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Israel vive hoy la mayor crisis de imagen de sus casi 80 años de historia

Israel vive hoy la mayor crisis de imagen de sus casi 80 años de historia
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  • Publishednoviembre 11, 2025



el ataque de 7 de octubre de 2022 perpetrados por Hamás, así como las decisiones tomadas por Israel a partir de ese momento, volvieron a colocar al Estado judío en el punto de mira del mundo.

Alberto Priego, Doctor en Relaciones Internacionales y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia de Comillas ICAI-ICADEes el autor del libro “Israel, una democracia necesaria en Medio Oriente” (Editorial Almuzara), una obra en la que analiza la historia de un país que ha sobrevivido a 80 años de existencia con una sociedad plural y un entorno complejo que han movido y mueven el tablero geopolítico.

Alberto Priego, Doctor en Relaciones Internacionales y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia de Comillas ICAI-ICADEAlberto RoldánLA RAZÓN

Una de las primeras peculiaridades de Israel que destaca en el libro es su sociedad heterogénea. ¿Considera esto un ejemplo de la solidez de su democracia?

Es una vulnerabilidad, pero al mismo tiempo es una riqueza. Creo que es una vulnerabilidad de corto plazo porque dificulta ser gobernable, pero al mismo tiempo lo hace mucho más sostenible en el largo plazo porque el pluralismo que hay en la sociedad se refleja en el parlamento; todas las versiones del judaísmo, todas las religiones. En Israel, el 25% de la población con pasaporte israelí no es judía, sino cristiana o musulmana. Todo esto está en el parlamento. Estas tensiones, que son muchas, se canalizan en el parlamento.

Es cierto que esta pluralidad lo hace más vulnerable. Significa que, por ejemplo, en Israel nunca ha habido un Gobierno con mayoría absoluta y que un Gobierno rara vez ha terminado la legislatura, pero al mismo tiempo lo hace mucho más fuerte y mucho más capaz de soportar situaciones muy complicadas.

¿Cuál cree que ha sido, en casi sus 80 años de existencia, la mayor hazaña de Israel?

Sobrevive desde el minuto uno hasta hoy. porque a Israel le han sucedido cosas terribles. Cuatro guerras, el asesinato de un primer ministro, el 7 de octubre… Ha tenido que afrontar situaciones muy complicadas que no tenía medios para combatir, como las intifadas, en un entorno internacional muy hostil, incluso con partidos políticos internos que buscaban la disolución del propio Estado de Israel. La resiliencia de Israel le ha permitido sobrevivir.

¿Qué errores crees que ha cometido a lo largo de su historia?

Muchos, pero el mayor error que Israel ha cometido y ha cometido repetidamente es no tener en cuenta la reputación internacional. Es decir, tener una visión más cortoplacista que le ha llevado a solucionar muchos problemas de forma fácil sin ver que eso iba a generar más problemas a largo plazo. Ahora lo estamos viendo. La situación que se presenta el 7 de octubre es muy complicada. La forma de gestionarlo, probablemente a corto plazo podría haber traído efectos positivos, pero a largo plazo genera muchos problemas. Y lo vamos a ver en el futuro.

¿Cree que desde aquella ofensiva en Gaza tras el atentado del 7 de octubre hay más división que nunca en la sociedad israelí?

Israel es una sociedad dividida. Tiene muchos clivajes, pero hay uno que se mantiene desde antes de la creación del Estado de Israel: el de la existencia de dos sionismos; el revisionista, y otro que es mayoritario, que es el sionismo obrero, que ahora está un poco de capa caída,

Alberto Priego, Doctor en Relaciones Internacionales y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia de Comillas ICAI-ICADE
Alberto Priego, Doctor en Relaciones Internacionales y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Pontificia de Comillas ICAI-ICADEAlberto R. RoldánLA RAZÓN

¿En qué se refleja esta división?

