John Müller: El hombre tranquilo
Estimación
Esta no es la primera OPA de Torres, él sabe cómo juegan. Tenía un papel muy relevante en el de gas natural en endesa
No es fácil interpretar el lenguaje corporal de Carlos Torres Vila, el presidente de BBVA. Disciplinado, serio e introvertido, parece muy difícil para algo sacarlo de sus cajas. Un médico diría que la bradicardia tiene, que su corazón late en reposo que … normal. Es fácil confundir esta templanza con desinterés o cobardía. Las personas muy autorizadas del mundo de la regulación bancaria están convencidas de que los gerentes de Sabadell han excedido la línea roja del deber de pasividad exigido en una entidad optada. Cuando le pregunté a Torres en ‘más de uno’ si lo percibía, respondió que eran otros llamados a apreciarlo, no a él. Y cuando sugerí que la dirección del BBVA ha sido «poco beligerante» en la defensa de su OPA frente a las muchas acciones defensivas adoptadas por Sabadell, me dijo directamente que estaba en una operación amistosa, buena para Sabadell, no hostil como lo ha descrito el consejo del banco.
Esa perspectiva se ha extendido poco. Esta no es la primera OPA de Torres, él sabe cómo juegan. Tenía un papel muy relevante en el de gas natural sobre Endesa. Luego ocupó la dirección financiera de Endesa, donde llegó Rafael Miranda y con la bendición de Manuel Pizarro, quien conocía al padre de Torres porque ambos habían sido agentes de cambio y bolsa. Pero su estilo está lejos de Pizarro que puso la constitución sobre la mesa. Entre otras cosas, debido a que Torres se formó en McKinsey, sabe sobre el pensamiento estratégico y sabe que, para Sanchismo, la Constitución es un texto mutante.
El BBVA ya había valorado la posibilidad de que el ejecutivo lo impediera con la fusión de las entidades. Pero esa opción fue anulada si esta operación nunca se planteó bajo este gobierno. Fue suficiente esperar un nuevo ciclo político, con una mejor actitud hacia la autonomía empresarial, para comenzar. Pero la decisión del Consejo de Ministros ha ido mucho más allá. Al prohibir la unión de las dos entidades durante al menos tres años, avanza a la aplicación, estableciendo plazos que, a primera vista, no encajan con el ciclo electoral. Tampoco es fácil decidir sobre la apelación ante los tribunales, ya que es equivalente a presentar el OPA a un calendario judicial incierto que sea casi lo mismo que enterrarlo. jmuller@abc.es
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