Francia antisemitismo | El caso Dreyfus: la herida que 90 años después sigue cicatrizando
«Está usted acusado de alta traición», con estas palabras en 1894 empezó la pesadilla de Alfred Dreyfus y con ella se creó una mancha en la historia de Francia que a día de hoy sigue recordándose como el caso que se convirtió en un símbolo de la lucha contra la injusticia y el antisemitismo.
Dreyfus era un capitán del Ejército francés con un historial intachable, admirado por muchos, y procedente de una familia judía acomodada, hijo de industriales textiles de Alsacia. Sin embargo, su suerte cambió cuando fue acusado de traición por supuestamente entregar secretos militares a Alemania. La prueba: un documento, el ‘bordereau’, del que luego se demostraría su falsedad.
Tras un juicio ante un consejo de guerra, el militar fue condenado por unanimidad al exilio de por vida en el recinto fortificado de la isla del Diablo en la Guayana Francesa. Durante esos primeros años de encierro, Dreyfus tuvo que aguantar en condiciones inhumanas, vejaciones por parte de los carceleros, y meses de confinamiento en solitario.
La condena demostró el antisemitismo que se respiraba en la Tercer República, especialmente, cuando años después, en 1896, el coronel Picquart descubrió quién fue el verdadero espía, otro soldado, pero en lugar de revisar el juicio, el ejército acompañado de los antisemitas y los nacionalistas ocultaron las pruebas, alimentando aún más la cacería contra los judíos a través de la prensa y los debates públicos.
Entre tanta oscuridad de aquel momento, un rayo de luz. El escritor Émile Zola decidió defender la inocencia de Dreyfus y, en medio de la división política y social, dio públicamente un paso hacia adelante en favor del militar.
La carta de Emile Zola que lo cambió todo
En 1898, el escritor publicó en el periódico Le Figaro la carta ‘J’accuse’ (Yo acuso), en la que nombraba a los funcionarios que habían incriminado injustamente al militar. «Acuso al general Billot de haber tenido en sus manos las pruebas de la inocencia de Dreyfus, y no haberlas utilizado, haciéndose por lo tanto culpable del crimen de lesa humanidad y de lesa justicia con un fin político y para salvar al Estado Mayor comprometido», se puede leer en el escrito.
A Zola se le sumaron ilustres como Jean Jaures, quien defendió a Dreyfus hasta sus últimos días: «La verdad es marchar hacia la luz. La mentira es retroceder hacia las tinieblas», decía.
La carta generó un gran revuelo, y acentuó las tensiones entre los ‘dreyfusards’ y los ‘antidreyfusards’, pero consiguió que la justicia devolviera a Dreyfus a París para someterle a otro consejo de guerra. Aunque sin mucho éxito, ya que de nuevo fue declarado culpable.
Un año después, el presidente de la República, Émile Loubet, le concedió el indulto. Aunque, no fue hasta 1906 cuando el Tribunal de Casación anuló su condena, reintegrándolo en el Ejército con el rango de comandante. «He sido víctima de una de las más grandes iniquidades de la historia. Pero nunca he dejado de creer en la justicia de la República», afirmó Dreyfus en su discurso de rehabilitación.
Después de aquella traición nacional, Alfred participó en la Primera Guerra Mundial, defendiendo al país que durante años le vilipendió hasta su muerte, el 12 de julio de 1935. El ‘Affaire Dreyfus’ es una mancha en la historia de Francia que no acabó con su muerte. Frecuentemente, su caso vuelve a la escena pública, especialmente, en los tiempos que corren.
Francia le rinde cuentas a Dreyfus
En 2006, el entonces presidente Jacques Chirac reconoció públicamente la injusticia que había cometido el país con el militar, y Emmanuel Macron quiso recoger el legado de Chirac y pidió que le nombrarán general a título póstumo.
Una petición que llega a punto de cumplirse los 90 años de su muerte. El pasado junio, la Asamblea Nacional aprobó por unanimidad promover «al rango de general de brigada» a Alfred Dreyfus. «Mediante nuestro voto, la República francesa va a reparar un error, el que el oficial Dreyfus tuvo que sufrir en 1906», afirmó el diputado centrista Charles Sitzenstuhl, el autor de la petición.
Sitzenstuhl quiso recordar que el antisemitismo que golpeó a Dreyfus «no es una cosa del pasado remoto», refiriéndose a la actual creciente judeofobia que vive Francia desde el estallido del conflicto entre Israel-Hamás el 7 de octubre de 2023.
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