Francia homenajea a las 132 víctimas mortales de los atentados terroristas de Bataclán al cumplirse diez años
Este jueves, Francia rindió un emotivo homenaje al 132 personas muertas y más de 400 heridos hace una década durante el ataques perpetrado por tres Comandos yihadistas contra cafés, restaurantes y la sala de conciertos Bataclan en París.
A lo largo del día, los supervivientes y los familiares de las víctimas rindieron homenaje a los muertos y heridos en cada lugar del peor ataque en suelo francés desde la Segunda Guerra Mundial, poniendo coronas de flores y guardar un minuto de silencio. En cada lugar se leyeron los nombres de todos los fallecidos.
Él homenaje principal patrocinado por el Ayuntamiento de París a las 132 víctimas -dos se suman a las 130 de aquel fatídico día de 2015 porque dos supervivientes del Bataclan se suicidaron posteriormente- abrió el jueves por la tarde con una versión instrumental de Campanas del infiernode AC/DC, en un órgano electrónico, que se entrelazaba con el repique de campanas del catedral de notre dame y otras iglesias de la capital.
La ceremonia fue seguida en un palco especialmente instalado por algunos 1.500 invitadosentre ellos el presidente francés, Emanuel Macron, miembros del Gobierno; el alcalde de París, Ana Hidalgoasí como para los supervivientes de los atentados, las familias de las víctimas y los profesionales que estuvieron en primera línea aquella fatídica noche.
Concebido en estrecha colaboración con las dos asociaciones de víctimas, 13onze15 y La vida en París (que se disolvió al final de la ceremonia), el homenaje osciló entre el espectáculo y la sobriedad, dedicado a los muertos, los vivos y los «héroes» de esa noche (policías, bomberos y médicos).
El director artístico del homenaje fue Thierry Reboul, quien fue director ejecutivo de las ceremonias de inauguración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París en 2024.
El legendario título de hard rock de la banda australiana fue interpretado por la franco-camerunense Ann Shiley en su órgano electrónico, al pie del llamado árbol de la justicia, un olmo centenario situado en el centro del Jardín del 13 de noviembre de 2015, situado en la plaza de la iglesia de Saint-Gervais, junto al Consistorio de París y a dos pasos de la catedral de Notre-Dame.
Minutos antes del inicio de la ceremonia, el grandes campanas de Notre-Dame, conocidas con los nombres de Emmanuel y Marie, repicaban al unísono con las de Saint-Sulpice, Sacré-Coeur, Saint-Germain, Saint-Eustache y otras iglesias de París, como símbolo de «unión» en memoria de las 132 personas asesinadas por tres comandos yihadistas y del «conmoción» ante la «magnitud del mal» de aquella «larga noche de angustia», afirmó hoy el arzobispo de París, Laurent Ulrich.
Ese dolor por los 132 asesinados también se reflejó en la imagen de luz que surgió del árbol de la justicia de una mariana -uno de los símbolos de la República Francesa- llorando.
Discurso de Macron
En su discurso, Macron aseguró que Francia «hará todo lo posible para impedir» nuevos ataques terroristas. De hecho, el presidente recordó que en los últimos diez años Se frustraron 85 ataques, seis de ellos en 2025.
«No han sido víctimas de una vaga abstracción, han sido asesinados por terroristas con una ideología islamista identificada, activos, con zonas de influencia (…) Hemos intentado sofocar ese yihadismo, pero ha renacido de una forma más impredecible, insidiosa y más difícil de detectar», advirtió.
El presidente francés señaló Oriente Medio, Asia Central y el Cuerno de África como zonas en las que está renaciendo esta nueva forma de yihadismo. «La vigilancia es permanente en cada uno de estos lugares«, afirmó.
Para Macron, Francia «se ha fortalecido» desde hace 10 años, «con medidas sin precedentes» adoptados desde 2015, como el endurecimiento de los controles fronterizos, el cierre de determinados lugares de culto y los «programas de erradicación» de discursos radicales que impiden que determinadas personas recurran a actos terroristas.
El presidente recordó que los muertos en los atentados eran de 17 nacionalidades diferentes. «A los ojos de los asesinos, todos eran hijos de Francia».
Antes de que Macron tomara la palabra Philippe Duperron, presidente de 13onze15, que lanzó este jueves un mensaje para combatir los intentos de fracturar la sociedad y «para construir seguridad sin sacrificar la libertad.»
Duperron, padre de una de las 132 personas que murieron a consecuencia de estos ataques, denunció que «muchos políticos aquí, en Europa y en otros lugares, más allá de presidentes irresponsables, se dedican a sembrar las semillas de la discordia y la desunión». También criticó que las redes sociales «inundan» a los jóvenes con «contenidos de odio».
Más tarde fue Arthur Dénouveaux, presidente de Life for Paris, la segunda asociación de víctimas, superviviente del Bataclan, que subrayó la imposibilidad que tienen de regresar a una vida normal.
«Me hubiera gustado decirles que la esperanza nos arrastra, pero es falsa. No marca ningún camino», declaró Dénouveaux ante el público, antes de añadir que, en estas condiciones, «las víctimas no tenemos más que proponerles que una exigencia, la de vivir en sociedad de acuerdo con los valores y las leyes que han hecho de Francia y su democracia un modelo».
Recordó las fases por las que han pasado en estos diez años y se detuvo en particular en el juicio, en el que las víctimas pudieron «mostrar nuestro dolor pero también y sobre todo recordar ante nuestros verdugos que nunca cederemos».
El presidente de Life for Paris admitió que «No tenemos remedio contra la claustrofobia de este presente». que el pasado no ilumina y para un futuro que parece esquivo», pero apuntó que si algo han aprendido es que «sólo se defiende bien lo que se quiere».
«Creo», concluyó, «que no debemos querer dejar un mundo mejor a nuestros hijos. Debemos luchar cada día para vivir en un mundo mejor con ellos ahora» porque «la vida es muy frágil y tenemos que amarla».
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