Facephi protege la identidad digital contra delincuentes «cada vez más sofisticados»
Javier Mira está convencido de que llegará el día en el que podremos decir adiós a las engorrosas contraseñas que nos siguen torturando cada vez que queremos acceder a algún servicio online. De hecho, asegura que, si aún no ha ocurrido, es más por una cuestión regulatoria que por reticencias de los usuarios, que no dudan ni un segundo en activar el reconocimiento facial, la huella dactilar o cualquier otra biometría disponible con tal de no tener que recordar la sucesión de letras y números, incluida alguna mayúscula y algún signo especial, que en la actualidad demandan casi todos los procesos de alta.
«Ya hay tecnologías mucho más seguras, que están vigentes además en muchos sistemas, pero también es cierto que los delincuentes son cada vez más sofisticados y, al final, se mantiene la contraseña como un segundo o tercer factor de seguridad», razona el CEO de Facephi, la compañía alicantina a la que bancos como el Santander, HSBC, el canadiense Scotiabank y multitud de entidades latinoamericanas han confiado los procesos de verificación y autenticación de los usuarios de sus servicios a distancia.
La firma nació en 2012 de la mano del propio Mira y de Salvador Martí —conocido por impulsar la primera salida a bolsa de un equipo de fútbol español, el Intercity de Alicante, y que actualmente se ha desvinculado de la compañía—, tras una anterior aventura conjunta que no acabó de cuajar. En todo este tiempo, desde el primer algoritmo de reconocimiento facial que crearon, el equipo ha desarrollado toda una completa gama de productos para garantizar la identidad digital, que ya ha servido para verificar más de 300 millones de transacciones.
Biometría del comportamiento
Entre sus últimos desarrollos, la firma ha anunciado esta misma semana el lanzamiento de Behavioural Biometrics, una solución capaz de determinar si un usuario es quien dice ser simplemente por la forma en que teclea o interactúa con el dispositivo. Una utilidad que, afirman, mejorará considerablemente los filtros de seguridad de cualquier compañía que opere a través de internet, al evitar suplantaciones de identidad.
Para conseguirlo, el programa analiza hasta 3.000 señales contextuales diferentes —desde la ubicación, hasta el tiempo de respuesta o dónde pone el foco en la pantalla—, que permiten generar una especie de ADN conductual, tan único como las huellas dactilares. Todo, evidentemente, con ayuda de la inteligencia artificial (IA). Eso sí, como reconoce el propio Mira, la capacidad que tenía la IA en el momento de su arranque nada tiene que ver con la actual: lo que antes tardaba al menos «tres meses en procesarse, ahora pueden ser dos días».
Otra de sus nuevas apuestas es un servicio que permite la detección de las denominadas cuentas mula, que son aquellas que suelen utilizar los estafadores para ingresar y desviar el dinero de sus víctimas con el objetivo de difuminar cualquier rastro antes de llegar a su destino final. «Muchas de estas cuentas son de personas que no saben que las están utilizando para estos movimientos por parte de los hackers», explica el experto. La tecnológica ha conseguido descifrar patrones que permiten a su software levantar «una bandera roja» en el momento en que se detecta algo mínimamente anormal.
Ingresos recurrentes
Además de desarrollar toda esta tecnología, en los últimos años la firma también ha trabajado duramente para encontrar un modelo de negocio que le permita disponer de ingresos recurrentes, para alcanzar lo que en el sector denominan el break even. Es decir, el punto de rentabilidad. Un hito que, según sus cálculos, se alcanzará este mismo año, tras acabar 2024 con una facturación de 28,9 millones de euros —el 15,2 % más respecto al año anterior— y un volumen de contratos cerrados de casi 58 millones de euros, según la información que la firma ha remitido al BME Growth, el mercado para empresas en expansión de la bolsa española en el que cotiza desde junio de 2014. La capitalización actual de la compañía ronda los 61 millones de euros. Además del equipo fundador y de varios inversores particulares, el principal accionista es el fondo suizo Nice&Green (19% del capital), y la firma coreana Hancom (6,98%).
