Una de las pocas cosas verdaderas que aprendí en universidad de barcelona Cuando en el siglo XX fui a estudiar Economía, fue allí donde misión de las empresas Se trata de crear riqueza, no pobreza. Sin embargo, Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment, la patronal catalana, parece pensar todo lo contrario. De ahí que acaba de pedir a los ciudadanos de Cataluña, así como a los del resto de España, con el Gobierno al frente, que le ayuden a crear pobreza. Al final, lo que se exige ahora, abrir las fronteras para que otro millón y medio de inmigrantes no cualificados del Tercer Mundo puedan incorporarse al mercado laboral, implicaría precisamente eso: aumentar las estadísticas oficiales de los pobres en exactamente un millón y medio de nuevos miembros.

Pero, antes de continuar, aclaremos una cuestión previa. Y sería oportuno informar al señor Sánchez Llibre y al resto de empresarios de Promoción que nosotros, los demás habitantes de CataluñaNo estamos en contra de la inmigración por principio. A lo que estamos en contra es que contrate inmigrantes para que tengamos que pagar sus salarios con nuestros impuestos; nosotros, no él. Porque cada vez que el señor Sánchez Llibre y los suyos contratan a otro inmigrante marroquí, sudamericano o centroeuropeo con la intención de pagarle un sueldo mísero, los servicios públicos que ese inmigrante consumirá a lo largo de su vida –guardería, colegios, universidad, sanidad, IMV, ayuda al alquiler, dependencia…– los voy a tener que subvencionar, yo con mi dinero.

Y resulta que no tengo ganas. Es así de simple: no tengo ganas. Si los empresarios de Promoción Quieren tener esclavas extranjeras para cuatro perras, no hay problema. Que se los queden. Pero eso sí, no cuentes con mi billetera para pagar tu fiesta privada. Crear riqueza, la misión de las empresas, pasa por generar empleos dignos que no requieran subsidios estatales ocultos. Pero si lo que quieren es otra cosa, que vayan a montar el negocio en África.

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