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historias llenas de impostores y conspiraciones

historias llenas de impostores y conspiraciones
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  • Publishednoviembre 20, 2024



Al igual que los alquimistas que, mediante la transmutación, querían convertir el plomo en oro, muchos fabricantes modernos han tratado de encontrar la fórmula para Los motores térmicos funcionan con agua en lugar de gasolina. diésel, GLP, metano e incluso hidrógeno. Este último elemento es uno de los protagonistas subsidiarios de esta historia.

Para saber si un motor de combustión interna puede funcionar con agua, es necesario saber cómo funciona con los combustibles clásicos. En gran medida, Un motor de combustión interna transforma la energía química del combustible en energía mecánica.. De esta forma, la fuerza de la explosión en la cámara de combustión se aprovecha para mover los pistones y, finalmente, este movimiento se transmite a las ruedas del vehículo.

En general, y sin entrar en cuestiones técnicas, un motor de combustión interna no puede funcionar exclusivamente con agua. La razón es sencilla: El agua no es un combustible en este sentido. Para funcionar, un motor necesita una sustancia que, al quemarse, libera energía en forma de calor, que se transforma en movimiento. El agua, al ser un compuesto estable, no sufre este tipo de reacciones de combustión.

Hidrógeno y no agua.

No hay que confundir los motores de hidrógeno con lo que se habla en este artículo: los motores de combustión interna que funcionan con agua. Este último, como se acaba de decir, Necesitan hidrocarburos (compuestos de hidrógeno y carbono) para funcionar. Si intentara hacer funcionar un motor de gasolina con agua (sustituyendo el elemento líquido por gasolina mientras el propulsor ya está funcionando), simplemente no habría combustión y el motor se pararía.

Sin embargo, los motores de hidrógeno funcionan de manera diferente. En lugar de quemar combustible, Utilizan una reacción química entre hidrógeno y oxígeno para generar electricidad. Esta electricidad alimenta un motor eléctrico que mueve el vehículo. El único subproducto de esta reacción es el agua, lo que los convierte en una opción más limpia que los motores de combustión tradicionales. Sin embargo, el hidrógeno no se produce naturalmente en grandes cantidades y requiere energía para producirse, por lo que su producción y almacenamiento aún presentan desafíos.

Entre el genio y la controversia

En los años 70, el inventor extremeño Arturo Estévez Varela introdujo un motor revolucionario que pretendía funcionar con agua en lugar de gasolina. Esta invención, basada en la producción de hidrógeno a partir de un mineral secreto, Despertó entusiasmo y escepticismo a partes iguales. Estévez recorrió España realizando manifestaciones públicas, pero nunca reveló el componente clave, alimentando rumores de fraude y conspiraciones.

Nacido en el Valle de la Serena, Badajoz, en 1914, Estévez fue un prolífico inventor con cerca de 100 patentes. Entre sus creaciones también destacó el “wing plane”, un sistema para recuperar partes de cohetes eso interesó a la NASA. Sin embargo, fue su motor acuático el que le dio fama, prometiendo una autonomía de 900 kilómetros con sólo cuatro litros de agua y una sustancia secreta.

El elemento secreto

El régimen franquista ordenó analizar el invento, concluyendo que este su operación no fue factible. Los expertos sospechaban que el mineral utilizado era boro, un elemento caro y poco práctico para generar hidrógeno. Críticas oficiales y oposición del Ministro de Industria desacreditó públicamente la propuesta de Estévez, quien luego desapareció de la vista del público.

A pesar de la polémica, el legado de Arturo Estévez ha permanecido vivo en la memoria colectiva, representando la búsqueda de soluciones alternativas a la crisis energética que actualmente se encuentra en su apogeo. Su historia está llena de luces y sombras y, finalmente, La figura de Estévez quedó envuelta en un velo de misterio, muriendo a principios de los años 1990 sin haber revelado todos los secretos de su invento.

También en Francia y Argentina

Otros países también tuvieron sus inventores que pregonaban a los cuatro vientos lo que habían desarrollado. Motores de combustión interna capaces de funcionar con agua. En Francia, en el contexto de la crisis del petróleo de los años 1970, surgió la leyenda del motor de agua, una promesa que parecía desafiar las leyes de la física. El mecánico francés Jean Chambrin, en 1974, presentó un prototipo que supuestamente funcionaba sobre agua, generando esperanzas de una movilidad sostenible y económica.

Sin embargo, esto surgió de investigaciones posteriores. El motor de chambrin en realidad usaba una mezcla de agua y alcohol, una solución que, aunque menos contaminante que el petróleo, no fue la revolución prometida. En tiempos más recientes, el argentino Juan Carlos Agüero se convirtió en el rostro de un nuevo intento de resucitar el mito del motor de agua. Con la promesa de un coche que circulara exclusivamente sobre agua, Agüero logró atraer la atención de inversores y medios de comunicación. Sin embargo, investigaciones periodísticas y análisis de expertos han revelado esto. Su invento fue una estafa.



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