previa de la piel que debemos tener en cuenta en nuestra rutina. Un proceso que se da entre los 40 y 50 años, pero que en casos puntuales puede ocurrir a partir de los 35 años.
Más allá de nuestra rutina de cuidado de la piel y los productos que utilizamos como parte de ella, existe Tratamientos estéticos que mejorarán la calidad de nuestra piel. o que ayudarán a luchar contra la flacidez previa o las arrugas más marcadas. Conocernos a nosotros mismos y este proceso también nos hará anticiparnos a los cambios, manteniendo la piel más joven y luminosa.
Cambios debidos a la perimenopausia
La perimenopausia marca el inicio de una profunda transformación del cuerpo femenino. No es algo inmediato, pero encontramos señales como cambios en la textura de la piel, pérdida de firmeza, sequedadcambios de luminosidad donde lo principal no es luchar contra el cambio, sino apoyarlo. Como explica la Dra. Rita Sêco, médica estética y fundadora de Galerie Clinic, “durante la perimenopausia, la reducción de estrógenos altera profundamente el funcionamiento de la piel”, fenómeno que desencadena una cascada de alteraciones en la hidratación, la estructura y la capacidad de reparación. La primera consecuencia importante es, por tanto, el debilitamiento de la barrera cutánea. “La barrera se vuelve más frágil, lo que provoca una mayor sequedad y sensibilidad”, explica Sêco. A esto se suma que “la producción de colágeno y elastina también disminuye, provocando una pérdida de firmeza, elasticidad y densidad”.
La piel, más fina y reactiva, muestra un aumento de manchas, rojeces y una importante disminución de la luminosidad. Este mismo proceso es observado por la Dra. Carmen Górriz, especialista en medicina estética del IMR, quien afirma que la bajada hormonal provoca «una disminución del colágeno y elastina, pérdida de firmeza y densidad de la piel, mayor sequedad y menor capacidad de reparación.
Por su parte, la doctora Elena Jiménez, cirujana plástica y estética y directora médica de Clínica Eleca, destaca que este impacto no se limita a lo superficial. «Lo más importante es que la reducción de las hormonas, y en particular de los estrógenos, actuará sobre el colágeno. En los cinco años siguientes a la menopausia, perderemos casi el 30% del colágeno. Esto no afecta sólo a la cara: «El colágeno es como el marco de todo el cuerpo.», recuerda, influyendo también en músculos, huesos e incluso vasos sanguíneos. Toda esta combinación explica por qué “se pierde elasticidad, la piel está menos firme y disminuye la luminosidad porque la piel también se vuelve más fina”.
La prevención es clave
Todos los expertos coinciden en que La prevención debe comenzar antes de que los signos sean evidentes.. Según Sêco, “lo principal es actuar antes del colapso estructural de la piel”, pero sin caer en rutinas agresivas o demasiado activas. Su objetivo es “proteger y fortalecer la barrera cutánea”, con hidratación profunda, control de la inflamación y estimulación constante del colágeno mediante técnicas mínimamente invasivas. Górriz coincide con este planteamiento anticipado y afirma que “los tratamientos preventivos buscan fortalecer la piel para que esté mejor preparada para la menopausia, retrasando así los signos visibles del envejecimiento”.
Jiménez recuerda que además de herramientas médico-estéticas, existe la posibilidad de terapia de reemplazo hormonal (bajo control médico), pero a nivel puramente estético la prioridad es “preservar las estructuras profundas y la hidratación de la piel a nivel de la dermis”.
La clínica, un gran aliado para la piel
El asesoramiento profesional es importante para la prevención. Los tratamientos más efectivos en esta etapa son aquellos que actuar sobre la biología de la piel. Para Sêco los bioestimuladores de colágeno son fundamentales, al igual que la mesoterapia vitamínica, la luz pulsada y los láseres suaves de renovación, como su protocolo Skin to’Life, que “renueva la textura y devuelve la luminosidad”. Górriz, por su parte, destaca la bioestimulación con polinucleótidos o ácido hialurónico no reticulado, inductores de colágeno como Radiesse o Sculptra, y tecnologías tensoras como el ultrasonido focalizado o la radiofrecuencia con microagujas. También destaca el valor de la toxina botulínica preventiva para evitar que las arrugas dinámicas se acentúen con el tiempo.
Jiménez recomienda especialmente «el plasma rico en plaquetas que activa los vasos sanguíneos y las células basales, contribuyendo tanto a la regeneración como a la densidad de la piel». También destaca el papel de Láser de CO2 fraccionado de baja dosis como potente inductor de colágeno sin añadir volumen adicional. Todo ello, para contrarrestar lo que se define como una “tendencia natural de la menopausia a perder colágeno”.
cuidado en el hogar
La rutina en nuestros hogares es el complemento imprescindible de cualquier tratamiento profesional. Para Sêco, debe ser “minimalista y constante”. Su propuesta incluye Limpieza respetuosa, texturas ricas que mantienen la hidratación. todo el día y protección solar no negociable. “Es fundamental evitar cambios frecuentes de producto”, advierte, porque en esta etapa la piel es más vulnerable a la inflamación. La doctora Carmen Górriz recomienda “limpiadores suaves, cremas hidratantes con ceramidas, niacinamida o ácido hialurónico y fotoprotección diaria SPF 50”. Además, introduce el uso de suplementos como colágeno, omega-3 o antioxidantes «según evaluación médica».
Jiménez ofrece una rutina más activa por la noche con retinoides, antioxidantes y péptidos, combinada con un enfoque más protector durante el día. El profesional considera “sueros que contienen ácido hialurónico para prevenir el secado natural, más vitamina C para mantener y mejorar el brillo». También enfatiza «la importancia de protegerse también de fuentes no obvias como la luz azul o la exposición a través de ventanas».
Suplementación: el aliado adicional
La nutricionista Mariela Martínez, de Ancient+Brave, recuerda que durante la perimenopausia, la bajada de estrógenos no solo afecta la estructura de la piel, sino también la capacidad del cuerpo para retener agua, reparar tejidos y defenderse del estrés oxidativo. Así, además de una dieta equilibrada, rica en proteínas, antioxidantes y grasas saludables, La suplementación puede convertirse en una herramienta eficaz.. “El colágeno hidrolizado aporta aminoácidos que ayudan a mantener la estructura y firmeza de la piel”, explica. También destaca el papel de los omega-3 como uno de los nutrientes más estudiados: «ayudan a mantener la barrera natural, favorecen la hidratación y pueden modular los procesos inflamatorios». Una nueva investigación también destaca los beneficios del omega-7 para mejorar la elasticidad y la hidratación.
Martínez recomienda elegir productos de calidad, avalados científicamente y adaptarlos a las necesidades individuales. Entre las más efectivas se encuentran las fórmulas de electrolitos para una hidratación profunda, Péptidos de colágeno altamente absorbibles y combinaciones de omega-3 y omega-7. para fortalecer la función celular. También sugiere el uso nocturno de magnesio o productos que favorezcan el descanso, porque “dormir bien y encontrar momentos de calma favorecen los procesos de regeneración”. La clave, dice, no está en acumular suplementos sino en integrarlos como “elementos básicos” que acompañan al organismo durante esta etapa de cambios, siempre con sencillez y constancia.
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