La liturgia de la llama olímpica completó este jueves uno de sus capítulos más significativos cuando el fuego olímpico pasó de manos griegas a italianas, una ceremonia que tuvo lugar en el Estadio Panatenaico de Atenas, donde se celebraron los primeros Juegos modernos en 1896.

«La llama atravesó nuestras montañas y nuestros valles, nuestras plazas y nuestros callejones. Encendió más que antorchas, iluminó rostros, recuerdos y sueños», afirmó en su discurso Isidoros Kuvelos, presidente del Comité Olímpico Helénico.

“Hoy es un día mágico para todos nosotros, mientras nos preparamos para el regreso de la sagrada llama olímpica a suelo italiano por primera vez en 20 años”, afirmó Giovanni Malagó, presidente del comité organizador Milán-Cortina 2026.

A 63 días de la ceremonia inaugural en el estadio de San Siro, la llama olímpica emprende un recorrido de 12.000 kilómetros para atravesar las 110 provincias italianas antes del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno, entre el 6 y el 22 de febrero de 2026.

El evento se redujo a la simple entrega de la llama sagrada por parte del Comité Olímpico Helénico a manos italianas, ya que el programa artístico que lo acompañaba fue cancelado ayer miércoles debido a las previsiones de tormentas en Atenas. La ceremonia, que pone de relieve el hermanamiento entre los pueblos griego e italiano, comenzó con la interpretación del himno olímpico y de los himnos nacionales de los dos países a cargo de la orquesta sinfónica de la ERT y el izamiento de las banderas.

El griego Yorgos Kuyumtsidis, medallista de oro en el Campeonato Mundial de Lucha Libre de 2025, entró con la llama olímpica en el Estadio Panatenaico, sede de los primeros Juegos Olímpicos modernos en 1896. La antorcha pasó luego a manos de la tenista italiana Jasmine Paolini, doble medallista de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024, quien la entregó a su compatriota, Filippo Ganna, medallista de oro en ciclismo en Tokio 2020.

Finalmente, fue la jugadora griega de waterpolo Eleni Ksenaki, campeona del mundo con la selección helénica este año, la encargada de encender el pebetero, acompañada de sus compañeras. Al igual que con la ceremonia de encendido de la llama en la antigua Olimpia, la ceremonia de entrega también destacó el papel central de las jóvenes sacerdotisas vestidas con trajes tradicionales.

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