Verificación y autenticación
La tecnología de Facephi permite realizar básicamente dos procesos, que están en la base de cualquier servicio online. Por una parte, está la verificación, que se trata del trámite que posibilita dar de alta a un nuevo cliente. Simplemente tomando una foto del DNI por ambas caras y un selfi, el programa de la compañía es capaz de validar que el documento es auténtico y, además, realizar una prueba pasiva de vida. Es decir, garantizar que nadie está suplantando el rostro de ese nuevo usuario con una foto o un vídeo. Una tarea que, según reconoce el CEO de la compañía, supone cada vez un reto mayor, ante el avance imparable de la inteligencia artificial generativa. «Se trata de ir siempre un paso por delante», asegura Mira. El segundo proceso es la autenticación, que consiste en la identificación del usuario cada vez que accede al servicio, después de haberse dado de alta. El primero de ellos es el responsable ahora mismo del 60,4% del negocio, mientras que el segundo aporta el 31,0%. El resto se lo llevan los servicios de soporte y asesoramiento, así como la plataforma digital.
Con vistas al futuro, aunque Facephi no ofrece estimaciones propias, el consenso de las firmas que cubren su acción –JB Capital y Marex– apunta a un crecimiento que le llevará a cerrar este año con cerca de 40 millones de euros en el apartado de ingresos, una cifra que prevén que crezca progresivamente hasta rozar los 75 millones para el ejercicio de 2028.
Entre los principales retos de la firma está la diversificación, tanto geográfica, como sectorial. Sobre la primera de ellas, la firma posee tres filiales internacionales para Asia, EMEA (Europa, África y Oriente Próximo) y Latinoamérica, pero en la práctica esta última región es la que aporta el 94,7% de sus ingresos. En parte, por una cuestión de demanda: los bancos del otro lado del Atlántico se encuentran entre los que tienen mayores problemas para asegurar la identidad de sus clientes y evitar posibles fraudes, lo que llevó a que las entidades con presencia en esta zona tuvieran un interés especial por el sistema de reconocimiento facial de la compañía. Pichincha, Actinver, Credomatic, Itaú, Claro o Banrural, además de las filiales en la zona de otros grandes grupos mundiales, son algunos de las entidades que actualmente ya son clientes de la firma. Otro de los mercados en los que despunta es Corea del Sur, donde la filial de finanzas del conglomerado de Samsung también utiliza sus soluciones y donde confían en su alianza con Hancom para que les abra las puertas de todo el continente asiático.
En cuanto a la cuestión sectorial, aunque lo cierto es que la empresa apunta a cualquier empresa que necesite verificar la identidad de sus usuarios en un entorno online, en la actualidad el 90,1% de la facturación llega de la banca, frente al 2,5% de empresas de seguridad, el 3% del sector asegurador y el 1,2% del ramo de la consultoría de software. En este sentido, la compañía confía en los acuerdos que ha alcanzado de diversos integradores para expandirse próximamente y con mayor fuerza a otras ramas de actividad.
En este terreno, una de sus grandes apuestas es el transporte y el turismo. Facephi ganó el concurso organizado por Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) para instalar biometría facial en los aeropuertos y permitir el embarque de los pasajeros mediante el reconocimiento de su rostro. Una tecnología que ha estado a prueba durante aproximadamente un año y medio en siete aeropuertos españoles y que, en estos momentos, se está adaptando a los nuevos requerimientos de la regulación europea de protección de datos. Esta normativa prohíbe almacenar datos biométricos en servidores de empresas, por lo que el sistema debe cambiarse para que esta información esté en el móvil del usuario.
Acelerar el crecimiento
En este sentido, la firma alicantina ya dispone de una especie de wallet que permite utilizar la misma información para darse de alta en cualquier servicio. Es decir, que una vez que el usuario se ha verificado para abrir una nueva cuenta, esa misma información almacenada en su dispositivo le puede servir para abrir otras cuentas en entidades diferentes. El proceso de registro en los hoteles es otro de los que Mira considera que podrían sustituir o simplificar sus desarrollos.
Por otro lado, el CEO de Facephi se muestra abierto a posibles adquisiciones en el futuro para acelerar su crecimiento, una vez que el negocio ya genera los ingresos suficientes para financiarse. Tampoco cierra las puertas por completo a una posible venta de la compañía a medio o largo plazo –una opción que, de hecho, la firma exploró hace apenas un par de años, aunque sin encontrar finalmente una oferta que convenciese a sus responsables–, aunque asegura que no es algo que buscan activamente ni en lo que estén interesados en este momento.
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