Fedea desvela que quince comunidades autónomas tienen déficit estructural, lejos de las cinco del dato oficial
Al evaluar el estado de las cuentas de una familia, hay infinitas circunstancias que podrían disfrazar la realidad. Por ejemplo, la inflación, una entrada de recursos puntuales o una deuda perdonada. Y lo que vale para las familias, vale la pena … Administraciones públicas. If you want to issue a judgment on the management of the income and expenses made by the autonomous governments, for example, the economic moment must be taken into account, disruptive elements such as the DANA of Valencia, the debt condonations granted by the State or the Autonomic Financing System, which due to a two -year delay in the calculation of the charged and spent it, could make believe more than a regional government that has a regional government that has a regional government that has a regional gobierno.
Este ejercicio es el que ha estado haciendo Fedea, el ‘grupo de expertos’ patrocinado por varias compañías de IBEX, durante una década, y los datos de que la última edición de este informe es preocupante. En el nivel ‘estructural’, es decir, si los relatos de las comunidades autónomas dependieran solo del buen trabajo de sus gobiernos, en 2024 solo dos de ellos habrían terminado el curso en excedente: Navarra (+0.8% de su PIB) y las Islas Canarias (+0.7%). La discrepancia con los datos de la Contabilidad Nacional (CN), que es el indicador estadístico oficial, es total, ya que muestran un saldo de doce CC.AA. en excedente. A su vez, y nuevamente en términos ‘estructurales’, El año pasado, el promedio de diecisiete autonomías habría tenido un déficit de 1.1% en relación con su PIB, lejos de -0.1% que la contabilidad oficial produjo. Lo más problemático es que este déficit de 1.1%, idéntico a 2023, son los peores datos desde que Fedea comenzó a preparar la serie en 2014. Además, refleja un agravamiento constante desde ese año, cuando, en el medio del ajuste después de la gran crisis, el déficit estructural fue solo 0.3%.
Es cierto que el equilibrio «estructural» es una medida puramente teórica, y que la realidad es que, en la gestión de sus presupuestos, los gobiernos regionales tienen el empuje que puede recibir un crecimiento económico o medidas de apoyo externo. Sin embargo, como explican los expertos de Fedea, y los datos establecidos anteriormente, así que atestiguan, es un indicador necesario para evitar que la deuda autónoma se colapse. Tan es así que Tanto la Ley de Estabilidad del Presupuesto de 2012 como la Constitución misma obligan a la CC.AA. estar en una situación de equilibrio presupuestario en términos estructurales.
A pesar de esto, y que en 2014 la Comisión Europea dotó al miembro de los estados de una metodología armonizada para hacer sus estimaciones de equilibrio estructural, la verdad es que ninguna administración española se ha molestado en hacer los cálculos. Y esconder la cabeza debajo del ala no resolverá el problema, advertirá a los escritores del informe, porque en los próximos años la desaceleración más que segura del PIB y el voltaje adicional que generará un envejecimiento de la población prometen dificultar el acceso a las regiones a un buen financiamiento.
El informe de Fedea es interesante porque trae luz sobre las circunstancias que están desentrañando las cuentas autonómicas al eliminar los efectos de los fenómenos externos. El estudio descuenta el buen momento de crecimiento del PIB o nivelación del sistema de financiación, que es el mecanismo por el cual el estado busca reducir las diferencias en la recolección entre la CC.AA. Y lo que genera algunos ingresos no mantiene una relación cercana con la actividad económica que generan. Luego están las condonaciones de la deuda, la última fue aprobada en febrero de este año, que podría haber causado una «relajación de la disciplina fiscal», se lee en el informe.
Una bola de deuda que crece
Sin embargo, la principal novedad de la investigación de Fedea es la inclusión del sistema de liquidación entre las variables a tener en cuenta. Para contextualizarlo, debe explicarse que este último es el proceso por el cual, dos años después de haber entregado a la CC.AA. La parte que corresponde a ellos para su participación en los impuestos estatales, el Tesoro calcula si el dinero transferido corresponde a la cobro y corrige los desajustes entregando más fondos o el reclamo de deuda.
Bueno, entonces, Si el balance estructural se calcula sin tener en cuenta el efecto de las liquidaciones, resulta que en 2024 esto produce un déficit promedio de 0.3%, ocho décimas por debajo de los datos originales. En ese escenario, solo nueve CC.AA. tener un déficit, que muestra el impacto de que esta calcomanía de dos años en la ejecución de las liquidaciones puede ejercer sobre la forma en que los gobiernos regionales preparan sus presupuestos. Por ejemplo, debido a que esto retrasa el impacto de los ciclos económicos en las finanzas y, por extensión, los ajustes fiscales que deberían derivarse, una circunstancia que plantea la inercia del déficit. Por otro lado, cuando las liquidaciones son positivas, señalan desde Fedea, los gobiernos regionales reciben esos recursos como si fueran indicativos de su presupuesto actual, cuando en realidad se calcularon dos años antes.
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