Economia

¿habrá un nuevo tablero en Oriente Medio?

¿habrá un nuevo tablero en Oriente Medio?
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  • Publishedjunio 23, 2025




En la junta geopolítica del mundo actual, es conveniente no olvidar que las guerras ya no se miden solo en víctimas o territorios conquistados, sino en puntos de inflación, bloquearon barriles petroleros y mercados financieros desestabilizados. Ahora, el Medio Oriente es el protagonista del verano con la intervención militar directa de los Estados Unidos contra Irán que no es un evento sino un terremoto geopolítico con ondas expansivas que sacuden cada Oriente Medio y más allá, un catalizador de una nueva etapa en la geopolítica de la región. Por lo tanto, las consecuencias no se limitan a los militares, desatan una guerra híbrida en múltiples frentes, sino que también alteran los saldos de poder regionales, ponen recursos estratégicos globales como el petróleo y el gas, y amenazan la estabilidad económica de numerosos países, desde el Golfo Pérsico hasta Bruselas, Beijing y Washington.

El mayor riesgo económico inmediato es en el estrecho de Ormuz, donde circula el 20% del petróleo mundial y que Irán ha amenazado con bloquear en caso de agresión directa, disparando los precios del petróleo crudo, más caros los costos de energía y transporte en Asia y Europa. En este sentido, la expansión geoestratégica del conflicto intensifica el miedo sobre las economías occidentales, especialmente el europeo que pone en peligro el suministro de materias primas, más allá del petróleo, que se traduce en un aumento de combustible, gas y electricidad.

En cuanto a los mercados financieros, la tensión es máxima ya que todos los analistas están esperando la apertura de las bolsas el lunes, donde la reacción inmediata puede ser un aumento en la aversión al riesgo, que puede traducirse en inversores que buscan refugiarse en activos como el oro, lo que hace que las bolsas experimenten fuertes correcciones.

En este sentido, la inflación global podría recuperarse si el petróleo es más costoso, lo que complica los esfuerzos de los bancos centrales para controlar los precios, mientras que las exportaciones de países europeos a Medio Oriente pueden frenarse. Del mismo modo, China e India, que son grandes compradores del petróleo iraní, tendrán que reajustar sus cadenas de energía de suministro, lo que aumenta su dependencia de Arabia Saudita y Rusia.

Esta crisis destaca un problema estructural, nuestra alta dependencia del petróleo porque, no importa cuánto hablemos de transición energética y energías renovables, cuando el estrecho de Ormuz temblan, también lo hace la economía mundial. En el fondo, esta subida está menor en las armas nucleares y más sobre el poder, la influencia y los recursos, es la geopolítica en su forma más pura, con un impacto directo en nuestros bolsillos, porque cada vez que aumenta el precio del petróleo crudo, también lo hace de la gasolina, los alimentos, la electricidad e incluso las hipotecas, a través de inflación y tasas de interés. La guerra en el Golfo Pérsico no solo reconfigura los saldos regionales, sino que también reescribe las reglas del juego económico global.



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