Simplemente, cuál debería ser la respuesta ante un ataque, ante una agresión, ante una violencia. En los años 30, cuando hubo pogromos, en Tel Aviv, en Hebrón y en Jerusalén, hubo dos visiones. Una era la que tenía el Partido Laborista, que era la visión de Ben Gurion, que no quería reaccionar de forma preventiva. Su visión era: sólo nos defendemos si somos atacados y confiamos en la autoridad británica. La otra visión era la de Jabotinsky, que es la del partido Likud y la del sionismo revisionista. En este caso piensan: vamos a hacer un ataque preventivo para evitar que nos ataquen. Esa división es la que hemos visto el pasado 7 de octubre. Una parte de la sociedad priorizó la devolución de los rehenes y su búsqueda, mientras que otra, que es mayoritaria en el Gobierno, buscó intentar evitar que volvieran a ser atacados, atacando incluso a países como Líbano, Irán, Qatar o Yemen, para evitar futuros ataques. Eso puede valer la pena a corto plazo, pero a largo plazo crea muchos más problemas y probablemente algo similar a Hamás surja de aquí nuevamente. Esa es la gran división que tiene Israel.

A pesar de esto, usted ha mencionado anteriormente la resiliencia colectiva de la sociedad israelí. Dice que eso le ha ayudado a sobrevivir.

Sí, los israelíes son capaces de soportar casi cualquier cosa. Golda Meir tiene una cita que le dijo a Biden: «No tenemos ningún otro lugar donde podamos vivir, así que vamos a aguantar aquí». Esta convicción de que no pueden vivir en ningún otro lugar es lo que les hace fuertes, pero también lo que les hace tomar decisiones a veces complicadas. Sin embargo, no hay duda de que esa necesidad de vivir allí y vivir a su propio estilo es lo que les hace más fuertes y lo que les hace sobrevivir a cualquier cosa.

¿Qué tan grave definiría la crisis de imagen que ha sufrido Israel tras la guerra de Gaza?

Muy grave. Probablemente el más grave que ha tenido en sus 80 años de historia. Especialmente porque Israel había dado pasos hacia una política de diplomacia pública que había funcionado muy bien. Israel se había convertido en un Estado atractivo. La gente lo visitaba, veía sus series, etc. Era tan atractivo que sociedades árabes como la emiratí, la qatarí, las de Bahrein y Egipto se sintieron atraídas por lo que pasaba en Israel. Eso desembocó en los Acuerdos de Abraham, algo en lo que se viene trabajando desde los años 90, pero sobre todo desde 2008, cuando el propio Netanyahu, un poco más tarde, empezó a impulsar la política de que Israel es atractivo, a celebrar el Festival de la Canción de Eurovisión, a celebrar eventos deportivos, a promover series que mostraran cómo se vivía en Israel, etc. Todo eso se viene abajo el 7 de octubre. Israel toma una serie de decisiones que deshacen 15 años de política de diplomacia pública.

¿Cuál cree que es el aspecto más desconocido de Israel a los ojos del mundo occidental? (6:43) ¿Qué es lo más desconocido sobre Israel?

Que es una sociedad muy tolerante, muy rica y muy plural. Hay muchas comunidades judías diferentes, muchas versiones del judaísmo. Están los Hagedin, que son ultraortodoxos, muchos de los cuales abogan por la destrucción del Estado de Israel. De hecho, Israel no tiene Constitución porque los ultraortodoxos se negaron y dijeron que sólo había que obedecer la ley de Dios.

