Francia vive una nueva jornada de protestas contra los presupuestos y el Gobierno de Macron
Las autoridades francesas se han declarado «muy preocupadas» ante la nueva jornada de movilizaciones convocadas este jueves contra los presupuestos presentados por el ya ex primer ministro François Bayrou, y contra el propio gobierno de Emmanuel Macron.
Según explicó la víspera el prefecto, Laurent Núñez, la policía cuenta con información sobre la presencia de radicales dentro del cortejo sindical de la manifestación que tendrá lugar en París, y que tienen como objetivo infiltrarse en la marcha para «destruir todo a su paso». Unas declaraciones que horas después respaldaba el propio ministro del Interior en funciones, Bruno Retailleau: «Habrá miles, probablemente entre 5.000, 8.000 o 10.000 individuos radicales que vendrán a destruir, impulsados por el odio antipolicial y eso es lo que será complicado de gestionar», afirmó durante una entrevista para BFM-TV.
Ante el temor de que la situación se descontrole, el Gobierno ha desplegado en toda Francia un macrodispositivo policial con más de 80.000 policías y gendarmes con «recursos tecnológicos, como drones, pero también vehículos blindados«, afirmó el ministro. Un total de 24 blindados Centauro y 10 camiones de agua saldrán a la calle para evitar que se repitan las imágenes de violencia de hace unos años con los chalecos amarillos o con la reforma de las pensiones.
En París, los comerciantes ya han recibido consignas de cerrar sus negocios y tapiar los escaparates para evitar pillajes. Muchos no dudaron y este miércoles por la tarde, en la avenida de Faubourg Saint Antoine, por donde está previsto que pase el cortejo, ya empezaban a proteger sus negocios con tablas metálicas o de madera.
El servicio público en huelga
Se espera que 800.000 personas salgan a las calles por segunda vez en menos de un mes para protestar contra el Ejecutivo de Macron y contra los impopulares presupuestos presentados por Bayrou, y que todo apunta a que heredará el actual primer ministro, Sébastien Lecornu.
Los más de 40 cortejos que recorrerán las principales ciudades de Francia estarán compuestos principalmente por trabajadores del sector público, uno de los más afectados por esta nueva jornada de bloqueo nacional. En los transportes, la red metropolitana RATP será la más afectada, a excepción de los trenes de larga distancia, que circularán en un 90%, según el ministro de Transportes. Los taxis también se unirán a la huelga, así como los agricultores que preparan sus propias acciones para este jueves, y para el próximo 26 de septiembre.
En el caso de la educación, uno de cada tres docentes estará en huelga en las escuelas primarias, así como los propios estudiantes, quienes ya preparan sus propios bloqueos. En la movilización del 10 de septiembre, los universitarios fueron los encargados de bloquear los principales accesos a las ciudades.
El sector sanitario también se verá fuertemente afectado, al igual que el 90% de las farmacias, que permanecerán cerradas.
Francia, país de la reivindicación
Desde hace semanas, los sindicatos amenazaban con hacer de septiembre un mes negro de movilizaciones que podrían enquistarse y convertirse en indefinidas. No sería la primera vez que el país vive un bloqueo parecido.
En enero de 2024, los agricultores bloquearon el país durante dos semanas en protesta por el acuerdo europeo con el Mercosur. En 2018, lo hicieron los chalecos amarillos, quienes convirtieron el centro de las principales ciudades del país en completos campos de batalla.
El derecho de huelga tiene valor constitucional en Francia y, por lo tanto, está especialmente protegido. De hecho, no existe una duración mínima para ejercerlo. La cultura de la reivindicación forma parte del ADN de los franceses, y así lo han demostrado a lo largo de su historia, y ahora no iba a ser menos, ante una situación de crisis económica e inestabilidad política.
Según un sondeo publicado por Elabe este 17 de septiembre, más de la mitad de los franceses (56%) apoya o al menos simpatiza con la jornada intersindical prevista para este jueves. Tan solo el 25% la desaprueba y el 18% se muestra indiferente.
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