François Bayrou se enfrenta este jueves a su primera moción de censura con un Partido Socialista dividido sobre su voto
El primer ministro francés, François Bayrou, se enfrenta este jueves a su primera moción de censura, presentada por La Francia Insumisa, tan solo un mes después de que su predecesor, Michel Barnier, fuera censurado en tiempo récord.
[–>[–>[–>[–>A diferencia de la anterior, en esta moción se respira una gran incertidumbre. Todos los ojos están puestos sobre la decisión que tome el Partido Socialista. Lo hace bajo las amenazas de los insumisos, quienes ya han dejado claro que aquellos que forman parte del Nuevo Frente Popular, la unión de izquierdas creada para combatir a la extrema derecha en las anteriores legislativas, no apoyen esta moción «romperán» con la coalición.
[–>La Francia Insumisa presentó su moción de censura, tal y como ya había prometido, el martes tras el discurso de política general de Bayrou frente a la Asamblea Nacional. La moción, firmada también por los ecologistas y comunistas, no tiene muchas posibilidades de salir adelante, ya que necesita el voto de los 66 diputados socialistas, pero también el apoyo de la extrema derecha, Agrupación Nacional, que por el momento han dado un paso atrás. En total, se necesitan 288 votos para que el Gobierno de Bayrou caiga.
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En el caso de los socialistas, la incertidumbre pesa sobre el partido. Desde primera hora de la mañana de este jueves, se encuentran reunidos para valorar las concesiones del primer ministro sobre una modificación de la reforma de las pensiones y decidir así si aceptan un compromiso de «no-censura» con el nuevo Ejecutivo. Sin embargo, ese compromiso llevaría a la ruptura total del Nuevo Frente Popular.
[–>[–>[–>[–>El fin del Nuevo Frente Popular
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Desde su creación, el Nuevo Frente Popular ha presentado importantes grietas que han conseguido aguantar durante estos meses, gracias a la voluntad de bloquear a la extrema derecha de Marine Le Pen, pero el pasado diciembre esas hendiduras empezaron a acentuarse.
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La obsesión de La Francia Insumisa por tumbar los gobiernos de Macron y debilitar así al presidente abocándole a su dimisión, no convence a los socialistas, quienes han optado desde un primer momento por ofrecer un voto de confianza al Gabinete de Bayrou.
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Aunque mantienen las presiones, al Partido Socialista no le convence la idea de censurar a un gobierno que apenas ha empezado a andar. Aunque también hay divisiones internas dentro de la formación: «Estamos muy lejos de nuestras propuestas iniciales. Así que, por ahora, mi posición es que hay que censurar al Gobierno», afirmó el senador del PS por Oise, Alexandre Ouizille.
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Un efecto ‘boomerang’ y un nuevo reto para la izquierda que de nuevo vuelve a la cuerda floja. «Los socialistas han hecho el ridículo y han empañado la credibilidad del Nuevo Frente Popular. Pero creo que se inclinarán por la censura. (…) La vida política es binaria: si no votamos la censura apoyamos al Gobierno», afirmó el coordinador nacional de LFI, Manuel Bompard.
[–>[–>[–>[–>Los 66 diputados deben determinar, pues, si las concesiones del Ejecutivo, en particular, el anuncio de negociaciones entre los interlocutores sociales sobre una revisión de la reforma de las pensiones aprobada en 2023, son suficientes. Según un sondeo realizado por Elabe, sólo el 32% de los votantes socialistas quiere que se apruebe la moción de censura, y el 74% de ellos considera que el líder de la formación, Olivier Faure, tiene «razón al exigir a François Bayrou este compromiso de reabrir el debate sobre la reforma de las pensiones».
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Aunque la moción de censura tiene ínfimas oportunidades de salir adelante, de nuevo, la izquierda vuelve a estar al borde de la implosión. La votación de este jueves servirá para aclarar la posición del Partido Socialista, que sea cual sea, pueden decir que ha estado muy meditada.
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