Fallece en A Coruña el empresario Ángel Jove Capellán
Ángel Jove Capellán, empresario coruñés y presidente del grupo inmobiliario y hotelero Anjoca, ha fallecido en las últimas horas en A Coruña a los 86 años. Era hermano del fundador de Fadesa, Manuel Jove. Juntos convirtieron la saga Jove en una de las más relevantes del tejido empresarial y filantrópico de Galicia. Su cuerpo será velado en el tanatorio Servisa de A Coruña y su entierro se celebrará este lunes. El empresario lideraba, en Anjoca, un emblema del ámbito de la construcción, la promoción y los sectores hotelero y comercial. Un grupo con presencia en tres continentes y que llevó el apellido Jove más allá de las fronteras coruñesas.
Ángel Jove Capellán vio la luz en la calle Cordelería en el fin de la Guerra Civil. Tanto él como su hermano Manuel, al que le llevaba apenas dos años, comenzaron a trabajar con su padre en su oficio, la carpintería. No les había dado tiempo a convertirse en adultos cuando ya habían fundado sus propias empresas. Aún no tenía los veinte en 1959 y ya contaba con su propia firma: Ángel Jove Construcciones, que empezó haciendo obras para terceros. Solía contar que la empresa empezó con poco: tenía una hormigonera, tres cubos y una pala. Este fue el inicio, en los años sesenta, de Anjoca.
Desde aquel germen empresarial, Ángel Jove dio pronto el salto de la actividad constructora a la promotora. La empresa, que en sus inicios no salía de A Coruña, empezó a extender sus actuaciones al ámbito provincial. Decidió esperar hasta la década de los noventa para que la compañía iniciase el despegue internacional, con paradas en Europa, Latinoamérica y el norte de África. Al tiempo, extendía su actividad a otros sectores, además de mantenerse en la promoción y en la construcción inmobiliaria. Su modelo de negocio se basaba en la compra de suelo, el diseño, la construcción y la gestión de promociones. Hoy configura un conglomerado compuesto de 18 sociedades, más de 2.000 empleados
Todos han comparado las trayectorias de Anjoca y Fadesa. De alguna manera, los recorridos vitales y empresariales de Ángel Jove Capellán y su hermano Manuel, fallecido en mayo de 2020, han sido similares. Pero Anjoca parece haber seguido la filosofía de crecer poco a poco pero sin parar. Además de la construcción y la promoción inmobiliaria, tiene campos de golf, centros comerciales, hoteles o complejos geriátricos. En 2003, la Constantinian University de Rodhe Island (EEUU) le concedió el título de doctor honoris causa, como «hombre hecho a sí mismo», una de esas historias tan admiradas por los estadounidenses.
Legado automovilístico
Además del éxito empresarial, los dos hermanos Jove, Manuel y Ángel, compartieron el dolor, en vida, por la pérdida de un hijo. Si Manuel tuvo que despedir a su hija, María José, en 2002, Ángel había tenido que hacer lo propio con su hijo Jorge en 1998. Padre e hijo compartían pasión por el mundo automovilístico. Una pasión que llevó a Jove Capellán a fundar, en memoria de su hijo, la Fundación Jorge Jove, que hace dos años daría lugar al Museo de Automoción e Historia (MAHI). Tal y como detalló su hijo Ángel, el empresario comenzó su vinculación con el mundo del motor desde su época de adolescente a través de las motos, tanto en el mundo de la competición como en el de piloto de pruebas.
Un interés que no hizo sino aumentar a lo largo de su vida, tanto en el ámbito de la conducción como en el del coleccionismo, con especial hincapié en los Mercedes y en los coches clásicos. La adquisición de un Seat 1500 fue el inicio de una ingente colección de vehículos clásicos de la más diversa naturaleza que amasó durante cuatro décadas.
Un proceso en el que le acompañaron sus dos hijos. Jorge, en palabras de su hermano, se convirtió «en un apasionado de este proceso de restauración de todo tipo de artilugios relacionados con la historia y su evolución», mientras que Ángel se inclinaba por la vertiente patrimonial de la automoción y sus derivadas históricas, culturales, tecnológicas y económicas.
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