‘fact check’ al discurso ante el Congreso

Donald Trump ha pronunciado esta pasada madrugada el primer discurso de su mandato ante las dos cámaras del Congreso, un discurso en el que ha repasado con tono triunfalista lo conseguido hasta ahora por su Administración y ha esbozado sus prioridades para los próximos meses. Centrado fundamentalmente en su política interna, con algunos apuntes sobre Ucrania, Oriente Próximo o su política arancelaria para sus socios comerciales, el presidente de Estados Unidos no se ha salido esta vez apenas del guion, leyendo su discurso de forma disciplinada. Lo que no quita que haya trufado su alocución con las habituales exageraciones, afirmaciones fuera de contexto, medias verdades y mentiras flagrantes. A continuación se repasan algunas de ellas.
Trump lleva semanas repitiendo distintas versiones de esta misma frase para ejemplificar la supuesta inequidad en el reparto de la ayuda a Ucrania, empujar a Europa a aumentar sus contribuciones y convencer a la opinión pública estadounidense de sus planes para suspender las contribuciones al país eslavo, una decisión adoptada esta semana tras su sonado desencuentro con el presidente Volodímir Zelenski en la Casa Blanca.
Pero esa afirmación no se corresponde con la realidad. Desde 2022, EEUU ha gastado en ayuda militar, económica y humanitaria 174.000 millones de dólares (163.000 millones de euros), según el Servicio de Investigación del Congreso. Una cifra que el inspector general del Pentágono eleva a 182.000 millones, muy lejos del 350.000 mencionados por Trump.
En el caso de Europa, si se suman las contribuciones de la Unión Europea y sus países miembros, la cifra asciende a 145.000 millones de euros, de acuerdo con la propia UE. Otra comparativa, realizada por el Kiel Institute for the World Economy, que rastrea las contribuciones públicas a Ucrania en ayuda, prestamos y equipamiento militar, sostiene que Europa ha sido su principal soporte con 132.000 millones frente a los 114.000 de EEUU.
La afirmación es cierta de acuerdo con el último informe del Center for Research on Energy and Clean Data (CREA). Al menos si se refiere al año pasado. En ese ejercicio, las empresas de los 27 Estados miembros de la Unión Europea desembolsaron 21.900 millones de euros en la compra de hidrocarburos rusos frente a los 18.700 millones que aportaron en ayuda financiera a Ucrania, según el Kiel Institute for the World Economy.
Efectivamente Trump ha sacado a EEUU del Acuerdo del Clima, pero no es cierto que Washington haya desembolsado «billones de dólares» para sostenerlo. En los primeros años del acuerdo Washington prometió una aportación de 3.000 millones de dólares al Fondo Verde del Clima (GFC), creado para ayudar a los países pobres a mitigar los efectos del cambio climático. Pero cuando Trump rompió por primera vez con París había desembolsado solo 500 millones, según la BBC. Una cantidad muy inferior a la que le correspondería como mayor contaminante del planeta en términos históricos, cifrada por algunos expertos en 45.000 millones anuales.
El año pasado la Administración Biden se comprometió a aportar otros 11.200 millones antes del final del 2024, muy lejos de las cantidades mencionadas por Trump.
Tanto Trump como su ‘consigliere’ Elon Musk gustan de presentarse a sí mismos como defensores a ultranza de la libertad de expresión, que dicen interpretar en términos absolutistas. La realidad, sin embargo, es bastante más complicada. La Casa Blanca prohibió recientemente a Associated Press entrar en el Despacho Oval y embarcarse en el Air Force One por negarse a utilizar Golfo de América para referirse al Golfo de México en sus informaciones.
Paralelamente en sus esfuerzos por eliminar las políticas de Diversidad, Igualdad e Inclusión, su Administración ha ordenado eliminar numerosos términos de lo que llama «ideología de género» y «woke» de los documentos oficiales y ha amenazado con eliminar la financiación pública a todas las organizaciones que promuevan la inclusión y la diversidad.
También firmó una orden ejecutiva para retirar los fondos a los colegios y universidad que permitan «protestas ilegales» y ha prometido arrestar a los «agitadores». Por decreto también amenaza con usar al ejército en los campus donde se produzcan movilizaciones en apoyo a la causa palestina, una orden camuflada en la lucha contra el antisemitismo, que según la definición adoptada por su país incluye los «ataques» al Estado de Israel o su descripción como Estado «racista».
La afirmación es falsa, de acuerdo a la mayoría de métricas. En 2024, el año previo a su llegada al poder, la economía estadounidense creció un 2,5% del PIB, con un paro que rondó el 4% de la población activa y modestas subidas de los salarios. Y si bien es cierto que la inflación durante la presidencia Biden llegó a alcanzar el 9%, en consonancia con lo sucedido en otras economías avanzadas a raíz de la guerra de Ucrania, el índice de precios estaba en el 3% cuando Trump juró el cargo en enero, muy cerca del objetivo del 2% que establece la Reserva Federal.
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