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Hay noches donde toda la urgencia depende de dos médicos que llevan 24 horas

Hay noches donde toda la urgencia depende de dos médicos que llevan 24 horas
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  • Publisheddiciembre 19, 2025



El servicio de emergencia de Hospital de Torrejon «está dejando de funcionar», mientras que los pacientes se acumulan «porque no hay posibilidad de entradaEsa es la denuncia que ha hecho un profesional sanitario del hospital madrileño a través de una carta que envió al centro cuando dejó su trabajo.

El profesional afirma en su carta de despedida, a la que ha tenido acceso laSexta, que a pesar de que en los últimos años el hospital de Torrejón ha sido su «casa» y ha formado parte de un equipo «que parecía una fortaleza», este se ha derrumbado en «un momento en el que somos ignoradosy «el foco se pone en lo que no se debe poner, buscando sólo errores y culpas» donde incluso se ha criticado que los médicos satisfagan sus «necesidades fisiológicas».

En estas líneas, el trabajador destaca que «lo que realmente debería preocuparnos es por qué un servicio deja de funcionar. Lo que debería ser preocupante es que, año tras año, se acumulan pacientes porque no hay disponibilidad de ingreso. Lo que debería ser preocupante es que, como cada año, el periodo de vacaciones es una tortura. Lo que debería ser preocupante es por qué, de repente, hay una estampida de personal, incluso de personas que han estado allí desde el inicio de este hospital».

De esta forma, señala que, un año más, pasarán un verano «caótico como siempre, sin plantilla, con lo poco que se infravalora, sin jefe y sin dirección». con mucha gente insatisfecha«.

«Es el momento de plantearnos si realmente hay que seguir así», afirma el doctor al hablar de los horarios de los profesionales y de las noches «en las que Toda la urgencia dependerá de dos diputados que llevan 24 horas allí«Entonces, dice que esto no puede continuar así, «no porque no puedas dormir durante ese turno, sino porque me preocupa que pase algo grave o se comete un error grave». «No se debe jugar con la seguridad del paciente», añade.

Por estos y muchos otros motivos explicados en la carta, el trabajador, «cansado de una situación que no tiene final a la vista, y con una solución difícil, que ha perjudicado gravemente mi salud mental, ha decidido marcharme». «No se puede luchar por algo que ya está destruido.aunque me llevó muchas horas de terapia darme cuenta de ello», señala.

  • Puedes leer la carta completa aquí:

Hola a todos. Durante los últimos tres años y medio, Torrejón ha sido mi casa; mis compañeros, mi familia (de hecho, los vi más que a ellos). Y por eso me da pena irme (aunque me imagino no tanto como otros compañeros que llevan más tiempo que yo).

Tuvimos un buen jefe, al que le tenemos cariño y respeto, que hizo del equipo un grupo unido que parecía una fortaleza. Pero sólo lo parecía, porque cuando los vientos soplan desde arriba, hemos visto cómo se desmorona y hemos entrado en una era en la que se nos ignora, el foco se pone en lo que no se debe poner, buscando sólo errores y culpas, y, si un dolor en la punta del dedo espera más de lo que algunos quisieran o se quejan, se preocupan y se nos reprocha satisfacer nuestras necesidades fisiológicas (el día que la IA avance lo suficiente, se podrá salvar, pero de momento, somos seres humanos que comer, orinar, hacer caca, enfermarnos y cuando trabajamos 24 horas, necesitamos descansar un poco, perdón).

Lo que realmente debería preocuparle es por qué un servicio deja de funcionar. Lo que debería ser preocupante es que, año tras año, se acumulan pacientes porque no hay disponibilidad de ingreso. Lo que debería ser preocupante es que, como cada año, el periodo vacacional es una tortura. Lo que debería ser preocupante es por qué, de repente, hay una estampida de personal, incluso de personas que están allí desde el inicio de este Hospital.

Y así nos encontramos, un verano más, caóticos como siempre, sin personal, con lo poco que se infravalora, sin jefe y sin dirección, con mucha gente insatisfecha (seguro que en este bolso entran no sólo personal y pacientes, sino también algunos que nunca han trabajado en urgencias desde que hicieron alguna guardia de residente o no saben cómo trabajan y encuentran tediosa nuestra carga).

Y cuando salen los impresos y resulta que hay noches donde toda la urgencia dependerá de dos diputados que llevan 24 horas ahí, llega el momento de plantearnos si realmente hay que seguir así, y no porque no pueda dormir nada en esa guardia (ya me han dejado claro que no me pagan ni por dormir, ni por comer, ni por otras necesidades básicas), sino porque me preocupa que pase algo grave o se cometa un error importante (porque cada vez hay más errores, pero afortunadamente, nunca pasa nada). Y no se debe jugar con la seguridad del paciente.

La solución propuesta a esta falta de personal es que los vecinos mayores ocupen algún puesto de suplente, y lamentablemente no se puede hacer allí. Son personal en formación, y aunque algunos son muy válidos, no se les puede cargar con esa responsabilidad. Este problema hay que solucionarlo desde otros ámbitos, y no pasar por este.

Vecinos que, por el contrario, ante la reciente y abundante contratación de adjuntos sin MIR y la sobrecarga de trabajo, se están viendo privados de una formación adecuada.

Por eso, cansado de una situación que no ve un final a la vista, y con una solución difícil, que ha dañado gravemente mi salud mental, he decidido marcharme. No se puede luchar por algo que ya está destruido, aunque me llevó muchas horas de terapia darme cuenta de ello.

A los que quedáis: deseo que todo vaya mejor. A mis antiguos compañeros (que cada día son menos), os echaré mucho de menos. Gracias por compartir tantos buenos momentos y tantas enseñanzas. A los nuevos (que sois casi todos), no os puedo extrañar porque no os conozco, pero deseo que os sintáis en familia, que os impliquéis, aunque el servicio se esté desmoronando, que pongáis ganas y pasión y que hagáis bien el trabajo. Acercarme a los que quedan y que tanto me enseñaron.

A los resistentes: lamento en lo que se están involucrando, pero no lo tomen como una excusa sino como algo más para construir su carácter. Esfuérzate en tu desempeño, porque en ti está el futuro de nuestra salud.

A mis compañeros de enfermería, TCAE, personal de apoyo y admisión: gracias pues por haberme aguantado en los peores momentos, por haberme guiado desde el principio y por ser parte esencial del equipo. Vendrán tiempos mejores, seguro.

Y con un sabor agridulce, con amor y nostalgia por lo que fue, y tristeza al pensar en lo que ha sido, me despido de lo que un día fue mi hogar.

Te deseo los cambios necesarios que hagan que el entorno mejore o que encuentres lo bueno fuera si no ves otra salida, como fue mi caso. Nos veremos (¡el mundo es un lugar pequeño!).

Gracias por estos años.

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