También hay partidos, como los Hermanos Musulmanes, que son miembros de AKNESET, a través de partidos laicos, partidos religiosos, partidos musulmanes, partidos rusos, partidos cristianos… Israel es muy, muy plural. Cuando estás ahí te das cuenta de que estás en una sociedad muy diversa donde todos caben. Puedes estar en el puerto de Yafo el sábado comiendo comida no kosher, el domingo puedes ir a misa, el lunes puedes estar trabajando o en una sinagoga, etc. Hay muchas cosas sobre Israel que se desconocen. Por ejemplo, es el país del mundo donde hay más vegetarianos. Han inventado cosas como el tomate cherry. Tienen lugares como kibutz, donde no hay propiedades, etc. Es una sociedad muy diversa y poco conocida. Recuerdo que un diplomático israelí me dijo una vez que si Israel tuviera una agencia de viajes que pudiera invitar a todos, no tendría los problemas que tiene. Cuando una persona va a Israel conoce de primera mano una realidad que hasta entonces no conocía.

Más allá de la guerra de Gaza, como experto en política internacional, ¿cómo cree que ha cambiado todo el tablero geopolítico, tanto la guerra de Gaza como la guerra de Ucrania? ¿Hay un antes y un después de estas guerras en la geopolítica tal como la conocemos ahora?

Son dos guerras que están muy relacionadas, aunque pueda parecer lo contrario. La guerra de Ucrania fue un cambio copernicano. Putin hizo un cálculo que era lógico pensar.

Ya había invadido varios estados como Georgia, Ucrania y había actuado en Moldavia. Nunca le habían dicho nada aunque la población sí pidió a los gobiernos que hicieran algo. La opinión pública pedía a sus gobiernos que actuaran. (9:10)

La acción del presidente Zelensky, al permanecer en el país, cambió por completo el curso de la guerra y el curso de la historia. Y luego llegó el 7 de octubre, que cambió la guerra en Ucrania porque la guerra en Gaza dividió a los europeos, que hasta entonces estaban unidos para dar una respuesta conjunta. Esta división tiene un impacto en Ucrania. Gaza y Ucrania son dos frentes de la misma guerra entre quienes buscan un orden liberal y quienes no lo buscan.

¿Se están aprovechando las potencias asiáticas de esta situación?

Hay una serie de Estados, especialmente China y Rusia, que no están de acuerdo con el mundo tal como lo concebimos y buscan otro camino. Rusia es un Estado decadente, con muchos problemas y muy poca capacidad para generar estabilidad. Genera inestabilidad y hace mucho daño. Los europeos somos muy conscientes del frente oriental y es lógico que seamos conscientes del frente oriental, pero tenemos un frente sur en el que las cosas no pasan porque tienen que pasar. Suceden porque tú estás haciendo que sucedan. Gran parte de la migración que estamos experimentando es causada. El grupo Wagner está en lugares como Libia, Mali, Burkina Faso, República Centroafricana o Argelia, y están tocando y enviando gente desesperada a Europa para causar problemas. Estamos viendo como los barcos rusos también están cortando cables, están realizando acciones en el Mediterráneo. Todo esto forma parte de una estrategia que consiste en poner a Europa contra las cuerdas. Todo lo que Rusia pueda utilizar, lo utilizará, pero no puede promover la estabilidad. Por otro lado, China sí. China quiere ocupar el lugar de Estados Unidos. Quiere un mundo nuevo con nuevas reglas que lo favorezcan. Los chinos identificaron un momento de oportunidad de 25 años en el que tienen que dar el salto para ser el poder económico y político y todo vale. Ucrania lo vale. Gaza lo vale. Los chinos son más sibilinos y los rusos más directos, pero, en cualquier caso, son, junto con Irán, Venezuela y algunos otros Estados, Estados que quieren un cambio de reglas a nivel global.

¿Cree que prosperará el acuerdo de paz entre Israel y Hamás?

No. El acuerdo de paz ha sido un acuerdo impuesto. Yo lo llamo alto el fuego, aunque es un alto el fuego un poco ridículo. Hamás aprovecha para asesinar a quienes considera que no le son leales. Israel, por su parte, la rompe, ataca y vuelve a activarla.

Es un alto el fuego, no es un acuerdo de paz. No todas las partes están en la negociación. No hay ningún proyecto. No tiene las Naciones Unidas. No tiene los ingredientes de un acuerdo de paz.



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