hace falta corazón y pasión»
Uno de los exjugadores más demandados este fin de semana, especial por la celebración del «Encuentro de Leyendas» es Abel Xavier. El zagueor portugués, que rindió a gran nivel en Oviedo durante dos temporadas, 1996-98, considera su paso por la capital de Asturias «clave» en su carrera. El exfutbolista participará esta tarde en el triangular del Carlos Tartiere pero antes estuvo en la firma de autógrafos en el Auditorio de Oviedo.
[–>[–>[–>—¿Qué recuerdos le vienen al volver a Oviedo?
[–> [–>[–>—Muchísima alegría. Quiero agradecer al Real Oviedo, al club y a su gente la celebración del Centenario y la invitación a varias generaciones. El fútbol está hecho de personas: unas pasan, otras se van y otras, infelizmente, ya no están. Pero la memoria permanece, y eso es lo más bonito que existe en el fútbol.
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—¿Qué te transmite la gente cuando te reconoce por la calle?
[–>[–>[–>—Me emociona el recuerdo tan bonito que guardan. Yo viví aquí dos años fantásticos, una recuperación plena a nivel mental y futbolístico, porque venía de Italia tras una etapa muy difícil. Oviedo fue clave para mi carrera, por el apoyo y el cariño. También en mi vida. Es una ciudad especial. Sin esos años aquí no habría podido llegar después a otros contextos competitivos. Por eso guardo un gran cariño por la gente y por todos los que formaron parte del club, en los buenos y en los malos momentos. Hoy toca reunirse y celebrar.
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—Todos coinciden en decir que este club deja huella. ¿Por qué?
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[–>—Porque está profundamente conectado con su gente. No se puede perder la identidad. El fútbol es cada vez más moderno y más comercial, pero los pilares de este club deben mantenerse. Desde la cantera hasta el primer equipo, todos tienen que entender cómo es el Oviedo por dentro, desde la persona. Para triunfar no basta con la calidad técnica o táctica: hace falta corazón y pasión. Eso lo tenía en el pasado y hay que recuperarlo para el presente. El aficionado quiere compromiso en el campo y los jugadores deben comprenderlo para rendir.
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—Hoy sería impensable ver a un jugador animando con un megáfono como hizo usted.
[–>[–>[–>—(Sonríe) Esa es la diferencia. Yo no estoy en redes sociales ni en el nuevo mundo. Necesito sentir. Por eso creo que todos los jugadores que pasaron por el Oviedo vivieron algo especial aquí. Son vínculos emocionales que no se olvidan.
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